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Se agudiza la falta de policías; el servicio en su peor momento

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El 28 de febrero indefectiblemente, la Prefectura dejó la ciudad. CFK le sacó también la Gendarmería a Scioli del territorio bonaerense, el gobernador quiere que la fuerza nacional se quede aunque sea en las villas del conurbano bonaerense. La temporada alta se evaporó y la costa atlántica dejó de ser el objetivo seguridad, que reclamaba la hora política. Scioli hasta se sirvió de la policía, para usarla en su campaña política personal en la interna del P.J. en Mar del Plata, pero ahora los turistas ya se fueron.

Daniel Scioli tiene que armar acuerdo y coordinar con Sergio Berni, y todo depende del momento hormonal que viva la interna política oficial. Si el gobierno K responde a la necesidad de los bonaerenses, o si desde la Casa Rosada quieren desgastar aún más al gobernador. De todo esto depende cómo seguirá la historia de la seguridad en Mar del Plata. Hoy lo más parecido es que estamos “en bolas y a los gritos”, porque nadie atiende los llamados. Es como si  un estado de acefalía ha ganado la escena en Mar del Plata.

Desde los Foros de Seguridad han salido a voz en cuello a pedir respuestas, pero no hallan interlocutor válido para un servicio que debería declararse en emergencia, a raíz de los 13 asesinatos que se han cometido en la ciudad en lo que va del 2014.

Pero extrañamente, la flamante Secretaría de Seguridad de la Municipalidad, no aparece nítidamente con capacidad de respuesta, de reacción,  para calmar la angustia de los marplatenses. La Prefectura ya no está emplazada en los cruces de las esquinas de las avenidas clave de la ciudad, y eso causa temor porque policías de refuerzo no han llegado, todo pasa por anuncios y promesas, el mejor caldo de cultivo para la delincuencia ni prevención ni represión, ¿hasta cuándo?

“Agáchense esta es zona de piedras”

Desde hace un tiempo los colectivos urbanos están en la mira de los delincuentes. Una nueva manera de actuar es apedrear las ventanillas de los micros y de esta manera si el chofer frena la unidad los malvivientes aprovechan para irrumpir en escena y despojar a los pasajeros.

La violencia en nuestro medio es sin dudas una materia pendiente, ya no solo hay que preocuparse por la delincuencia a través de motochorros, entraderas, salideras, ajuste de cuentas, secuestros extorsivos, robos al voleo, sino también hay que extremar las medidas en los medios de transporte que son vitales para la movilización de los ciudadanos.

Un equipo de mdphoy.com pudo comprobar el riesgo que significa para los marplatenses viajar en un transporte urbano en cualquier hora del día.

Es sabido que las empresas de micros a través de sus delegados intervinieron para que los choferes evadan algunas de las paradas por temor a hechos de inseguridad habitual en las mismas. Los trabajadores son los damnificados por estas medidas ya que necesitan imperiosamente del servicio.

Desde la Jefatura Departamental hacen lo que pueden con la presencia de algunos móviles en diferentes zonas picantes de la ciudad pero por ahora es imposible combatir este flagelo.

Hay varias unidades que son expuestas debido a su recorrido por barrios cuya situación es preocupante. Uno de los tantos casos es la línea 593 y 525, en ambas, los conductores alarmados por la situación alertan al pasaje con la frase: “agáchense esta es zona de piedras”.

Consultado el chofer por uno de nuestros cronistas no vaciló en argumentar que “apedrean la unidad para que paremos y ahí aprovechar a robarnos tanto a los pasajeros como a nosotros”.

Pero no son los únicos. Podemos citar entre las denuncias que nos llegan a diario a las líneas: 511, 552, 543, 531, entre otras.

Todas bajo la misma modalidad. Vándalos en diferentes puntos del recorrido esperando al micro y arrojando cascotes o elementos contundentes a las ventanas.

Entre las acusaciones no podemos obviar lo difícil que es viajar antes de lo partidos con hinchas de los equipos más representativos de la ciudad. Saltar, gritar y cantar no sería un inconveniente. Pero si un transporte público aglomera un grupo de personas fumando marihuana dentro del colectivo y consumiendo alcohol en exceso, estamos sin dudas frente a una problemática insalvable.

Otro llamado de atención para los que tienen que velar por la seguridad de los ciudadanos. Después del malogrado Operativo Sol la feliz no cuenta con la cantidad de policías necesarios para hacerle frente a la inseguridad. Como decía Gustavo Cerati: “ya no hay fábulas en la ciudad de la furia”.

 

 

 

 

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