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Tettamanti en el ojo de la tormenta por la explosión del Mara II en su astillero

Autoridades de Pescapuerta viajaron de Madryn a Mar del Plata para interiorizarse sobre el siniestro. El barco es una de las principales unidades productivas de la empresa. Su reparación demandará no menos de medio año con el consecuente lucro cesante

No se ha podido dimensionar aún la magnitud de los daños provocados por la explosión y posterior incendio del buque congelador tangonero Mara II (M.N. 0209), en un hecho ocurrido el lunes sobre el mediodía cuando la embarcación permanecía en un dique flotante del astillero Servicios Portuarios Integrales (SPI) en la Escollera Sur del puerto de Mar del Plata.
El buque Mara II en cuyo interior se produjeron las explosiones que conmovieron a la comunidad portuaria, estará largo tiempo inactivo debido a los daños sufridos. La embarcación se hallaba en reparación en el astillero de SPI, la empresa propiedad del ingeniero Naval Horacio Tettamanti actual Director de Vías Navegables del Ministerio de Transporte cuyo titular es Florencio Randazzo.

La cúpula de directivos de la empresa Pescapuerta Argentina S.A. viajó inmediatamente después de conocido el siniestro desde Puerto Madryn hasta Mar del Plata para conocer in situ detalles de lo ocurrido. Hasta ayer no habían podido ingresar a la embarcación, en virtud que la explosión y el incendio motivó el inicio de actuaciones sumariales por parte de la Prefectura Naval, dándose intervención además a un juzgado, el que debe ordenar ahora los peritajes correspondientes para determinar las causas del siniestro.

El barco pesquero está precintado y la PNA no autoriza que nadie lo aborde hasta tanto reciban instrucciones para comenzar con las maniobras de achique, y los peritos del cuerpo de bomberos de la propia Prefectura comiencen con las tareas de rigor. En tanto, el astillero, las compañías aseguradoras y la armadora también asignarían ‘peritos de parte’ para tener otro punto de vista técnico sobre las causales de la deflagración que derivó en el incendio posterior.

El peritaje será clave para la determinación de las responsabilidades civiles por el suceso. Posteriormente viene la etapa en la que se debe evaluar y dimensionar con precisión los daños causados para que se pongan en marcha los mecanismos de los seguros, con el resarcimiento patrimonial por el daño provocado.

Con todo, la empresa propietaria de la embarcación descuenta que las compañías aseguradoras y el astillero a quien se le habían confiado las reparaciones menores y tareas de pintura deberán responder por los perjuicios causados.

Aunque, no es menos cierto, que más allá de las coberturas de los costos de las reparaciones que impliquen dejar nuevamente operativo al buque tangonero, para la empresa Pescapuerta Argentina representa un problema muy serio perder gran parte, o toda la temporada de pesca, lo cual aún es difícil de pronosticar.

El Mara II es una de las principales unidades productivas de la filial argentina de la viguesa Pescapuerta, es un barco con puerto de asiento en Puerto Madryn, y además de licencia de pesca nacional tiene permiso langostinero en Chubut, en cuya jurisdicción la pesquería del langostino comenzará a fines de este mes o mediados de marzo, según estiman desde el sector.

Los peritajes, evaluación y de daños, cobro de seguros y reparación integral por el siniestro demandarían no menos de seis meses, por lo tanto, el barco estará la mayor parte del año sin poder pescar, lo que le significaría a Pescapuerta un voluminoso “lucro cesante”, por lo que habrá que esperar a quien o a quienes les es atribuible tal cuestión.

El buque congelador tangonero ingresó a dique del astillero Servicios Portuarios Integrales (SPI) de Mar del Plata con el fin de atender reparaciones menores, propias del uso de la embarcación, pintura del casco, la cual incluso estaba finalizada, y otra serie de detalles que lo iban a dejar ‘a punto’, listo para emprender una nueva campaña de langostino, primero en aguas del Golfo San Jorge y luego en aguas nacionales, como lo ha venido haciendo durante años.

En las próximas horas comenzarían los peritajes y así la determinación de la cadena de responsabilidades por lo ocurrido, aunque restará por delante definir quién responderá por el lucro cesante o daño patrimonial por la pérdida de una ganancia legítima de una unidad económica productiva como consecuencia del daño, y la paralización de actividades de faena.

 

Nelson Valdivia

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