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Se celebró el Domingo de Ramos

Si bien el escenario estaba armado en las escalinatas del templo, no pudo usarse debido a la intensa lluvia que se extendió hasta el mediodía. De todas maneras el tiempo no impidió que miles de fieles participaran de la celebración que se desarrolló en el interior de la Catedral y que tuvo también su espíritu festivo y el colorido que los ramos de olivos le ponen a este día.

El inicio con la bendición de los ramos y la lectura del evangelio se realizó en el atrio de la catedral, y luego por el pasillo central el Administrador Diocesano, se trasladó hacia el altar entre los presentes que levantaban sus olivos para que fueran alcanzados por el agua bendita. Luego la celebración continuó con la lectura del relato de la Pasión del Señor.

“Con esta solemne celebración del Domingo de Ramos, damos comienzo a la Semana Santa, la semana mayor de los cristianos, en la que contemplamos con mirada intensa y dramática la obra de Dios en nuestras vidas, el Hijo único de Dios, se entrega para que nosotros tengamos vida en abundancia” comenzó diciendo Monseñor Ledesma en su homilía y agregó, “en esta victoria de Jesús, nos revela el rostro de Dios que es cercano y que asumiendo la condición humana se arrodilla ante los hombres, para purificarnos de todo pecado y de todo mal, devolviéndonos nuestra belleza primera, sanando nuestras heridas, y despertando la verdad de lo que somos y estamos llamados a ser, hijos de Dios partícipes de su condición divina y hermanos entre los hombres”.

En sus palabras también hizo referencia al significado de los ramos de olivos y expresó que éstos “nos recordaran a lo largo de este año, que en Cristo fuimos pacificados y convertidos en instrumentos de paz”. “Muchas veces nos preguntamos cómo es posible ser instrumentos de paz en un ambiente viciado por la violencia, la inseguridad, los malos tratos, la palabra grosera. Se puede ser instrumento de paz, si cada uno se propone cambiar de actitud para con el otro, aprender a sonreír más, a ser educado, a pedir por favor, a nunca olvidar de decir gracias, a respetar la intimidad de todas las personas, a no juzgar a ellas sin antes haber escuchado su historia su vida y sus palabras, y escuchándolas comprenderlas. Se puede ser instrumento de paz, si en nuestras casas somos capaces de tratarnos con paciencia, comprensión y si la palabra amable esta siempre en nuestros labios. Así al igual que Jesús seremos instrumentos de paz” consideró el sacerdote.

Finalmente Monseñor Armando Ledesma dijo, “la Iglesia bebiendo el cáliz de Jesús, a lo largo de estos dos mil años, vela por el dolor de la humanidad, dando respuestas concretas a los desafíos de este tiempo, creando instituciones de servicio salud y educación. La Iglesia en el mundo entero vela junto a los enfermos de sida, los que sufren aún la lepra en este tiempo, junto a los jóvenes y adultos presos de las adicciones, la Iglesia está al lado. Vela también junto a los pobres, dándoles la capacidad de ser artífices de su destino, denunciando a los que intentan manipularlos o hacer de sus necesidades un negocio. La Iglesia vela con Jesús, y por el sufrimiento de Él en los hombres, y muchos hermanos también se unen mediante su martirio y sangre derramada al martirio de Cristo; porque la cristofobia existente en el mundo, se lleva a tantos cristianos que en el nombre del Señor hacen de su vida un servicio a los más pobres”.

Vía Crucis Viviente

 

También hoy domingo, se realizará el Vía Crucis Viviente, el espectáculo religioso cultural que va por su quinta edición y que año a año convoca a miles de espectadores que se acercan a disfrutar este evento con una puesta e escena muy profesional. El mismo será a las 19 en la Plaza 9 de julio, ubicada en Estado de Israel y Balcarce. Los organizadores manifestaron que a pesar de la lluvia de hoy, no se suspenderá y que esperan que muchas personas puedan aprovechar este espectáculo que busca revivir el sentido de la Semana Santa.

Más de 170 actores en escena, y 330 personas involucradas. Coloridos vestuarios y grandes escenografías, dos pantallas gigantes de cuatro metros, una importante iluminación con efectos especiales y un desarrollo atrapante, hacen de éste, un espectáculo conmovedor, que de a poco ha ido instalándose en la agenda marplatense como una interesante oferta para el turismo religioso.

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