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Bandera roja en Mar del Plata

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Eduardo Vallarino, biólogo de la Universidad de Mar del Plata alerta sobre importantes índices de contaminación en el agua. Zonas no aptas para bañarse.

Pese a reiteradas advertencias de estudios científicos sobre el estado de contaminación de las aguas en la ciudad balnearia más importante del país, las autoridades provinciales hacen oídos sordos. Hace 5 años, científicos de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Mar del Plata detectaron una colonia de gusanos de mar, denominados boccardia, cada vez más numerosa. Su presencia está directamente vinculada a la materia orgánica de efluentes cloacales y pluviales. Hoy se calcula que existen 1 millón de estos organismos por metro cuadrado, número que supera ampliamente el de otras zonas costeras y que indica resultados catastróficos para el medio ambiente. Eduardo Vallarino, investigador del Departamento de Ciencias Marinas explicó a Plazademayo.com que “estamos viendo paulatinamente un incremento de contaminación en las aguas costeras. A partir de 2008 hubo un acontecimiento que nos llamó fuertemente la atención que fue la aparición de unos gusanos marinos en la zona costera en densidades enormes”.

– ¿Eso siempre existió en la zona?

– No, eso apareció repentinamente. Nosotros lo íbamos viendo y monitoreando y la verdad es que era despreciable la cantidad que había y después hubo una explosión. Este organismo es un indicador de contaminación por efluentes cloacales. Es un gusanito que no alcanza los tres centímetros, construye un tubito de arena pero tiene la particularidad de que en esta zona, como son tantos, construyen esos tubos y se va formando una especie de arrecife donde una persona puede caminar por arriba. Esto pasa en la playa que está a 800 metros de donde está el efluente cloacal. Esto llamó nuestra atención y escribimos varias notas advirtiendo sobre nuestra preocupación al respecto y pasó desapercibido. Ese mismo año, en noviembre de 2009, una ONG toma nuestros trabajos y hace una nota advirtiendo del problema y ahí surgió el gran debate que tuvimos: de repente nosotros frente a la política.

– ¿Cuál es la función que tiene este organismo?

– La mayoría de estos organismos que viven en la zona costera son filtradores, o sea, se alimentan de materia orgánica que está en suspensión, este organismo también. Lo que ocurre es que al haber más disponibilidad de materia orgánica por el efluente, entonces rápidamente se produjo una explosión. Este organismo es un invasor, está en distintas partes del mundo pero es de la zona del norte de Estados Unidos originalmente. Se ha distribuido por Australia, Europa y finalmente por acá.

– ¿Siempre se lo observa donde hay estos tipos de efluentes o también si existe otra cosa?

– Está asociado a los efluentes cloacales pero, para dar un ejemplo, se lo encontró en densidades de 140 mil en California por metro cuadrado, jamás en las densidades que los encontramos acá, que superan el millón por metro cuadrado.

– ¿Cómo entraron a la costa?

– La teoría que hay alrededor de esto es que vienen en el agua de lastre de los barcos y aunque hay procedimientos para eliminar estos organismos, muchas veces sobreviven y se van instalando. En la zona tenemos muchos organismos invasores de este tipo.

– Después del filtro que este organismo realiza sobre el agua, ¿sigue contaminada?

– La magnitud de lo que está saliendo por el efluente de Mar del Plata no podría ser procesado por estos bichos. Te estoy hablando de valores de 3,5 m3 por segundo en verano. Es un caudal enorme.

– ¿Qué consecuencias para la vida humana puede tener este nivel de contaminación?

– Lo que se sabe por parte de las Naciones Unidas es que, asociado a este tipo de efluentes como el nuestro, que son de pre-tratamiento primario en el que se eliminan sólidos hasta 0,5 milímetros y el resto pasa como viene, hay más de 35 microorganismos que pueden producir distintos tipos de enfermedades. Las más comunes son gastroenteritis y enfermedades respiratorias agudas. Lo interesante de esto es que los datos de Obras Sanitarias, que hacen estudios microbiológicos desde siempre -datos que fueron publicados en el exterior en inglés- acá los negaron, hablan de estos valores. Hasta 10 mil metros, desde el efluente cloacal hasta el Torreón del Monje, el agua no está en condiciones de baño aptas para la gente. Dice que el 10% podrían contraer gastroenteritis y el 4% enfermedades respiratorias agudas. Eso dicen ellos, aunque después lo niegan.

– ¿Cómo que lo niegan?

