Opinión

Una Fuerza Imparable

123

 

 

 

El tramo final de la campaña electoral es frenético, todo pasa muy rápido. Peroese dinamismo no nos puede separar de la cuestión de fondo que está detrás de esta elección: el domingo el vecino tendrá la posibilidad de cambiar la realidad legislativa de la ciudad.

En estos años todos asistimos al deterioro institucional del Honorable Concejo Deliberante. Una mayoría automática lo redujo a largos discursos, cuando las cuestiones ya estaban resueltas de antemano, por simple superioridad numérica. Esto nada tiene que ver con los principios republicanos, relativos al equilibrio y necesario contrapeso que debe existir entre los poderes del estado.

A pesar de la adversidad, nosotros no claudicamos, e igualmente pronunciamos nuestra palabra con toda fuerza y claridad, porque también es función del Concejo, y de la oposición, controlar y supervisar al Ejecutivo, ya que cuando un poder avanza sobre otro vienen los desequilibrios, y luego los excesos. Por eso tuvimos la valentía de representar a quienes depositaron su confianza en nosotros, aún en minoría.

Pero la realidad ahora nos está demostrando que el ciudadano se cansó de la prepotencia de esta forma de hacer política; hoy el vecino quiere otro escenario: lo dicen los sondeos, lo dicen en la calle, en cada barrio donde Vilma acercó su mensaje. Y esa fuerza es imparable.

Es la hora de la transformación que cada uno sueña para su sector, su barrio, su institución, su tiempo libre, su tranquilidad, sus hijos. Porque todo eso es lo que ponemos en juego cuando conformamos un Concejo Deliberante: aquellas personas que tomarán las decisiones que involucran muchos aspectos de nuestra vida personal y pública.

Acompañemos a Vilma para que podamos tener un horizonte más amplio, más pluralista. Debemos volver a debatir los temas que importan, y no seguir discutiendo la política. Después del domingo, ese es el tiempo que viene.

Deja un comentario