Arte y Cultura, Cine

El germen de lo absurdo

Un hombre común intenta hacerse lugar en la camorra italiana: lo que es visto con patetismo, lenta y progresivamente se irá convirtiendo en una tragedia. La tragedia de la Italia fascista. Ejemplo de los tonos y posibilidades del cine italiano, Pascualino Sietebellezas es un film emblemático de Lina Wetmüller.

Esta película se verá mañana a las 19 en la Sala Nachman (Boulevard Marítimo 2280) como parte del ciclo de cine italiano que ha propuesto este mes el Grupo Cinecos. El film, de esa década inflamable de 1970, está protagonizado por Giancarlo Giannini, Fernando Rey y Elena Fiore.

Como se ha dicho, la película Wetmüller sirve como fiel reflejo de lo que era el cine de aquel origen por esos años: una sucesión de éxitos sostenidos por un sabio balance entre el humor y el drama. Un cine agridulce que, además, tenía el acierto de abordar lo político sin perder de vista el cuento.

En Pascualino Sietebellezas (protagonista apodado así porque tenía siete hermanas muy feas) vemos a un personaje entre patético y tierno, intentando hacerse valer en medio de un submundo peligroso. Con virtudes y defectos, algo así como la perfecta representación de una Italia fascista encharcada en sus propias ansias de poder y grandeza.

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