Ovación pero sin homenaje: Riquelme se hizo presente en el estadio ni bien comenzó el cotejo.
El presidente de Boca Daniel Angelici, evitó el abucheo generalizado del estadio “José María Minella” antes del trascendental choque frente a Vélez, y una vez más le negó el minuto de gloria a uno de los máximos ídolos del club: Juan Román Riquelme.
Estaba previsto desde la gobernación de la provincia entregarle una plaqueta al ex volante creativo “xeneize”, pero según informaron fuentes cercanas al gobernador el mandatario boquense, en primer lugar, dialogó con el titular de AFA Luis Segura, y luego con gente allegada a Daniel Scioli, para que de ninguna manera se lleve a cabo tal reconocimiento a la trayectoria del “10”.
Los hinchas acostumbrados en su mayoría a corear el nombre de Riquelme y castigar duramente al presidente de la entidad capitalina, no olvidan la década de gloria por la que atravesó el club y es por ello que el cariño hacia el jugador es inmenso.
Asimismo a muy poco de las elecciones en el club de la Ribera, el “Tano” aún no sabe si se presentará para gobernar dicha entidad un tiempo más, pero para eso dependerá pura y exclusivamente de los resultados que pueda conseguir Rodolfo Arruabarrena: conductor del primer plantel boquense.
Un partido extraño, con una decisión muy particular, ya que según el reglamento conformado por la máxima entidad del fútbol argentino, consagró a Vélez como uno de los elencos que representaría a nuestro país en la próxima Copa Libertadores. Por decisión justamente de la AFA lo que debería ser una fiesta para Riquelme y para él pueblo bostero, terminó en una discusión de poder para no quedar expuesto ante la falta de carisma y objetividad a la hora de conducir un club de fútbol.
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