Política

El Gobierno esperaba las críticas de Pérsico y Grabois

Los dardos que lanzaron hacia el Gobierno dos de los referentes que apañan la mayor parte de la economía popular, como Juan Grabois y Emilio Pérsico, exponen la incomodidad de los movimientos sociales en el Frente de Todos. Con la pobreza en crecimiento, los dirigentes salieron ayer y hoy a marcar sus diferencias con la política social del Gobierno, en un momento de alta tensión interna en la alianza.

 

En en el entorno del ministro Daniel Arroyo señalaron que no sorprendió la crítica, y que ya conocían el planteo. “Son discusiones políticas. No pasa nada”, minimizó uno de los hombres de confianza del Ministro. Con Pérsico hay buenas migas, no así con Grabois. Entienden que hace rato que, desde afuera y a pesar de tener representantes suyos en el Ministerio, siempre está en disconformidad.

“Muchos dicen que como no pueden intermediar más entre el Gobierno y la gente es como que quedaron a mitad de camino sin un rol legítimo de representar”, analizaron en el Gobierno. Creen que a Grabois le cuesta haber perdido la función de intermediario, cuando surgió en sus movimientos sociales para tener ese rol.

Desde el entorno de Grabois le contaron a INFOCIELO que “hace mucho tiempo hay una lejanía con el Gobierno” ya que no da respuestas. “Hay mucha bronca con la política social del gobierno, por como se concibe, y el lugar que tiene la política fiscalista”, apuntó uno de sus hombres de máxima confianza. “La apuesta es que esto sea una transición hasta otra cosa”, dijo y remarcó: “Alberto no tiene expectativa”.

Las críticas a la Tarjeta Alimentar

Las fuertes críticas de Emilio Pérsico, subsecretario de Economía Social dentro de la cartera que conduce Arroyo, y Grabois se dieron en un momento especial. Es cierto que suelen ser críticos de muchas medidas que toma el Gobierno. Pero el viernes pasado, en la Casa Rosada, la administración de Fernández intentó jugar fuerte.

El Presidente convocó al Consejo Federal contra el Hambre para dar desde el Museo del Bicentenario el único anuncio de asistencia social y económica orientado a los sectores más bajos frente a la segunda ola de coronavirus. Desde allí se mostraron como los grandes batalladores de la pobreza, con un fuerte discurso de Alberto Fernández contra los supermercados por la suba de precios.

En detalle, se destinarán $20.000 millones mensuales a esta ampliación de la Tarjeta Alimentar, que recibirán madres y padres con hijas e hijos de hasta 14 años (antes era hasta seis). Si se tiene en cuenta que cada IFE, los 10 mil pesos que el Gobierno decidió entregar en la emergencia del año pasado, implicaba un gasto/inversión fiscal de $90.000 millones, es entendible el malestar de los movimientos sociales.

Así lo manifestaron. El domingo el referente de Patria Grande publicó en el DiarioAr que “la Tarjeta Alimentar es un ejemplo de asistencialismo puro. No podemos hablar de una ampliación de derechos” y calificó a esta política como “estúpida”.

En el mismo portal el líder del Movimiento Evita escribió esta mañana: “Si los recursos que se ponen en la Tarjeta Alimentar, los pusiéramos en el Potenciar Trabajo, significarían la construcción de 260.000 viviendas anuales y la generación de un millón de puestos de trabajo nuevos. La gran tarea que nos planteamos es construir trabajo, el trabajo social garantizado”. Además, señaló que “la inclusión como consumidores no es inclusión social”, justamente lo que propone la Tarjeta Alimentar.

“Se planteó una discusión pública de algo que pensamos hace mucho, no es nuevo. Y tuvo mucho rebote”, indicaron en el entorno de Pérsico ante la consulta de INFOCIELO. El principal reclamo de estos sectores es que hay que terminar con el asistencialismo del Estado y avanzar hacia la creación de empleo y el reconocimiento a los no reconocidos (campesinos, cartoneros, amas de casa).

Ante este planteo, en la cartera de Desarrollo Social indican que siguen “con el Potenciar Trabajo, que es la reconversión de planes sociales en trabajo. Pero bueno, obviamente todo son intereses, cada uno defiende su porción de poder”. Además, aseguran que escuchan y trabajan junto a Emilio Pérsico, que es uno de sus funcionarios de segunda línea. Para Grabois no hay tanta estima, y remarcan que su incomodidad la generó él mismo al perder el rol de intermediario.

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