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Se celebró a la Virgen de Lourdes

Una verdadera fiesta de fe se vivió en la Gruta de Lourdes, cuando miles de fieles se acercaron a venerar a la Virgen en su día. Durante todo el día hubo misas y desde las 15 se rezó el rosario continuado con las intenciones de los que se acercaban y en especial por los enfermos y la paz mundial. A las 19 fue la celebración central presidida por el Obispo de Mar del Plata, Monseñor Antonio Marino y concelebrada por varios sacerdotes locales.

La gruta se colmó de jóvenes, familias con bebes y niños pequeños, adultos mayores a paso lento, ayudados por un bastón, y también de enfermos que se acercaron a la “Madre” para pedir, agradecer, o simplemente saludarla y expresarle su amor. Con pañuelos, flores saludaron y homenajearon a la Virgen de Lourdes, al ingresar la imagen en su carroza, y también cuando se dispuso para la procesión.

“Convocados por la Virgen Inmaculada, bajo su advocación de Nuestra Señora de Lourdes, estamos celebrando la Eucaristía en este lugar privilegiado para la fe de los marplatenses. Son también muy numerosos los peregrinos que, venidos de muy diversas partes, acuden hoy con devoción a esta gruta, donde anhelan renovar sus fuerzas espirituales y llevarse un mensaje de esperanza cristiana”, inició diciendo en la homilía Monseñor Marino.

Luego de hablar sobre las apariciones de la Virgen a la niña, en ese entonces, Bernardita, pobre y analfabeta, el Obispo remarcó “En este santuario, sentimos que la Virgen sale también a nuestro encuentro, atenta y sensible ante nuestras necesidades, para darnos su riqueza y llevarnos al encuentro con Jesús. En este lugar bendito, tomamos más viva conciencia de nuestra vocación de ponernos en camino con ella y como ella, para llevar a otros el tesoro de la Iglesia que es el mismo Cristo, fruto bendito de su vientre”.

“En este Año de la Fe hemos sido convocados para revitalizar nuestra fe en Cristo, mediante una intensificación de nuestra adhesión a él y a través del deseo de conocer mejor las verdades reveladas que sostienen nuestra vida moral. En este año nos proponemos salir al encuentro de quienes han dejado enfriar su fe, y más aún de quienes, por diversas razones nunca han recibido de parte de la Iglesia la propuesta de ser instruidos y bautizados como católicos” reforzó, como en días pasados lo había hecho, Marino.

Finalmente haciéndose eco de la noticia que esa misma mañana se había dado a conocer, el Obispo diocesano expresó “en este día de la Virgen de Lourdes, ninguno de cuantos estamos aquí presentes, puede disimular la honda conmoción producida en la Iglesia y en el mundo ante la renuncia de nuestro amado Papa Benedicto a la sede de Pedro. Sus palabras nos muestran un alma noble, dispuesta a seguir hasta el final de su vida, en condiciones nuevas, su servicio a la Iglesia, en la oración y en el ofrecimiento de sus limitaciones físicas”.

“Cómo no demostrar nuestra solidaridad y nuestro afecto hacia él que tanto nos ha enriquecido con su luminoso magisterio y el ejemplo de su vida! Sea hoy nuestro compromiso sostener su debilidad con nuestra oración y acompañarlo en su nueva etapa” concluyó el prelado.

Al finalizar la misa, como es tradición comenzó la procesión con la imagen de la Virgen de Lourdes, que se vio engalanada con flores blancas y rojas, y pequeñas luces alrededor. Una columna de fieles que alcanzó las más de seis cuadras de extensión recorrió las calles del puerto, rezando el rosario, con gran devoción para luego retornar a la gruta, y recibir la bendición del Santísimo.

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