Salud

Clínicas del GBA casi quebradas: denuncian maniobras para estatizarlas

Mientras los casos de coronavirus continúan incrementándose y las autoridades avanzan con medidas restrictivas para tratar de paliar la propagación de la enfermedad, existe un dato tan sorpresivo como preocupante.

Es que a poco más de un año del inicio de la pandemia en el país, ya son 10 los sanatorios o clínicas privadas que cerraron sus puertas en el Gran Buenos Aires (GBA). La cifra fue dada a conocer hace unos pocos días por la Cámara Argentina de Prestadores del Conurbano (Capresco).

A diferencia de lo que ocurre en la Ciudad, donde los centros de salud se financian mediante prepagas como OSDE, Galeno o Swiss Medical, en el GBA las instituciones sanitarias privadas lo hacen mediante las obras sociales de mayor calibre como PAMIIOMA u Osecac.

Las complicaciones económicas que derivaron en el cierre de al menos una decena de sanatorios continúan haciéndose sentir en los establecimientos, que aún lidian con el desfasaje monetario que corresponde a la relación aumentos-inflación.

“PAMI y IOMA no aumentan hace 15 meses, tienen pisados los aumentos y nuestros costos suben con la inflación. Entonces los verdaderos financiadores del sistema no son las obras sociales, terminamos siendo las clínicas”, señalaron desde el mencionado sector al diario La Nación.

Las clínicas Sagrado Corazón (Hurlingham), San Andrés (Caseros, Tres de Febrero), Brandsen (Quilmes), Nueva Comahue (Temperley, Lomas de Zamora), los sanatorios San Miguel (San Miguel), Mariano Pelliza (Munro, Vicente López), Plaza y San Carlos (Escobar), el Centro de Salud Norte (Villa Adelina, San Isidro) y la Clínica Los Almendros (Don Torcuato, Tigre) son las 10 instituciones sanitarias que dejaron de funcionar durante la vigente pandemia.

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