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Ahora la salud: crece la falta de respuestas del municipio; casos de angustia

Los y las trabajadoras reclamaron al intendente Guillermo Montenegro la recategorización de unos 400 compañeros. Foto: Diego Izquierdo

Ya se presentan cuadros de angustia, frente a problemas que permanecen sin resolver con enfermos y pacientes que se resignan al abandono que sufren. Peregrinar por las salas sanitarias barriales, la Secretaría de Salud o el CEMA, no arroja resultados, sólo dilaciones que en muchos casos agravan el avance de los padecimientos.

Ya las derivaciones a ciertas especialidades a partir de los médicos clínicos, carecen del rigor necesario en cada uno de los casos, dado que no está el especialista y si logran el ansiado turno el paso siguiente es un nuevo obstáculo. Los insumos como medicación, imágenes y análisis de laboratorio están en falta, los turnos se dilatan, y obviamente cuadros que no son complicados comienzan a desestabilizar a las personas, que han llegado a un centro de salud del Estado, que parece estar en un proceso de lento aunque irreversible vaciamiento.

Según un relevamiento al que pudo acceder mdphoy.com se han interrumpido en algunos casos tales como el calendario de aplicación de vacunas, y programas de prevención que habitualmente eran atendidos en las salas Barriales. El SAME está en dificultades y ha caído en la calidad y cantidad de sus prestaciones.

La situación a este ritmo se convertirá en terminal y las autoridades responsables no parecen hacerse cargo de la progresiva disminución que se observa desde consultorios clínicos y alcanza a las especialidades más complejas, que requieren mayor y rápida atención, porque a los enfermos se les va la vida durante las esperas.

Se había llegado a prestaciones casi de niveles óptimos, que incluía hasta la atención de trabajadores que prestan servicios en el predio de disposición final de residuos, donde existen patologías de máximo riesgo, en un ambiente sumamente agresivo para la salud de las personas que allí se desempeñan. Allí se llegaba con campañas contra la tuberculosis y VIH, por ejemplo.

La logística y las estructuras necesarias para tales cometidos entraron en un período de achicamiento y desarticulación. Sólo el obispado ha mantenido su compromiso y valioso aporte en el lugar, donde llega cada vez más gente por las delicadas situaciones que se viven en una ciudad acuciada por la desocupación y niveles de pobreza.

 

Se realizó una protesta frente a la municipalidad de General Pueyrredón. Foto: Diego Izquierdo

Lo mismo ocurre en el COM donde presuntamente iba a atender el intendente Guillermo Montenegro. En ese estratégico lugar había guardias permanentes de policías, Defensa Civil y SAME, hoy esos servicios sanitarios funcionan interrumpidamente y sin los protocolos necesarios para cumplir su delicada misión.

La sub ejecución del presupuesto municipal en Salud podría ser uno de los factores, agravados por la inexistencia de la provincia en la materia en el Partido de General Pueyrredon. La MGP y la Provincia actúan en isla y sin coordinación, conspirando aún más para hallar vías de solución, aunque sean paliativos que ayuden a los enfermos.

Ya declaradas las emergencias en el transporte público de pasajeros, en seguridad, en el tratamiento de residuos sólidos urbanos, más el errático funcionamiento del área de Inspección de Tránsito que no deja de sumar quejas, no descartan que en el caso de la atención de la salud haya que llegar también a la declaración de la emergencia.

También se han observado como improcedentes e innecesarias contrataciones alternativas de empresas vinculadas a prestaciones médicas.

No obstante, desde el oficialismo se manifiesta que “Guillermo le está dando inmediatez con su empatía al pedido de los vecinos”, una típica declaración de campaña.

Jorge Elías Gómez

 

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