Política

COVID 19: Contagios en el menú de la temporada alta; un plato para no repetir

Entre el martes 3 de noviembre y hoy, ingresaron a la Sala de Situación del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires un total de 1.170 casos nuevos de coronavirus correspondientes a General Pueyrredón, lo que arroja un promedio diario de 234 contagios. Sin embargo, el Municipio informó en dichas jornadas siempre menos de 200 nuevos casos.

Para más precisiones, se pasó de 22.155 contagios a 23.325 a las 19.00 hs del 7 de noviembre, mientras que el gobierno de Guillermo Montenegro reportó el miércoles 4, 176, el jueves 5, 191, y el viernes 6, 189 casos, y en la última jornada, 185, totalizando 22.645 desde que comenzó la pandemia, lo que da una diferencia con provincia de 680 casos.

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Aunque parezca un detalle, está lejos de serlo. Si bien es evidente la baja de personas contagiadas en la ciudad, dato que se verifica fácilmente en la cantidad de camas de terapia ocupadas, a la hora de arrojar estadísticas, hay números que funcionan como una especia de barrera psicológica. No es lo mismo informar 240 casos que 190.

Las demoras en la carga de datos del SISA, reconocidas en su momento por el propio Gastón Vargas, Director de la Zona Sanitaria VIII, favorece la manipulación de los mismos. Y a escasos 50 días del comienzo de la temporada, luego de un año para el olvido, se torna necesario dar buenas noticias. Aunque aquello entrañe no pocos riesgos y se trate, al fin y al cabo, de un mensaje distorsionado. Y muy peligroso.

La eventual combinación de tres factores genera preocupación en los profesionales y trabajadores de la salud en Mar del Plata de cara a la temporada: la llegada masiva de turistas, la desobediencia social que se hace evidente desde hace meses, y la poca o nula propensión de las autoridades tanto municipales como provinciales a controlar. “El escenario se presenta complicado. Están dadas todas las condiciones para un rebrote fuerte. Es lo que decimos en voz baja desde el sector de Salud”, avisa un reconocido médico de la ciudad.

En las últimas horas se confirmó que las playas de la zona de La Perla ya tienen un 96% de ocupación para enero. La crisis económica generada por la pandemia y la cuarentena no parecen haber hecho mella en varios sectores, que con la fatiga emocional del encierro y el cierre de fronteras de los países vecinos, optarán por los centros turísticos del país, entre ellos Mar del Plata.

Consultado por este medio, el Director de la Escuela de Medicina de la ciudad, Adrian Alasino, una de las voces más sensatas que se han escuchado en los últimos meses respecto a la pandemia, celebró tanto la instalación del Hospital Modular como la nueva “Unidad de Refuerzo Sanitario”, que aportará 9 camas más a las escasas que tiene Mar del Plata, pero advirtió que “una pandemia no se controla desde los hospitales, sino desde un trabajo territorial”. Y agregó tajante: “El hospital es el último eslabón de la cadena. Si llegas a eso, quiere decir que la estrategia fracasó. Y aquí no veo ningún trabajo de prevención”.

En relación a la inminente temporada, califica al escenario como “muy difícil”, señalando que “me alarma la falta de acuerdos y de claridad respecto a los protocolos. Observamos el establecimiento de dispositivos muy poco aceitados. Nosotros, por ejemplo, ni siquiera fuimos consultados”. Un ex funcionario del área de Salud agrega que “algunos protocolos no se van a cumplir y otros son directamente incumplibles”.

El pasado lunes 19 de octubre, el Gobernador Axel Kicillof visitó la ciudad y anunció formalmente el comienzo de la temporada. Allí dijo que la misma comenzará el 1 de diciembre y se extenderá hasta el 4 de abril, y que los turistas tendrán que convivir con protocolos en las playas, los hoteles, los restaurantes y los espacios públicos. Además, deberán bajarse a sus celulares, sólo aquellos que transiten por territorio bonaerense, una aplicación llamada Cuidar Verano, que servirá para gestionar el permiso para ingresar a los municipios de la costa, donde deberán cargar cuántos días permanecerán, la localidad en donde estarán, con qué personas viajarán y en dónde se alojarán.

