Política

Coronavirus: ¿Llegó la hora de mirar para otro lado?

 

A pesar de que la propia Municipalidad de General Pueyrredón prometió a través de un comunicado hace pocos días “brindar información más precisa” sobre los partes diarios de coronavirus emitidos, el contenido de los mismos continúa siendo sesgado y altamente impreciso.

Pese a lo prometido, brillan por su ausencia datos tan relevantes como la franja etaria de los contagios y los fallecidos, el tiempo de duplicación de casos, y la cantidad tanto de hisopados realizados como de personas que esperan el resultado. Además, la ampliación de los partes, cuyo horario fue modificado para que “el equipo epidemiológico pueda contar con más tiempo” para investigar, sigue haciendo alusiones a términos tan genéricos como “instituciones de salud”, y “contactos de casos positivos”, que bien podrían tratarse de contagios sin nexo si el origen fuera una persona de la que se desconoce dónde y cómo contrajo el virus.

Demasiadas imprecisiones para que la sociedad pueda convivir con la nueva enfermedad. No se hace mención, por ejemplo, a qué ocurrió con los brotes detectados en instituciones tan sensibles como el Hospital Regional o el Materno Infantil. Tal vez de lo que se trate es de evitar el pánico social, justo en que la situación económica se ha tornado insostenible para muchos sectores en una ciudad que ingresó a la cuarentena con altos índices de desempleo y pobreza. Pero al menos alguna alusión al tema se debería decir. Lo mismo le cabe a los medios más leídos de la ciudad y con acceso directo a fuentes oficiales, quienes debieran indagar un poco más al respecto. Al fin y al cabo, una de las características más salientes del periodismo es la desconfianza.

Llama la atención la fuerte caída de los contagios producidos entre los 84 detectados el viernes 31 de julio a los menos de 40 informados entre sábado y domingo. Alguna explicación podría hallarse en que durante los fines de semana se hisopa y se analizan menos muestras, pero desde que el gobierno de la provincia de Buenos Aires estableció el célebre sistema de fases, comenzó a tallar fuertemente la política en la toma de decisiones.

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También la economía hace lo suyo. Los bares y restaurantes permanecieron absurdamente cerrados entre el 16 de marzo y el 3 de julio, cuando Mar del Plata apenas totalizaba medio centenar de casos. Seguramente un sentimiento de culpa se apoderó de los dirigentes, quienes actuaron con un pánico estremecedor cuando comenzó la pandemia y llegaban informaciones truculentas desde Europa y EEUU mostrando un posible futuro para la Argentina. Y en momentos en que en la ciudad  pasó de 49 casos a 773 en apenas 30 días, no sólo se decide la apertura de la gastronomía sino también de los gimnasios y los natatorios. En buenahora, pero es evidente que esta decisión se debió haber tomado mucho antes.

Así lo hicieron provincias tan importantes como Córdoba y Mendoza. En esta última, la gastronomía fue habilitada el 27 de mayo, mientras que “la docta” hizo lo propio el 7 de julio. El gobernador mendocino, Rodolfo Suarez, acaba de decretar el cierre de los bares por 15 días ante el aumento de casos registrados en la provincia. Ante esta decisión, resulta evidente que primó un criterio epidemiológico. Quizá fue lo que debió ocurrir aquí de no ser por la tozudez, en especial por parte del gobierno de Axel Kicillof, de no permitir su apertura mucho antes. En el caso marplatense, seguramente influyeron factores económicos y políticos.

Siguiendo con Mendoza, merece destacarse que todos los viernes, la provincia informa con extrema precisión datos acerca de los contagios. Se conoce, con solo acceder al portal del Ministerio de Salud provincial, que en la franja que va desde los 15 a los 29 años se produjo cerca del 30% de los contagios, siendo la edad promedio de 22. Mientras que la de letalidad, es de 79 años. Así mismo, se precisa cantidad de hisopados realizados en el día. El contraste con nuestra ciudad y con Buenos Aires salta a la vista.

Mar del Plata no es una provincia, pero supera a varias en población, siendo el tercer distrito electoral en importancia de todo el territorio bonaerense. Lo cual hace imperioso una mejor información acerca de la evolución del virus. Mucho más si, como ya se señaló, hay que convivir con él.

Para tener una real dimensión de la penetración de la enfermedad en la ciudad, hay que subrayar que Mar del Plata supera en cantidad de contagios a 15 provincias. Y la cantidad de casos sin nexo sigue siendo materia de controversia. Mientras el Municipio asegura que se registra sólo el 10% de contagios indeterminados, las cuentas indicarían que la incidencia es mayor.

