Opinión

Difusión sostenida, positiva

Por Antonio Torrejón

Difusión sostenida, positiva.

Se denomina así, la acción de comunicar en forma organizada y permanente, noticias e informaciones que llegando al consumidor final, despierten el adecuado interés por conocer determinados atractivos y productos, siempre. Es la base, el piso a partir del cual se desencadenan todas las variables que mencionamos con distintas palabras con la misma intención. En nuestro caso de vender sostenida y permanentemente, un producto o un destino turístico. Un destino turístico podría ser “lo más relevante de la Tierra” pero si el público no se entera que existe, y que esta a su alcance, no aparecerá en la historia de la oferta turística.

La palabra, el “don de comunicarnos, es probablemente el más importante de los dones, concedidos por el Creador a los humanos, ya que sin esa aptitud el poder de razonar que nos diferencia de los animales no tendría mucho valor al no poder compartir lo comunicado con nuestros semejantes. En consecuencia, la difusión sostenida a través del poder de la palabra, o de otros medios escritos, televisivos o sensoriales es imprescindible para poder compartir con los demás, de forma organizada y entendible, nuestros descubrimientos, nuestros anhelos, nuestros planes, nuestras inquietudes… y todo lo demás que sentimos o pensamos, de las alternativas de vivir, y consumir, siempre.

La comunicación sostenida, por ende, es base fundamental de la promoción de un producto -no importa de qué índole o efecto, incluyendo el “producto turístico”- como parte del proceso de investigación o “marketing” de ese producto en el mercado que uno haya elegido.

Para que un objeto, servicio, propiedad, sector, comarca, región, o país se convierta en una atracción turística con caracteres de “producto” para ser ofrecidos, es necesario que este potencial producto llene una serie de requisitos mínimos que son necesarios, antes de que este pueda considerarse en condiciones para poder competir con los múltiples “productos” similares que optan por el favor de los consumidores (los turistas). El requisito final, antes de su lanzamiento y para su posterior permanencia en el mercado es: la difusión sostenida, positiva

Hablando en nombre de la OMT, el doctor David de Villiers, secretario general adjunto de la OMT manifestó, que “en un mundo que cambia con mayor rapidez y radicalidad de lo que nunca se creyó, las comunicaciones se han convertido en un pilar fundamental de la información, el entendimiento, el progreso y la paz. No sólo el mundo corre a la velocidad de las aguas del río, sino que, de vez en cuando, se ve conmocionado y sacudido por eventos dramáticos e inesperados que distorsionan el fluir de las cosas como las cataratas distorsionan el fluir del río. El entorno cambiante ha hecho que el sector turístico esté más consciente que nunca de la necesidad de unas comunicaciones efectivas profesionales y conducentes”.

“Las comunicaciones son clave para el reto de gestionar un sector global estable, en un mundo inestable”, subrayó el doctor de Villiers, para más adelante añadir: “ha llegado el momento de ampliar la asociación público-privada con un nuevo interlocutor, los medios de comunicación, invitados a contribuir a este proceso de difusión sostenida y a actuar como guardianes para garantizar que el turismo se desarrolle de manera responsable y permanente”.

El llamado de la OMT no podría ser exteriorizado con mayor claridad. Es tiempo, de que, tanto el sector privado, como el sector público del turismo, amplíen su interrelación con los medios de comunicación locales e internacionales para contribuir al desarrollo de los productos turísticos, pero que también se acepte como bueno y válido su insoslayable deber de actuar como guardianes cuando ese producto se vea encauzado hacia plataformas insostenibles.

En otras palabras, el sector turístico debe tomar en cuenta a los forjadores de la opinión pública (medios de comunicación y periodistas), antes de embarcarse en proyectos aventureros o potencialmente controversiales, y si no lo hace, tampoco puede exigir que estos forjadores de la opinión pública callen, escondan o ignoren las debilidades o efectos negativos de dichos proyectos. En resumen, cada producto turístico debe estar acompañado de una profesionalmente diseñada estrategia de difusión sostenida positiva, para que llegue en tiempo y forma al consumidor, en nuestro caso al viajero turista.

Es bueno advertir, sin embargo, que la comunicación por sí sola, y por excelente que fuera, no produce milagros. Un producto que no reúna la mayoría de las condiciones para satisfacer al consumidor no podrá sobrevivir como tal por mucho tiempo porque, aún aplicando una extraordinaria campaña de comunicaciones, hay que recordar el axioma que reza mas o menos así: “podrás engañar a mucha gente por un tiempo, pero no podrás engañar a todo el mundo, todo el tiempo”.

Un comentario

  1. Dejen de mentir con el turismo. Mar del Plata no existe y la gente que va lo hace sin promoción mediante

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