Pero también el mandatario, en la misma conferencia, aseguró que no iba a haber durante la temporada ni teatros, ni cámpings ni boliches, para luego volver sobre sus pasos en apenas pocos días. Y aún los protocolos para las distintas actividades no están aprobados formalmente por la provincia. Lo que se sabe hasta ahora es que no se habilitarán duchas en los vestuarios, y que la primera medida preventiva será en el acceso donde un trabajador del balneario deberá tomar la temperatura y registrar los datos de los clientes que accedan, a la vez que tendrán que higienizar sus manos con alcohol

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Por su parte, en las carpas, las condiciones serán las habituales aunque se prevé que haya mayor control sobre la cantidad máxima personas que pueden estar. Y la utilización de la pileta será mediante turnos de 20 minutos que deberán ser solicitados en la administración. Así mismo, para circular por el balneario será obligatorio el barbijo mientras que en las carpas o sombrillas no.

“No sólo el sector turístico necesita facturar. El Estado también necesita recaudar. Nadie va a controlar absolutamente nada”, arriesga un ex funcionario municipal. El pasado domingo 1 de noviembre se pudo observar en Plaza España, en el barrio de La Perla, una banda de música tocando en vivo, cientos de personas sin distancia entre ellas ni usando barbijos, y tanto efectivos de la policía bonaerense como de la patrulla municipal contemplando impotentes la escena. Un pequeño anticipo de lo que podría ocurrir en verano.

Otra de las disposiciones oficiales es que los turistas no tendrán que hacerse un testeo previo para ingresar a las localidades y en el caso de que se contagien de coronavirus, deberán volverse a sus domicilios, siempre y cuando sean asintomáticos o tengan un buen estado de salud. Si no tienen medios para regresar, serán derivados a centros especiales de aislamiento que se montarán en los municipios. “Esto es incumplible. Cómo le vas a decir a una persona que se siente bien que deberá quedarse aislado en un hotel habiendo pagando una estadía de vacaciones. Y además cómo hacés para controlarlo. Esa persona sigue su vida y anda contagiando por todos lados”, asevera Adrian Alasino.

El citado Director de Medicina también señala una problemática que se viene arrastrando desde que comenzó la pandemia, no sólo en Mar del Plata sino en todo el país: la falta de testeos. El Dr. Alasino sostiene que “hay que aumentarlos en verano por lo menos 20 veces más”. Un dato: el 7 de noviembre, apenas se realizaron 350 testeos, pasando de los 40.786 que la Sala de Situación registró al cierre del viernes 6 a 41.136, cifra correspondiente a las 19 hs del día siguiente. Es decir que sobre una población estimada en 700.000 habitantes, desde el 12 de marzo apenas se hisoparon poco más de 41.000 personas, lo que representa sólo el 5,8% de los marplatenses, además de arrojar una positividad alta: 55%.

Pero además de ello, Mar del Plata tiene una tasa de letalidad del 3,76%, una de las más altas del país, con 877 fallecidos. El 3 de octubre, el sistema había detectado 430 muertos. Apenas poco más de un mes después, la cantidad se duplicó. Un dato al que pocos le prestan atención y que parece gravemente naturalizado.

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Bianco y Montenegro, cuando se inauguró el Hospital Modular

Prosigue el Dr. Alasino: “Para evitar un problema mayor, si existe un brote lo primero que hay que hacer es evitar que ese brote se propague. Y para ello hay que tener capacidad de trabajo territorial”, señalando como ejemplo la implementación constante del Plan Detectar. “De nada sirve aplicarlo dos días. En una ciudad como Mar del Plata la aplicación debe ser mayor”, asegura. Y agrega que ello es muy útil para la “detección de zonas con contagios y el posterior bloqueo de transmisión. En otras palabras, desplegar y replegar gente, o aperturas y cierres temporales”.

