Política

Diputados dio media sanción al Presupuesto 2021

El Gobierno logró aprobar el presupuesto en Diputado con el voto dividido de Cambiemos
El frente opositor se partió entre abstenciones y rechazos, pero algunos acompañaron. Se prevé un crecimiento del 5.5, una inflación del 29% y un dólar a 102.

El Frente de Todos consiguió esta mañana aprobar el presupuesto de 2021 después de 14 horas de debate con ayuda de los bloques aliados y sin los votos de la mayoría de los diputados de Cambiemos, que volvió a mostrar las fisuras entre duros y blandos.

Los primeros votaron en contra, con figuras como Omar de Machi y Fernando Iglesias; los demás se abstuvieron y acompañaron algunos artículos que favorecían a las economías regionales. Y un grupo votó a favor, como los jujeños y correntinos, por pedido a los gobernadores radicales Gerardo Morales y Gustavo Valdés.

En el oficialismo también hubo peculiaridades: el jefe Máximo Kirchner no apareció ni siquiera para dar su discurso de cierre. Mario Negri, de Cambiemos se negó a leer el suyo cuando lo supo.

 

Fueron 13 horas de debate con pases de factura por la herencia del gobierno de Mauricio Macri y la gestión de Alberto Fernández, en una sesión semi presencial, con más de 100 diputados en el Congreso y hasta 80 distribuidos en el recinto, el doble que en las sesiones que hubo en la pandemia.

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El presupuesto estima un déficit fiscal de 4.5% para 2021, que escala a 6% con los intereses de deuda, la partida que más descendió respecto a los años anteriores por la reestructuración con los bonistas extranjeros. “No se pueden hacer proyecciones absolutas, pero existirá una capacidad para reaccionar. Se plantea transitar un sendero de sostenibilidad consistente con la recuperación económica”, prometió Carlos Heller, miembro informante del oficialismo.

 

Destacó que el déficit se cubrirá con crédito público “en moneda local” y habrá “una reducción gradual de necesidades de financiamiento monetario del Banco Central”, que este año cubrieron los planes de asistencia durante la pandemia y

 

Heller prometió cifras auspiciosas como un superávit comercial de 15 mil millones de dólares, con mayores exportaciones e importaciones, y un descenso paulatino de la inflación, que sería de 29% en 2021, 24% en 2022 y 20% en 2023.

 

El valor del dólar fue tal vez el dato más cuestionado por la oposición: según el presupuesto será de 102.4 en 2021, 124 en 2022 y 146 en 2023. O sea, ni siquiera en dos años alcanzará los valores en los que se comercia en el mercado paralelo.

 

“Durante los cuatro años de Macri subió la inflación, subió el déficit y la deuda en moneda extranjera se ha incrementado como nunca. De los 44 mil millones de dólares que llegaron del FMI, sólo 14 mil fueron para pagar deuda y el resto formó parte de la fuga de capitales”, denunció Heller.

 

Le respondió el macrista Luciano Laspina. “Deuda es igual a déficit fiscal. No puedo creer que siga escuchando que hay diputados que pidan no ajustar y no tomar deuda”, se molestó.

 

Y calculó que Guzmán ya sumó 20 mil millones de dólares de deuda, cifra que estimó con los adelantos transitorios del Banco Central, la reestructuración de la deuda con los bonistas y las salidas al mercado local. “No hay magia en esto. El problema es que Argentina no crece hace más de 10 años”.

 

Uno de los artículos polémicos incorporados en el debate en comisión fue el impuesto al juego online de 5% por cada apuesta, que luego bajó a 2.5% para las empresas con inversiones genuinas en el país. “¿Quién las va a definir? Se me hace otro artículo para Cristóbal López”, ironizó el radical misionero Luis Pastori.

 

Pastori fue uno de los que pidió votar algunos artículos favorables a las economías regionales como el que crea una zona franca en su provincia, que provocó cortocircuitos con diputados oficialistas del norte del país.

“Lo que no tiene este Gobierno es un presupuesto de ajuste, un presupuesto neoliberal. No elige en ese menú de opciones de los economistas del prime time de la televisión argentina y que plantean una reforma impositiva para bajarle los impuestos a los ricos, o una reforma previsional para perjudicar a los jubilados, o una reforma laboral para perjudicar a los trabajadores, o la liberación cambiaria para que la inflación se dispare, o piden la libertad de los flujos de capitales para que cada uno entre o salga como quiera”, se defendió Marcelo Casaretto, del Frente de Todos.

Su compañero Itai Hagman le respondió a Laspina. “Los presupuestos de los últimos años tenían un rumbo y este lo cambia totalmente: la partida que más cae son los servicios de deuda y la que crece son los servicios sociales y de obra pública.  Siguen diciendo que hay dirimir entre ajuste o deuda. El gobierno anterior hizo las dos cosas”.

La Política Online

Juan Carlos Casas

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