Desde el martes comenzó a regir la tolerancia cero de alcohol en sangre en el Partido de General Pueyrredón, según se confirmó a través de la publicación del decreto Nº 1980 firmado por el intendente local Carlos Arroyo. La normativa estipula multas, retener la licencia de conducir y la inhabilitación para conducir vehículos en todos los casos donde el alcohol en sangre sea superior a cero gramos.
El avance de la normativa municipal tiene relación directa con la laxitud de las normativas de la Provincia. De hecho, un proyecto presentado a comienzos de año por la oposición logró muy modestos avances, a pesar del acalorado debate que generó, en la zona de comisiones. Antes, el exministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, había fracasado en la misma misión.
Esta vez es en serio, o puede serlo. En Unidad Ciudadana confían que el proyecto de Alcohol Cero al volante, que impulsa el legislador Federico Susbielles, pueda ser aprobado en la próxima sesión del Senado, luego de varios meses de duro debate en la Comisión de Legislación General. Desde que presentó la iniciativa, Susbielles machaca con un argumento escalofriante: “El alcohol tiene relación en el 80% de los accidentes fatales”, asegura.
Lo que inicialmente parecía tener destino de acuerdo, pues desde Cambiemos el senador Walter Lanaro era autor de un proyecto en igual sentido, amenazó con naufragar por la insistente negativa expresada de los enviados del Ministerio de Transporte de la Nación, que comanda Guillermo Dietrich, que rechazaron el proyecto desde el inicio del debate en Comisión.
Entre los argumentos que se dejaron oír en esas reuniones figuró el de la dificultad de implementar un “cambio cultural” y el de los costos de implementación de los controles que requeriría la normativa. Por esos días, se imponía el “no”, como se impuso a lo largo de la década kirchnerista.
Sin embargo, hubo un dramático giro durante el debate: los testimonios de los familiares de víctimas de accidentes de tránsito y los argumentos esgrimidos por los especialistas durante las reuniones con legisladores, hicieron que la iniciativa comenzara a ganar consenso y tomara nuevos bríos.
El senador oficialista Juan Pablo Allan, que comanda la comisión de legislación general, se las ingenió para que el proyecto de Ley avance y consiguió acordar modificaciones con Susbielles en las últimas horas. Esas modificaciones tendrían relación con la aplicación “gradual” de la norma.
Si bien todavía no hay precisiones, muchos dan por sentado que los “principiantes”, es decir, los conductores que obtienen la licencia de conducir por primera vez, tendrán las mismas restricciones que hoy tienen, por ejemplo, los conductores profesionales. La idea es no hacer algo generalizado, en lo que consideran esta etapa, pero si tender a lo que finalmente se concretó en Mar del Plata desde esta semana.
Todo indica que de no mediar sorpresas, la iniciativa podría ingresar al temario de la próxima sesión de los senadores en lo que probablemente sea la última sesión antes del debate del Presupuesto y podría ser aprobada.
Fuente: infocielo
Cuando fui a una farmacia a comprar el enjuague bucal Listerine, el farmacéutico me advirtió que si me hacen un control de alcoholemia dentro de las tres horas de haberlo usado, me dará positivo, lo que significa que me retendrán el registro, me secuestrarán el auto y deberé pagar una fortuna por acarreo, estadía en el playón y manejar “borracho”.
El profesional me dijo que hay otros enjuagues bucales pero de “alcohol cero”, que son poco efectivos para la salud de las encías, como sí lo es el original alcoholizado.
Esta nueva ordenanza que quieren replicar en la provincia es una barbaridad, una exageración que va a dar lugar a abusos y juicios. Si usás enjuague bucal luego de lavarte los dientes, si comiste ensalada con vinagre, o comiste un bomboncito Cabsha, siempre te va a dar positivo.
En la mayoría de los países está reglametado 0,5 gramo como máximo permitido.
Veamos: 0,5 te da una copa de sidra, 0,5 te da medio vaso de vino, 0,5 medio vaso de cerveza. Nadie puede con eso ser un peligro ni perder coordinación al momento de manejar. Lo hubieran bajado a 0,3 y sería más o menos aceptable. Pero así, con cero, ni siquiera podés tener acidez de estómago, que también dejará registro en el alcoholímetro.