Política

El IPS sin anestesia: sin beneficios ni privilegios; descuentan equivocaciones

No quedan dudas que la política acomodó leyes y resoluciones para asegurarse el futuro a través de las cajas de jubilaciones. Con pocos años de servicios y aportes que surgen de sus jugosas remuneraciones, acceden a beneficios previsionales de excepción, propios de países desarrollados y de economías prósperas, que no es el caso de Argentina, obviamente.

En esta desgraciada actualidad, no es la misma vara la que compaña a quienes han sumado aportes por 50 años (comprobados fehacientemente) en la ANSES y acceden a una módica jubilación de $ 42.000.-, en la actualidad, luego de haber percibido el equivalente a U$S 1.000.- en octubre de 2017, es decir que en la actualidad representa una pérdida de bolsillo de $ 110.000.- mensuales, producto de la devaluación del peso.

Mientras en la actualidad la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, pugna por retroactivos y tres haberes por distintos conceptos, que suman millonarios reclamos. Otro tanto ocurre con el sentenciado ex vicepresidente Amado Boudou, quien embolsa  $ 530.000.- mensuales, producto de su carrera política que prolongó en la justicia, con 15 fallos judiciales adversos por delitos cometidos contra el patrimonio público nacional.

Esta descripción, es una regla que afecta a millones y millones de trabajadores, que se deben ajustar para el beneficio de quienes han procurado sistemáticamente, cómo han fijado sus suculentas remuneraciones, en principio cuando cobran cheques del Estado como funcionarios, y que luego extienden en su condición de pasivos.

Una vez más, millones y millones de trabajadores que acceden a su jubilación están obligados a pasar hambre, mientras la compensación son remedios gratis, propios de la vejez o de una vida de trabajos rudos y porque no insalubres.

En una inmensa mayoría, quienes acceden a la jubilación en la actualidad deben seguir trabajando, para no someterse a las necesidades ni a la miseria. No acceden al dinero suficiente que proviene de los aportes de una vida de trabajo, es capital del trabajador, quien luego sufre al ser esquilmado selectivamente, ya que se mantienen privilegios de los que nunca han renunciado a los mismos y se pronuncia una manifiesta desigualdad que es cada vez más arbitraria y surge del poder político que fija sus propias  normas de emolumentos.

El IPS en noviembre, adujo una mala liquidación de los haberes en una determinada cantidad de jubilados y pensionados (ver facsímil) que muy bien podría haber sido un ajuste de la larga negociación de salarios docentes (en este caso) pagos a cuenta, remunerativos y no remunerativos, bonos, aumentos por única vez etc. etc.

Todo se aclaró porque se solicitó una explicación, sino la prepotencia del Estado no hubiera procedido a dar las “satisfacciones” del caso.

Hay que ser un experto en algoritmos, master en materia previsional o especialista en liquidación de haberes, para entender qué es lo que están pagando, con códigos desconocidos.

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Una equivocación, según admite el propio IPS en la liquidación de haberes de noviembre, produjo que se pagarán indebidamente unos miles de pesos que no correspondían. Al mes siguiente (haberes de diciembre) se procedió a la reparación del error y procedieron al descuento que tampoco se conoce a cuánto asciende en cada caso.

Toda una suma de despropósitos, que muchas veces te los anuncian en modo sonrisa y hacen estallar de furia a la propia CFK.

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