Alquilar un vientre político, el nuevo negocio marplatense

Bien diagnosticado, bajo severo control, se intensifican los cuidados, para estabilizar la situación. El acuerdo en CAMBIEMOS deja de ser un secreto de Estado. Es muy ingenuo e incauto, no se destaca en los debates, porque no puede ser guionado y no hay que exponerlo. Esta coyuntura genera máxima tensión política. El doctor Carlos Fernando Arroyo, ha confiado en un círculo estrecho, que encima está bajo sospecha, por su pasado y por su involucramiento en casos que generan dudas que ya no son parte de una campaña sucia y berreta como la montada desde el multimedios La Capital.

El amarillo, la onda PRO, un local bien pertrechado y un candidato con expectante piso electoral, es una fórmula que en principio aparece como exitosa. La sintomatología de agotamiento de 12 años, tapizados de un modelo que cruje, completa el escenario.

Aunque por el momento no aparezcan en la superficie, surgen demasiados elementos de análisis, que prematuramente abren profundos interrogantes. Desde la queja de la existencia de una agenda paralela, hasta “¿qué hacemos nosotros con Arroyo aquí adentro?”, aparecen en el firmamento de una difícil transición, aunque en este caso todavía falta un trecho. Y son más concluyentes aún: “Arroyo habla de una Municipalidad de hace 40 años”.

A nadie debería extrañarle, que el doctor Carlos Fernando Arroyo rehúya un debate, dado que extrañamente lo hizo desde su banca, y por qué debería hacerlo ahora, cuando ha sido el candidato más votado el 9 de agosto. Su decisión también abarca a su hijo Guillermo, quien lo sucede en la lista de CAMBIEMOS. Esta coalición hoy es encabezada por el ingeniero Mauricio Macri y nació para desalojar al kirchnerismo del poder, el intendente Gustavo Pulti es la versión local.

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Sorprende que públicamente al primer concejal, no se le conozca ni su tono de voz, y sin ánimo de entrar en comparaciones, si bien no es Máximo (especialmente por su riqueza) tiene un derrotero que lo ubica como el hijo del poder, sin otros antecedentes. No es un culto al perfil bajo, y se exhibe en imponente AUDI muy moderno, color negro, con vidrios polarizados, pero hay más que impresiones que aconsejan,  ir más a fondo con su ponderación debido a la importancia pública que puede adquirir en el futuro inmediato.

Una figura de trascendente participación electoral, visitó al doctor Arroyo, la semana posterior a las PASO. La conclusión fue alarmante, aunque obviamente, no se dio a conocer de manera oficial. “Tiene mucho desconocimiento de los temas en general y de la forma sobre cómo abordar las soluciones”, dijo en un círculo muy cerrado. La fuente consultada, tiene profunda experiencia en la gestión municipal.

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Cuando se accede en off a este tipo de consideraciones, y las mismas coinciden y se acumulan, es necesario estar alerta, por lo menos para que no pase inadvertido algún suceso, que sume disgustos de otra índole, a esta altura ya casi imposible de evitar.

En otra reunión de importancia, que se realizó en una ciudad vecina, con nutrida asistencia de políticos importantes, también quedaron flotando más dudas, hubo confusión con las fechas, con lo que se votaba y hasta de los candidatos que iban a competir dentro del mismo espacio. Lo que trasciende y comienza a filtrarse, agrega más turbulencia. El protagonista fue el propio doctor Arroyo “A mí me gusta Sanz, Macri no me convence”, dijo el hombre de Agrupación Atlántica, cuando ya había terminado el escrutinio definitivo, para ser más claros y ubicarnos en tiempo y espacio.

Luego de un debate de tono menor, en la primera sesión del HCD realizada con posterioridad al 9 de agosto, hubo un cruce con el doctor Héctor Rosso (que no es la fuente de esta información). La cuestión era el carácter de los proyectos, que el concejal oficialista consideró de berretas, lo cual tomó estado público. Pero lo trascendente e importante, casi siempre ocurre detrás de bambalinas.

En este caso fue en el baño del recinto, donde el doctor Arroyo sufrió algunas alteraciones, que obligaron a demandar una rápida consulta médica. Luego de este episodio, se profundizó el tema de las licencias, (adelantadas exclusivamente por mdphoy.com) que ahora se extendieron hasta el 25 de octubre.

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Recientemente un militante, de uno de los cinco candidatos habilitados a participar el 25 de octubre, se sinceró luego de tomar contacto con el titular de Agrupación Atlántica: “No lo veo para una gobernabilidad complicada como la que se avecina”, en referencia a los reflejos necesarios para la toma de decisiones.

El motivo de la licencia, no objetada reglamentariamente, sino que hasta justificada, tiene su innegable costado político. A medida que se lo exponga a actos propios de campaña, aumenta el riesgo de un desgaste que puede tener impacto en el electorado a la hora de evaluar. Para su entorno es imprescindible que todo permanezca inalterable.

La decisión de protegerlo (por ello lo de la agenda paralela apuntada al principio de la nota) es la intención de que no se muevan estas piezas, porque detrás de las mismas se está jugando el poder político de la ciudad del interior más importante del país.

Por el momento ha cejado la campaña del multimedios La Capital, que desaforadamente hurgó en el pasado de Carlos Arroyo para descalificarlo y sacarlo de carrera. Ensució aún más sus ya desacreditadas páginas y logró el efecto inverso. Con litros de tinta reflejó precisamente lo que la gente ya no quiere oír más. Torpe y burda maniobra que se termina también llevando puesto a Daniel Scioli, a quien inmediatamente se lo asocia con Aldrey Iglesias. Levantaron el caballo de la embestida, momentáneamente, para que no crezca la desmesura del ataque, para lo cual trabajaron afanosamente varios columnistas.

Jorge Elías Gómez

jgomez@mdphoy.com