Carta de Lectores

Casi canallesco fue el discurso de la presidente

00_recorrida_4010Rodeada de militantes en su mayoría de corta edad que  fueron a apoyar a la Presidente al patio cerrado de la Casa Rosada durante una cadena cuasi nacional, en un cuadro similar al que mostraban las juventudes nazis que acompañaban Hitler en sus discursos, donde la similitud más evidente entre los chicos del patio y los del Führer era verlos agitando el puño cerrado de la mano derecha, más allá de que los del patio saltaban y algunos bailaban y los de Hitler eran más prusianos.

La Presidente Fernández durante su alocución cuestionó la marcha del silencio que dicen que organizaron fiscales para pedir justicia por la muerte de Alberto Nisman.

En uno de los párrafos la Presidente dijo: “Nosotros nos quedamos con el canto de ‘viva la patria’ y la alegría; que ellos se queden con el silencio”, dijo la Presidente en obvia alusión a la marcha organizada para la tarde del próximo 18 de febrero y agregó: “Siempre les gustó el silenció”.  Subliminalmente dijo: “nosotros nos quedamos con la alegría y el canto por la muerte de Nisman” y que “ellos lo velen“.

Desde los balcones internos de la Casa Rosada , Cristina atribuyó el “silencio” de los dirigentes de la oposición -entre quienes incluyó a miembros del Poder Judicial- a que “no tienen nada que decir o realmente no pueden decir lo que piensan”. Aquí hay que ser justo y aceptar que dijo la verdad en la última frase del párrafo, la cual está remarcada con negrilla.

Mientras cuando mataron al fiscal Nisman la presidente no abrió la boca, ahora sí hace un cuestionamiento público a la marcha de los fiscales, sumándose así a funcionarios y legisladores kirchneristas que ya la habían criticado y hasta amenazaron con pedir la recusación de los fiscales de sus causas por mostrarse con líderes de la oposición.

La Presidente también dijo: “Tengo toda la fortaleza del mundo para poder seguir trabajando. Nosotros vamos a seguir pregonando la unidad de todos los argentinos. Somos el amor por la Patria. Dejemos que los otros tengan odio”, aseguró la mandataria al dirigirse a la militancia. Estas palabras nos retrotrae al nazismo al retomar la idea del filósofo Carl Schmitt que colaboró con Hitler, y que en su libro El Concepto de lo Político, dice: “El sentido más profundo de todos estos esfuerzos por definir al “agresor”, así como precisar el hecho de la “agresión”, estriba en construir un enemigo y otorgar así una guerra que de otro modo carecería de él”. Digo yo cuidado, que estas locuras no sabemos hasta donde nos pueden llevar.

Además, la Presidente envió un duro mensaje al gobierno de Barack Obama al sentenciar: “No somos un país de cuarta ni una republiqueta bananera para que vengan a darnos consejos”, en una clara alusión a la posible colaboración del FBI para esclarecer la muerte del fiscal Alberto Nisman, como sugirieron legisladores estadounidenses.

“No vamos a aceptar ningún Braden más”, agregó la Presidente. Es bueno recordar y contextualizar que Braden surgió como consecuencia del apoyo que por adhesión u omisión le prestaba al eje nazifacista y al franquismo el gobierno de Edelmiro J. Farrel (1944-1946), donde en ese momento ya era de conocimiento público que detrás de la figura formal de Farrel estaba la figura real del general Perón, al punto tal fue así la cosa, que argentina adhirió a los aliados dos días antes de terminar la Segunda Guerra Mundial.

No es casualidad que después de la rendición de Alemania del 7 de mayo de 1945 a los nazis los hayan aceptado de la siguientes forma: a los intelectuales o avanzados técnicos se los llevó EEUU, a los grandes capitales y adinerados se los llevó Suiza y a los que estaban comprometidos con el nazismo en acción de guerra los enviaron para el sur de américa, no olvidemos que Eichmann, Mengele y otros fueron encontrados en la argentina.

Por último, es bueno recordar que el 10 de setiembre de 2013 en un discurso pronunciado por la Presidente en la Villa 21-24, expresó que iba a confesar algo que nunca había hecho públicamente y ante el público y delante de Filmus y de Taiana dijo que en julio de 1973 había votado a Perón a través de la lista del FIP del colorado Abelardo Ramos. De aquí quizás se desprende o no su familiaridad con el desaparecido Laclau, pero evidencia la conducta contextual propia de una joven de aquella época asociada al Jockey Club de la Plata, donde ser peronista era una moda, pero votar a todos los negros no.

Bueno, esperemos que todo se tranquilice y no volvamos a vivir más momentos aciagos.

Licenciado Abel Ayala

http://ayalaabel.blogspot.com.ar/

 

Un comentario

  1. Muy buena tu reflexión, la comparto plenamente y además, he aprendido hoy cosas de la historia que había olvidado o que ignoraba.
    Fuerte abrazo compañero Cacho
    Roberto

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