Arte y Cultura, Teatro

CRITICA – Por suerte, está

Por Virginia Ceratto

Exito en Londres, Barcelona y Buenos Aires, ¿Estás ahí? del impecable y prolífico Javier Daulte, llegó a la Sala Nachman ajustada primorosamente por la fina dirección de Mario Carneglia -un director que bien merece nota aparte- para prestigiar, definitivamente, la oferta de espectáculos  que no se rinden al facilismo de la mortadela y el strass (léase culo, teta y obviedades) en esta temporada 2011.

Protagonizada por Santiago Verón y Gabriela Meyer -ella en un feliz debut en el escenario-, esta comedia dramática ahonda, sin golpes bajos y sin apelar a tortuosas peripecias, en las delicias de la vida conyugal, a las que imprime, casi como siguiendo los lineamientos de “lo fantástico” un toque de otro mundo, pero tomado desde lo cotidiano, con una aceptación natural que gana en verosimilitud y que permite al espectador, reconocerse en muchas acciones espejo.

El fino pasaje entre la comedia y la tragedia, entre las situaciones hilarantes y la pena, entre la crisis y la ternura, se dan -acompañando la exquisita simplicidad (no simplona) del texto-  ininterrumpidamente, gracias a la dirección de Carneglia, que opera sobre dos actores que juegan y se juegan generosamente a la hora de sacar al máximo sus potencialidades. Aquí no hay cotillón sobrenatural; aquí, como en la cita de Aristóteles, la vida y la muerte se dan en un continuo y entonces, sencillamente, “sólo lo que tiene alma tiene voz”. Y la voz se consigue gracias a la ductilidad de estos actores.

Una pareja sorprendida por no una, sino dos intromisiones trágicas en la vida de cualquiera -un fantasma y una madre/suegra, que brillan por la ausencia corpórea pero que mantienen una presencia imposible de soslayar- , más un accidente fatal -elementos que podrían haber hecho de  ésta, una obra macabra- intentan construir un puente entre lo posible y lo imposible, entre la cordura y el delirio, entre la pérdida y el amor. Y por delante, por detrás y mientras, flota una pregunta enmascarada en la pregunta que da título a la obra: ¿será hora de decir adiós?

Si usted se pregunta cuando lee la cartelera: Teatro… ¿estás ahí?, vea esta obra porque en ella, el teatro, por suerte, está.

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