Con la declaración de cinco víctimas de los hechos ocurridos en el centro clandestino de detención conocido como “La cueva”, durante la última dictadura, continuará hoy en el Tribunal Oral Federal el juicio contra el suboficial Gregorio Molina. Se recuerda que este es el segundo juicio de estas características que se realiza en la ciudad.
Las víctimas declararán ante el Tribunal integrado por los jueces Juan Leopoldo
Velázquez, Beatriz Torterola y Juan Carlos Paris. El proceso comenzó ayer, ocasión en la que el abogado querellante César Sivo, ofreció nuevas pruebas y reiteró el pedido de incorporación de testimonios, prueba documental y la realización de la inspección ocular al centro clandestino.
Se recuerda que estas pruebas habían sido denegadas en anteriores oportunidades por el Tribunal. Tanto la Fiscalía como el Colegio de Abogados, también querellante en la causa, adhirieron al planteo de Sivo. Se recuerda que Molina está imputado por los homicidios agravados de Norberto Centeno y Jorge Candeloro, además de la privación ilegítima de la libertad y la aplicación de tormentos y apremios ilegales a 38 víctimas.
“Hay que restablecer el sentido del juicio como proceso de reconstrucción de la justicia y la verdad. Dar testimonio es lo que da cuerpo a las pruebas jurídicas, así como la construcción de la memoria”, señaló el abogado a la hora de justicia el pedido que realizó ante el Tribunal.
Las declaraciones peticionadas son testimonios de familiares directos de las víctimas (madres, hijos, esposas), de personas que fueron testigos presenciales de los secuestros así como de suboficiales y soldados que pueden dar cuenta del funcionamiento del centro clandestino y del rol que cumplía Molina en el mismo.
Sobre la víctima que declaró en la primera jornada, acusó directamente al imputado de haber sido el autor de los más variados tormentos y que él mismo se encargaba de realizar la tarea. “Este hombre era el que venia con la patota, era el que nos sacaba, nos llevaba y retiraba de la sala de tortura”, remarcó.