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Quedó cerrado otro round peronista, con foto patética y una película que continúa

Sergio Massa llegó con el suspenso que propuso a una actual intención de voto del 42 %. Este dato le hizo dar el paso al frente. A partir de entonces, está echada la suerte kirchnerista con Scioli dentro de ella. El gobernador fue un híbrido denostado que se aferró a una lealtad, de quienes lo empujaban privada, pública e institucionalmente. A De Narváez, otro candidato que se quedó en las gateras, en las últimas horas nadie le atendía el teléfono. ¿Qué vendrá ahora? El clásico corrimiento con los petates al campamento del ganador en los papeles, típico de quienes sobrevivieron conviviendo con Menem, Duhalde, Kirchner y Cristina.

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¿Hubo traición o sólo es una cuestión de matices? La capacidad de reproducción del P.J. ha dado una nueva demostración. Hay una parte de la película que no cierra, o algunos entraron tarde al cine. Massa fue sucesor de Alberto Fernández y Abal Medina se quedó con el cargo, cuando CFK decidió ir por todo.

Pero es imprescindible, partir del embrión de esta nueva criatura que se está gestando. Con la prolongación del anuncio de su candidatura, Massa logró que las lentes hicieran foco en Tigre. Lograr el apoyo del mayor distrito electoral del país, lo convierte en potencial candidato a gobernador de la Pcia. de Bs. As. y en una jugada de mayor audacia aún, pelear la presidencia de la Nación dentro de sólo 24 meses.

Uno de sus aliados momentáneos en esta carrera es nada menos que el jefe de Gobierno de la CABA, el ingeniero Mauricio Macri, viene con un armado PRO, donde ha sacado sus ventajas, sobre el ex jefe de gabinete y titular ejecutivo de la ANSES. Es decir Macri es aliado y contrincante a la vez. Si los une un objetivo común, decirle basta a los abusos del Poder Ejecutivo Nacional, que atropella hasta más allá de los límites del abismo.

Pero es necesario detenerse en un aspecto crucial, dramático e imprevisible. El modelo nacional y popular carece de candidatos. No mide nadie, ninguno, están arropados en el poder. Un signo de evidente debilidad, se han consumido y reabsorbido en su propio relato, no tienen legado. Y no es sólo un problema del territorio bonaerense. La propia Cristina debió escuchar nones en Santa Fé y Córdoba, entregó la Capital Federal y en las últimas horas se mantenían en pie (porque nadie los soplaba) Alicia Kirchner y Martín Insaurralde. A Randazzo cualquier descarrilamiento lo dejaba en la vía, ya no resistía una berrera baja a quien anunció la revolución ferroviaria.

El Frente Para la Victoria sin candidatos es la virtual licuación del poder. Massa deberá ahora mantener una exposición alta, muy alta, una mesa de examen en cada esquina, en cada pregunta, en cada intervención. Su hilo conductor y afinidad con los intendentes del conurbano bonaerense, le permiten un abroquelamiento de gran capital político, pero corre el riesgo de dar primero el segundo paso, un error que puede precipitar su carrera política. Massa deberá ser (como lo ha sido) oficialista y opositor al mismo tiempo. Su virtud haberse despegado, pero no estará alejado de la política que supo integrar, administrar y cultivar. Todo para conservar poder. Massa fue un propagador de la gestión K, no podrá ser un ausente, un ajeno o desentendido de lo que ha pasado en esta época, cuando el modelo hace agua, y tiene evidencias de hundimiento.

Cómo se construye en alternativa, será una cuestión de días, semanas y unos pocos meses. ¿Cuáles serán sus diferencias? No es lo mismo la tribuna que la cancha de Tigre. Ahora tendrá que jugar y demostrar su estilo. ¿Los K serán adversarios o enemigos políticos? Cómo tomarán este nuevo rumbo, habrá una competencia o todo se reducirá a la destrucción. Todo depende del arsenal que disponga y el refugio que lo soporte. Si hay algo que abunda en el universo de Cristina son los fanáticos y los francotiradores. Tal vez Massa deba vivir camouflado, y despierte más ira y resentimiento que el propio Macri, Carrió, De La Sota etc.

Jorge Elías Gómez

jgomez@mdphoy.com

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