Arte y Cultura

Un guitarrista con la marca del rock nacional

Todavía con la estela del escándalo que se levantó en torno a los entredichos de la separación de Patricio Rey y sus redonditos de ricota, Skay Beilinson, el reconocido guitarrista, se estará presentando con su banda Skay y los seguidores de la diosa Kali en GAP -Constitución 5780-. El músico estará presentando su último trabajo discográfico editado en el 2007, La marca de Caín, hoy desde las 21 en el conocido complejo.

Auténtico mito de la historia del rock nacional cuya formación musical resulta de una integridad apabullante que suele trasladar a sus álbumes, el músico Eduardo “Skay” Beilinson tiene también una vida cargada de experiencias que contribuyeron a conformar una figura enigmática cuya presencia en los escenarios destila rasgos de psicodelia, new wave, blues, algo de country y, por supuesto, rock and roll. Pero además, a sus letras cuyo contenido está imbuido de un fuerte misticismo, se les suma el empleo de música que tiene matices orientales y folklóricos, dándole otro cuerpo a sus composiciones.

Skay editó su primer disco solista en el 2002, acompañado por Daniel Colombres en batería y Claudio Cuartero en bajo, con producción de la Negra Poly. A través del mar de los sargazos está conformado por canciones que fueron quedando afuera de los discos de los redondos y fue constituyéndose, a fuerza de las presentaciones en vivo, con un sonido que progresivamente se fue despegando del sonido de Patricio Rey y sus redondos de ricota con cada nuevo álbum, adquiriendo una identidad propia que se terminaría de afirmar en su último trabajo, La marca de Caín (2007).

Con el nombre de Los seguidores de la diosa Kali, su banda se encuentra actualmente integrada por Lecumberry (teclados), Claudio Quartero (bajo), Topo Espíndola (batería) y Reyna (guitarra). Mientras se encuentra trabajando en un próximo trabajo, cabe destacar la repercusión positiva que ha alcanzado La marca de Caín, al punto de ubicarse entre los preferidos de la crítica nacional en aquel 2007 gracias a temas como Angeles caídos, El fantasma del quinto piso o El viaje de las partículas, desplegando un sonido que atraviesa diversos registros con una temática oscura al que acompañan las ilustraciones de Rocambole.

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