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Estrella de Mar: un premio opacado por los “luchadores” de la cultura

blankEl premio Estrella de Mar, si antes fue muchas veces polémico, este año fue el gran papelón. En una temporada donde la competencia con Villa Carlos Paz pasó a ser un complicado partido para Mar del Plata, con una transmisión abierta a todo el país, en un armado previo para que los problemas internos trascendieran aún más de lo doméstico, la presencia directa de la TV pública y el periodismo todo se prendió en la “sangre” de un hecho programado que pasó a ser el centro de la velada de entrega de los clásicos premios.

El contraste con Villa Carlos Paz, si ya en la cartelera presentada fue grave, Mar del Plata supo tener quien echara más leña al fuego para pasar así una tremenda vergüenza nacional. Ahí estuvieron “luchadores” de la cultura marplatense, sin importar las consecuencias. Sólo fue el cometido de exponer y empujar a Silvina Rojas a la renuncia. Y esto no quiere resultar precisamente una defensa de la actual “conductora” de la cultura en la ciudad.

Por el contrario ella, sin mucho esfuerzo, muestra día a día una capacidad demasiada limitada para el cargo y para congraciarse y andar de la mano con todo aquel que busca mostrar sus habilidades artísticas. Dato particular que por ahora la resguarda hasta del propio asombro de algunos gobernantes provinciales y nacionales. Ella es hermana de la mano derecha del ministro del Interior, lo que pareciera que hasta aquí logra tapar el hecho de ser una funcionaria de cuarta, y la cultura, por todo lo que significa, necesita de alguien muy avezado en un mundo de por sí demasiado complicado para conformar a todos.

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Las versiones indican que todo esto fue armado por Pulti y Laserna, con payasos, circos, cantantes, músicos, actores, malabaristas… todo un amplio espectro de lo que comprende el término y definición de la palabra cultura. Es decir que, ya previamente con presupuesto oficial, armaron un batallón militante, cuya procedencia y objetivos actuales son obvios en un año electoral y con graves problemas judiciales para quienes gobernaron antes.

Lo cierto es que todos los que transitan el espectáculo y aunque vengan de afuera, manoseados una y otra vez aquí y allá, eso sí con algunos privilegiados, quizás demasiado por el kirchnerismo, también se hicieron eco y supieron multiplicar la acción en una más que fuerte demanda a los actuales gobernantes.

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Esto es lo que también acredita el comentario ya que nuevamente se ve como se pretende tapar propios pecados que, quizás con mejor capacidad para la política que en estos tiempos nos toca, dejaron a una ciudad en crisis, mostrando que una mayor habilidad no sirve siempre para que todo funcione. Pero algunas cosas sí, negocios particulares que en nada ayudan al futuro de esta “ciudad feliz” que va perdiendo los límites y el rumbo. Para colmo, un Arroyo que no muestra una capacidad y autonomía suficiente como para responder con rapidez, sumando sus exclusivos y gruesos errores, basados en una visión demasiada acotada, la que se pretende ampliar con un visitante, nuevamente de paso, como lo es el cuasi interventor Joaquín de la Torre.

En todas estas aventuras, surge una especial perjudicada: Mar del Plata, a la que han sabido subirse muchos que buscan solamente su propio beneficio, en esa miseria excluyente del que busca en la urgencia, que no son precisamente los más urgidos, “pan para hoy y hambre para mañana”. Un mañana que pareciera que hoy llegó de la mano de los conocidos de siempre y de otros que se van conociendo de manera lamentable para toda la comunidad.