Esta tarde el Consejo Directivo de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata había comenzado a analizar el pedido de estudiantes de iniciar juicio académico contra Horacio Piombo, uno de los jueces que redujeron la pena al violador de un niño. Sin embargo, el magistrado decidió presentar su “renuncia indeclinable” ante el decanato.
La Federación Universitaria de La Plata, que pidió la renuncia de Piombo, también exigió la separación del juez y de Benjamín Sal Llargués del Tribunal de Casación Penal bonaerense.
Piombo explicó su decisión a través de un comunicado: “No fue fácil tomar la decisión. Tampoco agradable. Gravitaron a manera de obstáculos espirituales cincuenta y cinco años de estrecha vinculación con este hogar querido. Aquí obtuve mis tres títulos universitarios, dos de grado y uno de posgrado. Plasmé en esta Institución toda la escala de las funciones de apoyo docente y de ejercicio profesoral”.
Y detalló: “El gravitante decisivo para tomar este camino fue que, como profesor ligado profundamente a esta Casa, debía imperativamente contribuir a la paz y a la tranquilidad de la Facultad; facilitar a las Autoridades el ejercicio de sus funciones alteradas por tomas de despachos y desórdenes impedientes del normal dictado de los cursos”.
Del mismo modo, aseguró que fue víctima de una injusta campaña mediática: “Soy plenamente consciente de lo casi insignificante de mi aporte en un contexto de violencia generalizada; pero siempre será, pienso, algo útil, ante la animosidad que muestran muchos ciudadanos, profundamente desinformados por una campaña mediática de fuerte contenido político. Se trata, en definitiva, de una situación injusta y lesiva frente a la cual no tengo otra alternativa de comportamiento que evitar que sus efectos se extiendan a las instituciones que más quiero”.
El decano de la Facultad de Derecho, Vicente Atelas, confirmó que recibió de Piombo en persona su renuncia a “ambas cátedras y ambas materias”. Asimismo, aclaró que “no fue pedido” sino que el juez la “manifestó voluntariamente”.
El decano sólo hizo referencia al contexto académico de Piombo: “Ya no es más profesor. El fallo (que le redujo la sentencia a un violador) tendrán que explicarlo ellos en la Justicia, que es donde se juzga la facultad de los magistrados”.
Al ser consultado sobre si seguiría siendo profesor si el caso no hubiese tomado estado público, Atelas opinó que responder eso “sería futurología” y recordó: “Nunca había habido una promoción de juicio académico contra un profesor. El doctor Piombo era profesor por concurso y accedió a través de exámenes públicos y jurados públicos que consideraron que era idóneo para ejercer el cargo”.
El recuerdo de Viviam Perrone
La integrante de la Asociación Madres del Dolor estuvo en InfobaeTV y recordó el caso de su hijo Kevin, atropellado y asesinado por Kevin Sukiassian, quien fue luego beneficiado por los jueces Piombo y Sal Llargués: “Se lo encuentra culpable, el juicio oral comienza cinco años después y se lo sentencia a 3 años de prisión efectiva y en el momento queda detenido. Mi abogado me dijo que tres años es el tiempo mínimo a cumplir y que la pena es de ocho meses. A los dos meses de estar preso pide ser beneficiado con prisión domiciliaria porque estaba estudiando en una universidad privada y alega que no puede seguir estudiando dentro de la cárcel y obtener el titulo”.
Mostrando su indignación, Perrone opinó: “Estamos viendo que existe esta ideología que no es bueno decir que alguien tiene que quedar detenido. Muchos dicen que se nos puede confundir con querer mano dura pero estábamos pidiendo que se cumpliera con el mínimo de la ley, eso no es mano dura, no es estricto”.
Y sentenció: “En la mayoría de los casos, Piombo y Sal Llargués votaban siempre beneficiando a los asesinos, a los violadores, a los delincuentes. Y eso duele muchísimo”.
Se le preguntó a Perrone qué les diría hoy a los jueces que ayudaron al asesino de su hijo: “Les diría que sus fallos generaron en mí y en mi familia más dolor que el que teníamos y después cuando Sukiassian siguió apelando, al cumplirse diez años de la muerte de Kevin estos fallos hicieron que yo decidiera dejar la causa porque diez años detrás de una causa hace que uno se sienta como una basura. Me sentía una basura”.