Destacado, Jorge Elias Gomez, Opinión

Santamarina no desapareció nunca, ahora Boca y el país lo saben

blankDe pronto el rival era Boca, y las crónicas deportivas volvieron sus objetivos, al rival del mediocre campeón del futbol argentino. En estos litros de tinta y saliva que se le dedicaron en las últimas horas, al equipo más representativo de la ciudad serrana, se dijo erróneamente que Santamarina, en algún momento había desaparecido.

Para una mejor información es necesario saber que Santamarina no desapareció NUNCA. En los papeles algunos tandilenses, abogados vivos y dirigentes corruptos, lo llevaron a la quiebra, perdiendo su sede social, su campo deportivo y la belleza de la Quinta Belén. Pero a Santamarina lo liquidaron para quedarse con su patrimonio, que fue a parar curiosamente a manos de la Municipalidad y la Universidad Nacional, el Estado era el único que podía pagar esos bienes inmuebles.

Claro en esos años no corría la corrupción del Futbol Para Todos, el fondo del que dispone el kirchnerismo, para que una masa de los recursos del Estado vaya a parar a bolsillos de dirigentes que funden a sus clubes, al gobierno nacional actual, le conviene usar la corrupción que existe en el negociado de los clubes, donde se protegen los barras brava, que usan con objetivos políticos.

Pero Santamarina, como anoche, nunca desapareció ni se borró. Siempre existió, sus hinchas nunca lo dejaron morir; desde un bar en la calle Sarmiento donde se siguieron reuniendo para que este símbolo de Tandil siga de pie, y continúe en la búsqueda de gloria deportiva para los tandilenses. Anoche en Salta (la historia quiso que fuera en el mismo escenario donde quedara eliminado en el nacional del ´85, también con un penal que Gironacci le atajó al “Negro” Conti).

Santamarina nunca despareció, fue la institución más grande de la Provincia de Buenos Aires, durante muchos años, era el sinónimo de la pasión, del sentimiento. Decir futbol en Tandil, es decir Santamarina, sin que nadie se ofenda ni lo hinchas de Unión y Progreso ni Doce Estrellas ni Independiente ni Ferro ni Grupo Universitario ni en Vela ni en Gardey ni en Napaleofú.

También en estos días, cuando se hablaba del desconocido rival del mediocre campeón invicto de Argentina, hubo olvidos obvios, y lógicos, que es lo que intento reparar con esta nota, aún a riesgo de seguir cometiendo olvidos. Como olvidarnos de Domingo Pastor (cuyo asesinato nunca fue esclarecido), de Abel Ghezzi, de Norberto Quinteros, de Hugo Russiani, de “Paquito” Sánchez, de Carlos Allende, de Mario Rodríguez, de Veloz, de Polonio, de Yiyo Conte, de Santos Elías Gómez, de Mujica, del “Cabezón Méndez, de Guillermo Basualdo, de Oscar Mendoza, de Roberto Caprino, de Raúl Galitiello, de Andrés Acuña, y lógicamente de los últimos integrantes de la historia que más trascendieron bajo la dirección de Daniel Romeo, en época reciente.

Anoche, una vez más la historia dirá que Santamarina nunca desapareció, siempre estuvo vivo y anoche estuvo tan vivo que dejó a muchos al borde del infarto. El club que ahora curiosamente preside el hermano de Diego Bossio (titular del Departamento Ejecutivo de las ANSES), está resurgiendo deportivamente y espero que no haya intereses políticos detrás del manejo del club más popular de Tandil. Esa camiseta aurinegra no debe ser manchada.

Jorge Elías Gómez
jgomez@mdphoy.com

2 Comentarios

  1. Vamos Santa querido que te quiero ver campeón, sos tan tandilero como los salamines Cagnoli y la piedra movediza, René Lavant, Víctor Laplace, Juan Carlos Pugliese y Luis María Macaya

  2. che “paragua” te olvidaste del pelado carballo un abrazo

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