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Cuatro tiros y la interna gremial del SAON que no cicatriza

Revista-Puerto-SAON-04Sergio Pacheco ya estaba acostado el martes 10 de noviembre al filo de la medianoche. Le había dolido mucho la cintura y decidió no hacer lo que hacía casi siempre: recostarse en el sillón del living para mirar un rato televisión con alguno de sus cuatro hijos.

Estaba dormido cuando el sonido de cuatro tiros hizo añicos la monotonía de la noche en Lebensohn al 4600, en el corazón del barrio Cerrito Sur del puerto marplatense. Las balas también rompieron los vidrios de la ventana del living donde Pacheco suele mirar fútbol por la tele, y el frente de su casa.

“No me mataron de casualidad”, dice Pacheco, casi una semana después, todavía con los ojos bien grandes, como rastro de la incredulidad y el temor que todavía guarda de aquella noche brutal.

Está rodeado de sus compañeros de la Agrupación Azul y Blanca donde hasta hace un tiempo funcionó la sede del Sindicato Argentino de Obreros Navales (SAON). Pacheco es raschín en Pesquera Argentina, del Grupo Valastro, hace más de una década.

Diego Villarreal es uno de los referentes de la corriente gremial junto con Jorge De Filippis, todavía Vocal de la Conducción Nacional que encabeza Cayo Ayala. Ambos se esfuerzan en asegurar que la balacera a la casa de Pacheco se trató de un hecho de inseguridad corriente, como sufre cualquier marplatense.

Ellos descartan cualquier posibilidad de vincularlo con la interna gremial que los enfrenta con la conducción nacional del SAON. “Hasta que no sepamos quiénes fueron no podemos aventurarnos con acusaciones apresuradas. Eso es lo que ellos quieren”, coinciden los referentes.

En la noche de la balacera solo hubo cuatro disparos. Los cuatro en el frente de la casa de Pacheco que hizo la denuncia en la Comisaría Quinta. El obrero naval le entregó un plomo que quedó incrustado en el frente de su casa y otro que le llevó un vecino de enfrente, producto de un rebote. “Es de un 38 o de una 9 milímetros”, dice Pacheco.

Es imposible no ligar los tiros con la grieta que se ha abierto entre los obreros navales de Mar del Plata desde principios de año y ha recrudecido luego de la elección que se desarrolló el 6 de agosto pasado y marcó un triunfo de la lista oficialista que encabeza Juan Speroni, pero que ha sido denunciada por fraude desde la Agrupación Azul y Blanca.

Presentaron pruebas ante Elena Otarola, directora Nacional de Asociaciones Sindicales del Ministerio de Trabajo con los 240 obreros navales afiliados en Mar del Plata que el oficialismo no incluyó en los padrones electorales.

“No estamos muertos con el resultado de la elección. Ellos (por la Lista Rosa) dicen que ganaron pero el Ministerio sigue analizando pruebas”, dice Villarreal, a quien el 12 de febrero pasado desconocidos le arrojaron  una bomba molotov en la puerta de su casa que incendió parte de su auto. Tres semanas después, desconocidos dejaron un artefacto similar en la puerta de la casa de Diego Ugarriza, otro de los referentes.

“Nosotros luchamos desde adentro. Ganamos en Mar del Plata y estamos en condiciones de ser Seccional. Por eso nos quedamos en esta casa, que es la de todos los compañeros; por eso tenemos tanto apoyo”, afirma envalentonado.

La semana pasada se conoció un operativo que impulsó el oficialismo del SAON en talleres y astilleros de Mar del Plata. Lo encabezó Ramón Gómez, secretario de Actas y futuro secretario Gremial si se convalida el triunfo de Speroni.

La información que hizo circular la conducción nacional del SAON daba cuenta de que entre el 3 y 4 de noviembre pasado realizaron inspecciones en 40 lugares distintos de Mar del Plata, en compañía del Ministerio de Trabajo de la Nación. En el balance encontraron “trabajadores indocumentados y empleadores que abusan de estos individuos que por falta de documentos deben trabajar al margen de la ley”, dijo Gómez.

Desde el Ministerio de Trabajo de la Nación se diferenciaron de Gómez. Fuentes extraoficiales marcaron que solo visitaron un taller y no refieren la existencia de obreros indocumentados. “Es una puesta en escena para mostrarle a Rial (Noemí, viceministra de Trabajo), que Mar del Plata es un caos”, refiere De Filippis.

Además de Secretario de Actas del SAON, Gómez abraza el mundo del cooperativismo. En el puerto recordaron que fue presidente de la Cooperativa “20 de Abril” que hasta no hace mucho tercerizaba personal en SPI Astilleros y actualmente lo hace en otros talleres del conurbano.

Cuando Walter Castro decidió dar un paso al costado del SAON y renunciar a la Comisión Directiva Nacional, dio a conocer algunas maniobras de Gómez como Presidente de “20 de Abril” por entonces.

“Como dirigente de la cooperativa y Secretario de Actas del gremio autoriza el uso de la obra social OSPENA para los trabajadores de la cooperativa y que a su vez la Obra Social oficie de ART, ya que la cooperativa no contaba con cobertura”, dijo en aquel momento el ex Secretario Gremial.

Gómez de los dos lados del mostrador en beneficio propio. Si el Ministerio de Trabajo levanta la observación que pesa sobre las elecciones en el SAON, Gómez ocupará el cargo que detentaba Castro.

Gómez es uno de los que no puede explicar a dónde van los fondos que recauda el SAON por el 2 por ciento del bruto que le descuentan a los trabajadores de Mar del Plata en concepto de servicio de sepelio.

Entre 2007 y 2012 se recaudaba 1.000.000 de pesos por año en este concepto. En la Delegación Mar del Plata durante esos años fallecieron cuatro compañeros, a razón de 5 mil pesos cada servicio. Muchos obreros navales se preguntan dónde fueron a parar los 4.980.000 pesos restantes.

Parece que la respuesta son balas.

Roberto Garrone

Revista Puerto

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