– Nosotros empezamos a ser los culpables de la información cuando, en realidad, informábamos un resultado y la gente de Obras Sanitarias publicó los resultados en congresos en el exterior y cuando pedimos explicaciones de esos resultados acá nos negaron la contaminación. Esto lo niegan ante todo el mundo: nosotros hemos hecho declaraciones ante la fiscalía de delitos ambientales.

– ¿Cuál es la zona más afectada?

– Desde donde está el efluente, 9 kilómetros al centro desde donde está la planta. Yo creo que de ahí hasta Constitución, por lo menos, debería estar prohibido el baño taxativamente. Y después hasta el Torreón del Monje, es la zona más afectada, o sea la más popular. Los trabajos hablan de que llega hasta Playa Grande. El problema es que no es solamente el efluente cloacal el que produce este tema de contaminación, son todos los pluviales y arroyos entubados de la ciudad porque todos esos ductos traen conexiones clandestinas y arrastran materia orgánica de distintos lugares, entonces la gente que se está bañando después de una tormenta al lado de un río, o de un arroyo entubado, como puede ser Punta Iglesias, o cualquier pluvial, se está bañando en aguas que tienen contenido cloacal. Ese es uno de los problemas.

– Cuando presentaron sus investigaciones, ¿cuál fue la reacción que tuvieron por parte del Estado provincial?

– La respuesta política es siempre la misma: primero negar, después ningunear, decir que la otra persona no sabe lo que está diciendo, más allá de que haya tesis doctorales, investigaciones científicas; y después tratar de boicotear de cualquier manera la respuesta que podamos dar. Lo que pasa es que las cuestiones ambientales no son opinables, si uno mide un agua con un tipo de contaminación, la verdad es esa medición. De hecho, si no hubiera ningún problema ambiental no estarían construyendo el emisario submarino de más de 180 millones de pesos.

– ¿Qué es eso?

– Esto es un proyecto de 2001, que se frenó con el problema del dólar y ahora se está retomando. En esta zona, donde está el efluente cloacal se está construyendo un caño de unos 4 kilómetros que va a verter lo mismo que sale acá en la zona costera a 4 kilómetros. Es un plan que está financiado por el gobierno nacional.

– Pero eso no implica tratar nada, simplemente tirar el problema más adelante.

– Exactamente y tampoco trata el tema de los pluviales que en este sistema no están contemplados.

– ¿Qué se hace en otros países?

– En Europa y Estados Unidos se tratan los efluentes de forma secundaria y hasta terciaria. El tratamiento terciario implica que vos podés tomar el agua que sale del caño. Incluso la normativa europea que se está aplicando a partir de este año, implica el tratamiento de las aguas pluviales. ¿Qué es lo que pasa acá? La planta estaba construida desde 1989 para 224 mil habitantes, hoy está soportando 220 mil, más los 3 millones que vienen en el verano. Es una dimensión muy superior a lo que estaba pensado.
Además, en otros países, más allá de tratar los efluentes, se tiene un sistema para avisar a la población la calidad de las playas. Esto pasa en Brasil y Uruguay. Hay varios sistemas, están los sistemas de banderas donde te avisan que te estás bañando en un agua de una calidad ambiental sana. Eso fue una parte de la discusión porque las playas que tienen certificación ambiental son más valiosas. Acá nos decían que queríamos tirar a Mar del Plata al bombo porque le queríamos avisar a la gente cómo estaba el agua.

– Cuando se puso en cuestión el estudio, el único que los respaldó fue el rector de la Universidad.

– Sí, fue el único que nos avaló porque pasamos a ser enemigos del pueblo. Si uno mira lo que pasó en ese momento, fue muy llamativo porque nos tildaron de que estábamos pagados por Punta del Este y por Brasil. A nosotros nos avalan nuestros estudios científicos publicados por revistas de prestigio y evaluadas por pares, o sea que lo que nosotros decimos está probado. Hay más contaminación y eso es un hecho.

Por: Gabriel Levinas (@GabyLevinas)

Fuente: PLAZADEMAYO.COM

2 Comentarios

  1. En la década de los 70 en las playas céntricas se podían obtener cangrejos que anidaban bajo los espigones y al pescar deportivamente desde cualquier escollera traía como consecuencia la captura de gran cantidad y diversidad de fauna marina. Hoy en día ello no existe, A desaparecido el plancton donde se alimentaban los peces. Estoy de acuerdo con lo que dice el Dr. Eduardo Vallarino, pero también hay que reconocer que el emisario alejara la descarga de las playas, e insistir para que se realice la planta de tratamiento previo al emisario que dará la solución definitiva.

  2. Gracias Alberto por comentar.

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