Opinión

Turismo: la importancia política de calificarlo como industria

“El Gobierno considera al turismo como una industria”, dijo la ministra de Industria y Turismo de la Nación, Débora Giorgi, quien aseguró que el Gobierno considera al turismo “como una industria, que aporta desarrollo económico e inclusión social” agregando que se pondrá en marcha una línea de crédito por 10 millones de pesos, exclusiva para jóvenes empresarios turísticos.

Giorgi, junto al secretario de Turismo, Enrique Meyer, encabezaron la pasada semana la inauguración oficial de la Feria Internacional de Turismo de América Latina (FIT 2009) que permanece abierta en el predio de la Rural en la Ciudad de Buenos Aires, hasta mañana.

Giorgi, en su discurso, dijo que “este Gobierno creó el Ministerio de Industria y Turismo porque considera al turismo como una industria y que hay que fortalecer con políticas públicas articuladas con el sector privado”.

Se encontraban presentes dirigentes del sector privado de la actividad, funcionarios nacionales, provinciales y municipales, académicos y, además, representantes de las ofertas turísticas de numerosos países de América y el mundo.

Cuando la tajante definición de Giorgi -“a juicio del Gobierno”, dijo- calificando al turismo como industria, algunos especialistas se cruzaron sorprendidas miradas, ya que, más allá de la semántica, tal definición implicaba una obvia posición política respecto al tratamiento que, oficialmente, el Estado nacional le aplacaría al conjunto de las actividades del sector.

Seguramente presente, el doctor Antonio Torrejón, asesor honorario de la Secretaria de Turismo de la Nación y uno de los más calificados referentes de la actividad, ha insistido, desde siempre, en erradicar la calificación de “industria” asignada erróneamente al turismo, cuando, en uno de sus numerosos escritos al respecto dice:

“Algunas diferencias entre el turismo y la industria”

“El sector turístico, ha tratado, con los tímidos complejos de sector joven, incorporado en las alternativas para el desarrollo socio-económico de los pueblos, buscar un espacio más expectante a través de parecerse, a la instalada y más antigua actividad la industrial. Auto denominándose: industria turística. De allí la distorsión que incurren algunos autores, de llamar industria turística, a dos actividades disímiles: industria es un sector secundario, de la economía y el turismo es un claro ámbito terciario (proveedor de servicios). Se parecen en resultar ambos sectores, generadores de muchos puestos de trabajo y de distribución de riqueza. Casi el 40 % de los clientes de los servicios turísticos, visitantes a destinos turísticos, eligen los lugares y servicios, por recomendación de personas confiables; de allí -lo gravitante- de la calidad, que brinda satisfacción a los usuarios. Conseguir el nivel de calidad que exige el cliente para repetir una compra es más difícil en el sector turístico que en el industrial, lo que obliga también a diferenciar esencias y roles, por muchas razones, que es importante, instalarlas en la comprensión y diferenciación”.
Torrejón continúa expresando:

“La industria, transforma bienes, el turismo, no”.

1 .El producto turístico no se puede tocar antes de comprarlo, el industrial sí.

2. El producto turístico no tiene características tangibles, el industrial sí.

3. El producto turístico está en la imaginación del cliente, el industrial no.

4. El producto turístico depende de las multiatenciones, el industrial no.

5. El producto turístico depende del personal en contacto, el industrial no.

6. El producto turístico depende del entorno, el industrial no.

7. El producto turístico depende del tiempo meteorológico, el industrial no.

8. El producto turístico no tiene post-venta, el industrial sí.

9. El producto turístico no se puede almacenar (no tiene stocks) el industrial sí.

10. El producto turístico depende de los otros clientes, el industrial no.

11. En el producto turístico no se puede precontrolar la calidad, en el industrial si.

12. El producto turístico es estacional, el industrial no.

13. El producto turístico depende de la seguridad ciudadana, el industrial no.

14. El producto turístico depende de los atractivos naturales, el industrial no.

15. El producto turístico depende del medio ambiente, el industrial no.

16. El producto turístico depende de las infraestructuras de comunicación, el industrial no.

17. El producto turístico depende de la variedad y calidad del ocio, el industrial no.

18. El producto turístico depende de la amplitud de horarios, el industrial no.

19. El producto turístico se fabrica y sirve conjuntamente, el industrial no.

“Estas razones hacen de la calidad del servicio turístico, una asignatura difícil de sacar buenas notas”.

“Hace falta mayor mentalidad de “calidad total” en sus empresarios, directivos y mandos que en los de productos industriales, y en cambio el nivel y extensión de la formación en sus tres niveles, formación profesional, media y superior, es muy poca, escasa en extensión y alejada de la realidad. Paradoja curiosa: “menos escuelas con capacitación practica, menos formación, y en cambio mayor exigencia y necesidad competitiva”.

“Una gran dificultad a su vez diferencia con los productos industriales es que un mal servicio provoca que un cliente hable mal del establecimiento turístico, que lo elimine en la elección futura de muchos clientes. Una pieza mala, de un automotor, se detecta y se tira, o se rectifica, y en el peor de los casos se le cambia al cliente por otra correcta”, concluye Torrejón.

Ya, cuando el traspaso de la SECTUR, como Secretaria dependiente directamente de la Presidencia de la Nación al Ministerio de la Producción (ahora y Turismo) algunos especialistas barruntaban que se trataba de hacer de la “explotación del ocio” un “negocio” más rentable en términos de producción y exportación de servicios, algo que, al no cuajar el siempre vigente anhelo de turismo como Ministerio pareciera haber encontrado un nuevo camino, confirmado por la ministra con su tajante y muy discutible definición

El turismo es una industria, y así lo quiere el Gobierno. Y, a otra cosa, mariposa.

Uno de los más conspicuos dirigentes de la Feria habría expresado “la ciencia y la política no siempre van de la mano… esperemos que ahora, luego de las palabras de la ministra, tengamos, en el turismo, los mismos privilegios que tiene la industria… no hay mal que por bien no venga”.

El turismo es, por decreto, una industria.

Quelevachaché

Lucho Martínez Tecco
(Aprendiz Industrial)

Un comentario

  1. Respeto la opinión del Sr Torrejón. Al turismo lo consideran “industria” en todo el mundo, no por el sock ni por otras razones, no vale la pena perder tiempo en buscar diferencias o coincidencias, mejor pensar cómo recibir y atender al turista y ofrecerle lo mejor, para que “VUELVA”, ¿queda claro Sr.?

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