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El obispo presidió la misa por los 112 años de la dedicación de la Catedral

“Te damos gracias Señor por este templo: que tengamos la capacidad de mantenerlo y
darlo a conocer como lugar de encuentro con tu presencia”

Continuando la Semana Vocacional diocesana, ayer por la tarde, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, presidió la eucaristía en la solemnidad de la dedicación de la Catedral de Mar del Plata. En ella entregó el ministerio del lectorado a los seminaristas Juan Pablo Arrachea y Germán Kailer. Concelebraron el párroco de la Iglesia Catedral presbítero Ariel Sueiro y el vicario general de la diócesis y asesor de los seminaristas, presbítero Luis Albóniga, entre otros sacerdotes, seminaristas y diáconos.

Celebramos hoy, la gracia que hace 112 años, este templo quedara consagrado para el culto para Dios, para la celebración de la comunidad cristiana. Es importante el día de la dedicación para cualquier templo, en especial para este, iglesia madre de Mar del Plata, Catedral después de nuestra querida Iglesia diocesana”, inició diciendo el obispo en su homilía.

Luego habló en tres puntos reflexionando sobre la liturgia de la palabra “Jesucristo es templo, nosotros como templo, y el edificio es templo”. “Jesús juega simbólicamente con la realidad del templo, haciendo referencia al edificio pero sobre todo a su persona, porque él es realmente el templo con mayúscula. Lo propio del templo es el encuentro entre lo divino y lo humano, Jesucristo es templo con mayúscula porque en su persona, lo divino y lo humano en sus dos naturalezas se dan profundamente la mano”, detalló monseñor Mestre.

Más adelante, dijo “nosotros somos templo, cada uno de nosotros, y la comunidad reunida. La primera carta de San Pablo a los corintios lo expresa: ante Jesucristo somos templos de Dios. Tenemos que valorar que somos templo de Dios, templo del Espíritu Santo, que nuestras familias y comunidades son templo, espacio privilegiado donde lo divino y humano se puedan abrazar”.

“Teniendo como fundamento a Jesucristo, cada uno de nosotros como templo de Dios, y reunidos en comunidad, damos gracias a Dios y bendecimos la realidad de los templos materiales, donde la comunidad se reúne y donde cada uno de nosotros podemos dar culto a Dios. Hoy celebrando la dedicación de esta Catedral, el edificio de este templo tiene un valor enorme que viene de su fundamento: Jesucristo, templo con mayúscula. Necesitamos de este lugar santo para rendir culto a Dios. Te damos gracias Señor por este templo: que tengamos la capacidad de cuidarlo, mantenerlo, darlo a conocer como lugar de encuentro con tu presencia, tu misterio que realmente es templo con mayúscula. Qué lindo si como comunidad cristiana, damos realmente el valor que tiene el templo y hacemos lo posible colaborando para cada vez este más bello para que podamos restaurarlo en su interior el exterior, que sea lugar de culto y encuentro con Jesucristo”.

Finalmente, en el contexto de la Semana Vocacional, se dirigió a Germán y Juan Pablo “hoy recibirán el ministerio del lectorado, un paso más en esta rica etapa de la formación inicial al sacerdocio, que están viviendo bajo el título de ‘configuración con Jesucristo’. Hoy al recibir el lectorado, más allá del sentido formal y de que seguirán realizando lo mismo que hacían hasta ahora, que es leer la palabra de Dios, lo harán en un sentido profundamente espiritual configurándose con Cristo, palabra de Dios, que se revela de manera particular en la Sagrada Biblia”. “Juan Pablo II insiste en la lectio divina como elemento esencial de la vida espiritual para formarse como pastores, encontrarse con el Señor en la lectura orante de la Biblia. Benedicto XVI también lo expresa en Dei Verbum. Y pensaba en una de las recientes frases del papa Francisco donde remarcó que la exégesis más autentica es una vida Santa. Está perfecto que estudien y que profundicen, pero sobre todas las cosas que puedan descubrir, todos queridos hermanos, cada uno en su vocación específica, que la verdad exégesis de la Escritura se plasma en una vida santa. La lectio divina, transforma la vida”.

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