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Alvarado igualó sin goles con Gimnasia y Tiro de Salta

DSCN0194Un planteo mezquino, haciendo tiempo desde el primer minuto y sin darle ritmo al partido, fueron los argumentos que utilizó Gimnasia y Tiro de Salta para jugar en el José María Minella y llevarse un empate sin goles ante Alvarado, que obliga a los marplatenses a ganar en la revancha en el norte del país para avanzar a la siguiente instancia. El arbitraje de Carlos Córdoba también hizo su parte, obviando dos penales claros (mostrados por la TV salteña) y permitiendo que la visita maneje los tiempos del encuentro.
Con todo salió Alvarado en el arranque del partido, empujado por su gente y con la idea de mostrarle rápidamente sus intenciones a Gimnasia y Tiro, que después de unos minutos se acomodó y empezó a jugar pelotazos largos para sus delanteros, que la querían aguantar lejos de su arco. Igual, ese adelantamiento le brindó espacios al “torito” que tuvo la primera clara a los 9′, con una corrida de Emannuel Pennisi por la izquierda, se metió en el área y sacó el zurdazo fuerte, arriba, que exigió una gran respuesta de Darío Sand.
El encuentro era entretenido, la visita no esperaba tan atrás como se pensaba y buscaba acercarse al área de Aldo Suárez. Pero el más incisivo seguía siendo el “torito”, que volvió a despertar el “uhhh” de la gente con un derechazo de Laureano Tello que el arquero dejó salir y se fue besando el caño derecho.  Como tantas veces ha pasado, el exDeportivo Roca se empezó a convertir en figura sacando del ángulo un tiro libre de Pennisi que luego de tocar sus manos se estrelló en el travesaño.
El conjunto de Bianco no intentaba demasiado y apostaba a algún descuido de la defensa. Así, a los 19′, dejó a Ñúñez de cara al gol a la salida de un lateral, pero el delantero se apuró y definió cruzado, afuera, ante la desesperada reacción de Suárez. Igual, cada ataque de Alvarado parecía llevar riesgo, o podía terminar falta ante un equipo que jugaba al límite y que con infracción, era la única forma que encontraba de detener a los hombres de ataque del local. En una de esas, Molina buscó el segundo palo de Sand, pero la comba no terminó de caer a tiempo y se perdió cerca.
El equipo de Bianco hizo todo el tiempo posible para fastidiar a la gente y a los propios jugadores, Córdoba obvió un claro penal a Emanuel Pennisi (encima amonestpo al delantero) y se fueron al descanso con el marcador en blanco. Al regreso, Pennisi levantó al estadio con una gran definición de derecha, pero Carlos Córdoba invalidó por una mano previa del goleador.
Duilio Botella sabía de la necesidad de ganar el encuentro y empezó a meter mano. Antes del cuarto de hora, mandó a Brian Cortadi por Castillo y, al ratito, a Emanuel González por Rodríguez Rendón, para buscar mayor profundidad. Pero el que la tuvo fue Gimnasia y Tiro, que aprovechó el adelantamiento de la última línea y puso a Bielkiewics corriendo de tres cuartos de cancha de cara a Aldo Suárez, lo alcanzó a desacomodar Ramiro Jorge, pero el delantero igual sacó el derechazo bajo, cruzado, que exigió una gran respuesta del “uno”.
El arbitraje de Córdoba cada vez fastidiaba más a un Alvarado nervioso y apurado, porque Gimnasia hacía tiempo continuamente, se comía varios segundos en cada pelota detenida y los minutos se iban consumiendo. Todos los fallos del santafesino terminaron inclinando la balanza para el desarrollo que vino a proponer la visita y le permitió sacar a relucir las “mañas” de jugadores experimentados en la categoría, cargando de tarjetas a los locales, que terminaron con cinco amonestados (tres en una misma jugada).
El pitazo final mostró la bronca y la desazón por no haber podido alcanzar el objetivo de irse en ventaja a Salta, por los goles errados en el primer tiempo y por la “mano” del árbitro que se sacó el partido de encima y se dejó manejar por los salteños. Pero por el otro lado, Alvarado se fue con la frente en alto y la seguridad que por lo mostrado en el campo de juego, tiene argumentos suficientes para ganar en la revancha y volverse con la clasificación en la valija.

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