El intendente Carlos Arroyo volvió a las calles como en Navidad donde supervisó en persona los controles en la vía pública. En compañía de integrantes de la policía bonaerense, la nueva fuerza local, el comisario Marcelo Di Pascua y algunos funcionarios de su gabinete, el jefe comunal dialogó con taxistas y participó activamente de los operativos afinando detalles para el comienzo de la temporada.
Los operativos se apostaron en varios sectores clave de la ciudad para tratar de evitar accidentes de gravedad. Minuciosamente, los efectivos afectados labraron más de 40 actas a todo aquel conductor de motocicleta que no llevaba consigo el casco, exceso de alcohol en sangre, falta de documentación, entre otros.
En lo que respeta a los datos proporcionados por la Dirección de Tránsito, fueron secuestrados cuatro automóviles y dos motos de baja cilindrada, en tanto se labraron más de 40 actas por infracciones de distinta índole.
Así como en la madrugada de Navidad, el hombre del “impermeable azul” volvió a lo que más le gusta: regularizar los controles tránsito en la ciudad, actividad que ocupó en la década del 90 durante el gobierno Mario Russak.
Foto: Brisas
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Me parece perfecto. Un intendente tiene que estar en todas. Pero hay quien no lo entiende así. Por ejemplo, el chofer del taxi de la foto, un pultista fanático, expresó su queja por el procedimiento en el portal 0223, descalificando el control de Arroyo.