“¡Basta, esto no lo vamos a permitir!”, sentenció de pie en la barra, Eva Moyano.
“¡¿Cuánta plata querés para el de Camineros?! ¡¿Cuánta plata te puso el de Cabrales?! ¡Garca, siempre haces lo mismo con nosotros! ¡¿Por qué no podemos agrandar el hotel de nosotros?! Están tirando abajo toda la ciudad ¿¡Qué paso con el Hurlingham?! ¡Lo tiraron abajo y ahí no dijeron nada! ¡¿Qué hay que hacer?! ¡¿Las cosas por atrás?!”, bramó, con el mismo desaforo que su referente, uno de los integrantes del grupo de camioneros que colmaron la tribuna.
“¡¿No van a poder sesionar muchachos, tómense el día libre?! ¡Basta, tómatelas!”, volvió a sentenciar la hermana de Hugo, desbordándose la barra, a fuerza de la exacerbación, para acometer como un tsunami sobre recinto de sesiones.
Y así pues, los muchachos de Eva avanzarían, resuelta y poco amistosamente, sobre el estrado presidencial para “interpelar”, nuevamente, al Presidente del Concejo Deliberante con imprecisiones. Un azorado Nicolás Maiorano emprendería la retirada bajo una lluvia de proyectiles improvisados, con envases plásticos y vasos de vidrio, que estallaban contra la puerta de acceso de los concejales al recinto.
“¡Vos sos otro…!” señalarían, con un calificativo procaz, al edil renovador Cristian Azcona, mientras el maremoto camionero se volvió contra él, con la misma “cortesía”, que había disuadido al Presidente del HCD a rehuir del entuerto.
Impertérrita Vilma Baragiola, que se había abstenido en la votación del expediente de Camioneros, en la que sus correligionarios junto con los ediles kirchneristas y atlánticos, sellaron el destino final de archivo, observaba la escena rocambolesca, custodiada por su abogado Fernando Herrera y uno de sus asesores, a quien un puño le rompió un diente. Pero ese fue el límite…
“Compañeros no sirve descargar la bronca, tranquilos no nos sirve así”, morigeró los ánimos uno de los integrante del exaltado grupo, advirtiendo que habían llegado a una zona de riesgo, donde la presencia del abogado defensor de la edil radical tenía una implicancia disuasoria.
“Yo no me muevo porque este es mi lugar de trabajo y ustedes están reclamando lo suyo”, advirtió, impasible, Baragiola. Y a esas alturas, con sugestiva demora, aparecieron las fuerzas de seguridad, que desalojarían a quienes después de la catarsis, se retirarían mansamente.
Por su parte recriminaciones del presidente del Concejo Deliberante al jefe de la bancada radical, Ariel Ciano, darían lugar a que el edil oficialista Javier Wollands, saliese al cruce mediático, como una puesta en escena, advirtiendo que: “voy a pedir a mi bloque que analice, seriamente, si vamos a votar la reelección de Maiorano al frente del HCD. Maiorano es un violento porque quiso trompear al `Cholito´ Ciano y le dijo, textualmente, que lo iba a matar a él y a los hijos”.
“Fue una pequeña discusión con el presidente de Acción Marplatense (Ciano) por cuestiones, que ya hemos aclarado en la reunión de presidentes de bloque y que han quedado resueltas”, minimizaría Maiorano, a este portal.
Desde horas tempranas, habían comenzado a circular rumores de pasillo, que preanunciaban un día de “furia camionera”.
“Un lobby de Camioneros habría estado en el cuarto piso, hablando con una asesora del bloque oficialista. Toma nota. La palabra clave es `incidentes´”, le había advertido una fuente a mdphoy.com, tres horas antes de que se diese inicio a la sesión extraordinaria.
Desde la semana pasada, comenzarían a arreciar los rumores, en los corrillos del Palacio Municipal, acerca de que el oficialismo estaría inmerso en la búsqueda de votos y acuerdos entre bastidores, con sus miras puestas, en la sesión preparatoria del próximo periodo de sesiones ordinarias.
Ciñéndonos a dichos rumores, “se intentaría desplazar de la Presidencia al edil radical Nicolás Maiorano, a quien verían como “un sapo que tuvieron que tragar para resolver la situación de acefalía, tras la remoción de Baragiola, sin ser tildados de golpistas. Y como tú ya sabes no solo en el amor y en la guerra, sino también en la política todo vale aunque nada sea personal…”, nos alecciona la misma fuente palaciega.
También nos hizo notar la articulación de los rumores de “cambio en la Presidencia del Concejo Deliberante” con los que, este jueves, plasmarían en los “incidentes” que cristalizarían, focalizando el cuestionamiento en la humanidad del actual titular del Cuerpo Deliberativo.
Otra fuente coincidiría con que “un lobby de Camioneros habría estado en el cuarto piso, hablando con una asesora del bloque oficialista”, precisando que “hicieron entrar a los muchachos por la puerta chiquita de Luro, por donde entra el personal municipal y los concejales. Estaba todo armado. Por eso intervino la policía con demora. Y subieron porque un empleado de bloque los habría alertado, si no ni aparecían, cuando se armó el tole tole, Ciano se fue a la Privada”.
“Esto fue una jugada de pizarrón, en el expediente de ellos no reaccionaron, reaccionaron con el de Villa Valentina. Aunque la diferencia con el expediente de Camioneros radicara en que había un proyecto, que avalaba la desafectación, que ellos no presentaron. Y se habrían enojado porque el oficialismo le habría asegurado, que tenían los votos. Pero contaron los terneros antes de que pariera la vaca, porque pensaban que a último momento, iban a poder convencer al Frente para la Victoria, proponiéndole la aprobación del expediente RePuPa a cambio del voto para el de Camioneros…”
Ateniéndonos a los rumores, el día de furia de camioneros habría sido una avant premiere de un nuevo culebrón que, como el del año pasado, volvería a girar en torno del estrado presidencial…
Roberto Latino Rodríguez
Fotos: Santiago Demaria – Miguel Avellaneda
