Falleció Norberto Gallardo, un exponente de la guardia vieja de los reporteros gráficos

Uno de los últimos exponentes de la vieja técnica fotográfica aplicada al periodismo. La modernización de la tecnología, dejó atrás el cuarto oscuro, el rollo, la velocidad, el blanco y negro, que no resistieron el avance de los nuevos sistemas, más rápidos, con mayor foco y fidelidad de colores.Esta descripción, quizás sólo sirva, para saber a quién estamos despidiendo. Norberto Gallardo “El Tordo”, como lo conocíamos en el ambiente del periodismo marplatense, reunió todas las condiciones, para ubicarlo entre los más significativos de la ciudad en los últimos 50 años.Para mdphoy.com despedir al “Tordo” no es fácil. En los últimos años de su vida, se acercó para colaborar desinteresadamente, en un gesto imposible de olvidar. Ya algunos achaques no le permitían ir al box, al básquet, a alguna manifestación complicada, a seguir a un político, a un deportista o a un artista de primera línea, pero “El Tordo” quería ayudar.

A pesar de esos achaques por su sangre corría el periodismo fotográfico, y no quería entregarse, a tal punto que retirado de la profesión adquirió máquinas de última generación, para no dar ventajas y hasta se aplicó en tomar clases para incorporar conocimientos de los nuevos sistemas.

Era de aquellos fotógrafos, en los que queda la impresión que se rompió el molde. Manejo desde la manera más artesanal y se fue “aggionardo” siempre. Es casi innecesario seguir extendiendo, para entender  que se nos acaba de ir un personaje. De tal naturaleza, que fue quien ha retratado a todo y todos, quienes de una u otra manera formaron parte de la actividad pública de la ciudad, intendentes, obispos, jueces, gobernadores, presidentes de la Nación, los deportistas y artistas más famosos que hayan pisado la ciudad.

Cubrió local, nacional e internacionalmente, hechos y sucesos de todo calibre, hasta la más imprevisible tragedia automovilística en la ex Ruta 2, como asaltos, asesinatos, y todo lo que hubo que documentar con material fotográfico en la redacción (de las de antes) de un diario. No en vano prestó servicios en Clarín, La Capital y el Atlántico.

Hay una interminable lista de anécdotas con el “El Tordo” de las cuales valen la pena mencionar, cuando Diego Maradona lo echó parado desde arriba de una mesa porque repitió una foto, algo muy común en aquellos años, por si fallaba el flash. Maradona no le perdonó que haya gatillado el obturador por segunda vez y lo echó parado arriba de una mesa en la Taberna Baska, donde el futbolista cenaba con Claudia y Coco Villafañe. La otra parte de este episodio, era que lo había buscado durante varias horas por toda la ciudad. Pero la foto se fue en su cámara, no dejó de sacarla.

El otro inolvidable acto de servicio (así como él entendía el periodismo) fue cuando en la noche del 31 de julio y la mañana del 1º de agosto de 1991, durante varias horas recorrió la costa, las plazas, el Parque San Martín, la banquina del puerto, el Faro, el Casino y sacó  las mejores fotos de una nevada que resultó histórica. Lo hizo cuando nadie recorría las calles y guardó lo que consideró un tesoro, ya que nadie esperaba que siguiera nevando hasta el mediodía  siguiente, el 1 º de agosto. La naturaleza le jugó en contra. “El Tordo” terminó en la madrugada cenando como Dios manda en esos casos, en la Parrilla Sancho, donde Don Pedro Arias siempre esperaba con muy buena carne y el mejor vino. Cuántos cierres terminaron ahí, en el mismo lugar donde esperabas que “Cicuta” llevara los diarios para leer en la sobremesa de la cena.

Hincha de Independiente de Avellaneda y de Alvarado, era un clásico en las canchas de futbol, en la Liga Nacional de Basquetbol (no le gustaba ese deporte) y el Turismo Carretera, sino iba Gallardo a sacar las fotos, hasta hubieran sido capaces de suspender un partido. Fumador asiduo, había dejado el vicio cuando los fuelles le empezaron a fallar y tuvo que cuidarse. Era quien sacaba la primera obra de teatro que estrenaba en el verano, cuando le colocaban la corona a la Reina Nacional del Mar, cuando se realizaba la primera colada de la Fiesta Nacional de los Pescadores y quien recibía la Copa de ganador de los Torneos de Verano. Cómo olvidar, que fue parte de las coberturas de las tragedias de Alicia Muñiz y Carlos Monzón,  de la caída al vacío de Alberto Olmedoy,  es interminable la secuencia como lo fueron sus fotos.

Era de los denominados peronistas de Perón, férreo admirador del General. A Gallardo no le gustaba que el peronismo se dividiera “hay que pelearla desde adentro, pero no irse” decía entre sus frecuentes carrasperas, que lo tenían a maltraer y afectaban su normal respiración. Abrazó a Menem, pero le dijo al ex presidente en su apogeo lo que nadie se atrevió a decirle en la cara.

No hay historia de Mar del Plata, de varias décadas, que no haya pasado por la máquina de Gallardo, sino no forma parte de la historia de Mar del Plata, aunque parezca una exageración, y así lo reflejan todos los archivos de los diarios mencionados y servirán para su posteridad. “Tordo” anda tranquilo, que no pasaste desapercibido entre quienes te conocieron. Trabajaste de lo que más te gustaba en tu existencia, lo disfrutaste y te divertiste, la vida te gratificó en ese sentido, esa fue tu máxima felicidad.
El recuerdo de su hijo:

Hoy falleció mi padre luego de una prolongada enfermedad a los 79 años. Felizmente durmió en paz durante la noche. Fue un hombre de éxitos. Defino el “éxito”; como hacer en la vida aquello que quería y deseaba.
De origen humilde, padre radical, hincha de independiente, abrazó la causa peronista de izquierda y fue gremialista, periodista del diario La Capital y El Atlántico de Mar del Plata, Clarín, entre otros
Una vez comentó un compañero del secundario: “che, a tu viejo en Mar del Plata salen hasta los pescados del agua a saludarlo”. Fue feliz, tuvo éxito y siempre hizo lo que quiso hacer.
Un abrazo viejo que descanses en paz…