En la misma línea se manifestó el ex subsecretario de Salud Pablo De la Colina: “Testeo, detección y bloqueo. Acá nunca hicimos eso”. Continúa el Dr. Alasino: “La cuarentena en marzo estuvo bien decidida porque tenemos un sistema de salud absolutamente desfinanciado en los últimos 30 años. Pero se debió abrir y cerrar temporalmente”

En la conferencia de prensa brindada en las últimas horas, con motivo de las nuevas disposiciones tomadas en relación a la cuarentena, Axel Kicillof informó nuevas medidas para enfrentar la nueva enfermedad: “sostener y profundizar la búsqueda activa de casos”; “fortalecer las pautas de cuidado”; “aplicar una política de distanciamiento inteligente”: “sostener una vigilancia activa de contactos estrechos”: y una “cuarentena focalizada”.

Otra de las novedades de las últimas jornadas fue la noticia de la presunta llegada y aplicación de la vacuna rusa “Sputnik V” a nuestro país para fines de diciembre, algo que parece más una expresión de deseos que una realidad científica.

Desde el Conicet afirman que “los ensayos en fase III requieren decenas de miles de voluntarios. Se aplican distintas estrategias, con grupo control y se hace con doble ciego, ni el que da ni el que recibe sabe qué recibe, para que no haya sesgos. Cuando se alcanza un número de individuos con resultados robustos estadísticamente se rompe ese ciego y se analizan los datos. En el caso de la Sputnik V el ensayo involucra más de 40.000 voluntarios que aún se reclutan y se calcula que cuando se llegue a 5000 se hará una apertura para ver datos. Estos ensayos en general duran más tiempo para analizar el largo plazo, pero dada la emergencia se buscarán datos ahora… pero siempre deben ser sólidos para no usar algo dañino o que genere desconfianza. Lo que puede pasar es que no tengamos datos a largo plazo”.

La Fase 3 comenzó en Rusia en septiembre, por lo que recién entre febrero y marzo podría haber resultados. Consultado por este medio, el abogado marplatense Julio Razona aseguró que “tanto el Código Civil argentino como la propia Constitución y los Tratados Internacionales prohíben expresamente usar a la población para experimentos científicos, salvo previo consentimiento de la persona. Y lo que se haría acá de aplicarse la vacuna es eso, un experimento”.

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Dr. Adrian Alasino 

Y agrega que “lo que se va a hacer es peligrosísimo, porque aunque ya se dijo que no va a ser obligatoria, hay cientos de miles de personas que confían y no sabemos las secuelas que esto puede tener en el organismo. Los únicos responsables serán los funcionarios del Ministerio de Salud y el Gobierno Argentino”.

Las palabras presidenciales en torno a la vacuna forman parte de una etapa en la que los dirigentes argentinos, luego de meses de aciertos y desaciertos respecto a las medidas para enfrentar el coronavirus, han decidido asumir posturas sumamente riesgosas, en el contexto de un agotamiento físico y mental por parte de la población, entremezclada con una falsa sensación de haber superado definitivamente la enfermedad, de fuertes necesidades económicas, y de un poco apego cultural a las reglas.

Europa, una vez más, funciona como postales de un futuro posible, pese a que en el viejo continente la temporada de verano fue un fracaso, rondando apenas el 50% de ocupación, donde se viven en algunos países fuertes rebrotes. Aquí nadie duda sobre la masiva llegada de turistas a los centros de veraneo.

Concluye el Dr. Adrian Alasino “Somos latinos. La desobediencia es un problema cultural. Y contra eso es muy difícil luchar. La temporada la miro con mucha preocupación”.

Pablo Portaluppi

pabloportaluppi01@gmail.com

 

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Un comentario

  1. Excelente Pablo!! Completa y organiza la información existente sobre el tema. Un abrazo

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