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Como en las personas, el exitoso uso de cannabis en animales está comprobado y buscan el amparo de la ley

Profesionales veterinarios, dueños de mascotas y usuarios de cannabis medicinal, entre otros, de todo el país comenzaron una campaña para legalizar el acceso terapéutico de la planta en animales. En Tandil, una de las pocas ciudades en darles el mismo lugar que a las personas, también bregan para que los no humanos cuenten con ese derecho a la salud en la Argentina.

 

 

 

Stella Maris Marcos es veterinaria egresada de la Unicen, especializada en pequeños animales y actualmente trabaja en laboratorio. El cannabis llegó a su vida para sanar a su mamá, que padece escoliosis del adulto y reveló que es una enfermedad muy dolorosa. Luego de 10 años de uso de opioides, por indicación médica le sugirieron probar con el aceite de esa planta para mejorar su calidad de vida. A su vez, ella tenía una perrita entrada en años, con la cual se criaron sus hijos, y también aplicaron en ellas esa terapia. En todos los casos, el tratamiento resultó efectivo.

Fue así que se acercó a Cannabis Medicinal Tandil, presenció una de las charlas de autocultivo en la Facultad de Ciencias Humanas y el interés que allí despertó no hizo más que crecer. Al poco tiempo ya tenía su primera planta y con ella pudo hacer su propio aceite, tanto para la mamá como para su mascota.

Comprometida, sintió la necesidad de comenzar a compartir esto con sus colegas y si bien todos estaban interesados, desconocían de dónde sacar las fuentes.

Hoy por hoy las legislaciones nacional y provincial respecto del uso de cannabis terapéutico no contemplan a los animales, o como se dice legalmente a los “no humanos”, por lo que a nivel local se han adherido a una campaña nacional para conseguir que se legalice el uso del cannabis veterinario. “La salud es un derecho de todos”, dice el eslogan.

 

 

Cabe destacar que recientemente Tandil se ha convertido en la tercera ciudad de Argentina en mencionar en su ordenanza a los no humanos, por lo cual al conformarse la Mesa Intersectorial de Cannabis Medicinal, se tuvo en cuenta para las acciones a los animales.

Mejora la calidad de vida

El cannabis, contó Stella Maris, reduce el dolor tanto en los animales como en las personas. Incluso, destacó que en los más viejitos, generalmente los analgésicos comienzan a jugar en contra, porque generan problemas gástricos y a la larga son malos para el sistema renal.

“Yo empecé a ver que mi perra podía tener una mejor calidad de vida, sin dolor. Es el indicado para todos esos animales que tienen secuelas nerviosas, porque dejan de temblar”, mencionó, entre otros detalles. Asimismo, reveló que el uso de aceite de cannabis es capaz de hacer abrir el apetito, lo que es un buen índice sobre todo para los gerontes.

Explicó que se puede usar tanto en animales chicos como en grandes, incluso en peces, por ejemplo. Sin embargo, donde mayor demanda hay es en las clínicas de pequeños.

Trajo a colación los trabajos que realizó el pediatra Carlos Magdalena, neurólogo infantil del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez” en lo referido a epilepsia y el síndrome de espectro autista, entre otros, todos presentados ante el Congreso de la Nación y facilitadores para que se logre el decreto que el año pasado reguló la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor de la planta de Cannabis y sus derivados.

“La realidad de hoy es que su aceite se está usando, en Tandil tenemos muchas familias cultivando y lo bueno sería que lo que está pasando esté en un marco legal, porque hoy la ley no contempla a los animales”, expresó, aseverando que todavía los profesionales, usuarios y cultivadores están desprotegidos, incluso a nivel mundial.

“Necesitamos un marco legal”

La profesional confirmó que hay vasta evidencia científica, estudios y experiencias que demuestran la eficacia de esta terapia natural para los animales. Contó que Canadá es una de las pioneras y es una de las fuentes ejemplares de información, de la cual aprenden mucho.

Por otro lado, ella forma parte de un grupo de veterinarios latinoamericanos que se dedican al cannabis y precisó que todos plantean el éxito que tiene su uso para mascotas, y con ello la necesidad de que se regule en los diferentes países.

Reveló que en Argentina hay experiencias hechas en perros con epilepsia refractaria por parte de la Universidad de La Plata, así como otros estudios bien fundamentados, que proveen de esas certezas para confirmar que es óptimo, inclusive con las mismas variedades que se manejan para la administración en las personas, aunque adecuando las dosis.

“Necesitamos un marco legal que nos permita, como profesionales, hacer una historia clínica, que el dueño de esa mascota pueda inscribirse en el Registro Nacional de personas autorizadas al cultivo controlado con fines medicinales y/o terapéuticos (Reprocann) que estableció el Estado”, enfatizó.

Mientras este soporte continúa ausente, admitió que esos usuarios están desprotegidos o caen en la necesidad de adquirir el aceite en el mercado negro, donde advirtió que hay mucho fraude y “en el mejor de los casos” lo que contienen los frascos es aceite de oliva.

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