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De las 84 personas contagiadas informadas el viernes 31, en 10 no se pudo establecer el nexo epidemiológico, lo que se suman a los 30 de los tres días anteriores. Mientras que de los 70 casos registrados entre el sábado 1 y el lunes 3, de 18 de ellos no se sabe el origen del contagio. Con sólo tomar estos últimos datos, la tasa de indeterminación sería del 25,7 %. Si la Secretaría de Salud logró determinar los nexos, sería prudente que lo informe, aun resguardando identidades y lugares específicos.  

La provincia de Buenos Aires también aporta lo suyo. Al amañado sistema de fases, le suma voces disonantes dentro de la propia administración. Por un lado, el Jefe de Gabinete Carlos Bianco se muestra dialoguista y comprensivo. Mar del Plata es un claro ejemplo de ello. Pero por otro lado, Nicolás Kreplak, Viceministro de Salud bonaerense, manifiesta que de seguir aumentando los contagios, “tendremos que volver rápidamente a una fase 1”. Y contradiciendo el propio Intendente Guillermo Montenegro, afirma que en la ciudad hay transmisión comunitaria: “Estamos trabajando fuertemente en esto, en la búsqueda de los casos a ver si efectivamente se encuentra todo relacionado con brotes o si hay transmisión comunitaria, esto parece que está bastante corroborado”, le dijo a un medio local.

Lo mismo ocurre con el criterio de altas, que es uno de los argumentos utilizados por el gobierno municipal para no retroceder de fase. Pero el sistema convalidado por el Ministerio de Salud nacional es muy laxo, acaso por falta de recursos y por falta de voluntad política. De acuerdo al nuevo criterio, en las personas asintomáticas o con sintomatología leve, después de 10 días de la aparición de síntomas, el paciente está en condiciones de ser dado de alto sin necesidad de un hisopado.

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Como una demostración cabal de que la hora de mirar para otro lado ha llegado, el gobierno municipal se sigue negando a implementar el plan Detectar en los barrios. Pese a que se había anunciado a fines de la semana pasada que se iba a comenzar a rastrear posibles casos en barrios donde se presume que hay varios contagios, como Las Heras, que alberga a 35.000 almas, desde los Comité Barriales de Emergencia aseguraron en las últimas horas que el operativo “no se implemementó en Mar del Plata y tampoco está claro si se hará en el futuro cercano”, manifestaron a través de un comunicado. Con una economía muy golpeada y con una sociedad con evidentes signos de hartazgo por la larga cuarentena, la idea de aplicarlo no parece demasiado conveniente ni a unos ni a otros.

La reciente noticia de tres fallecimientos en la ciudad durante la última jornada donde se constató la presencia de covid post-mortem en los tres cuerpos, pone en evidencia que puede haber muchos casos sin detectar. Hace 15 días, la nueva dirección del Hospital Houssay, donde comenzó el primero de los brotes que la ciudad viene sufriendo desde julio, aseguró que iba a hisopar a todo el personal. Pero tres fuentes del nosocomio le aseguraron a este medio que nunca fueron testeados.  

Lo mismo ocurre con los controles. Apenas sube un poco la temperatura, basta con recorres algunos espacios verdes de la ciudad para corroborar la presencia de numerosos grupos de personas, jóvenes y no tan jóvenes, sentados en grupo en el césped compartiendo el mate, sin barbijo ni distanciamiento. También los juegos de las plazas se ven atestadas de chicos, y hasta hay picadas de motos en la avenida costera. La policía ni siquiera aparece por allí. Del pánico inicial que envolvió a la dirigencia se pasó a un riesgoso ninguneo ante algunas situaciones.

Los contagios reportados en las dos últimas jornadas-31 y 46-muestran que aunque los brotes se habrían controlado, los casos continúan de manera constante. Lo que ofrece un escenario riesgoso. También va en esta dirección la enorme cantidad de recuperados. En los dos últimos días, superaron a los nuevos positivos. Pero el flexible sistema de altas que establece el protocolo no parece muy seguro. Los 10 días parecen escasos para garantizar la desaparición del virus. Pero en todo caso habrá que confiar en los profesionales que así lo determinaron.

Después de 135 días de cuarentena, no hay consenso para una eventual vuelta atrás. Las arcas públicas están exhaustas y el riesgo de no acatar las decisiones oficiales, con un exponencial crecimiento de la pobreza, el desempleo y el delito, no parece tan lejano. En Mar del Plata y en todo el país.

Pablo Portaluppi

 

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5 Comentarios

  1. ya a esta altura ;no interesa esa info;tal vez si llegáramos a tener algún fallecido;pero es poco común.

  2. Hace rato mira para otro lado la intendencia.

  3. Hay que seguir, y convivir con este nuevo virus

  4. Queremos saber la realidad sanitaria de Mar del Plata .cerrar la ciudad por 5 dias y testear a los trabajadores de salud y muchas actividades que tenemos riesgo de contagio .

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