Vacío de contenido y poder político, falta de idoneidad profesional y técnica en sus funcionarios, a la brevedad estallará uno de los conflictos que más desespera a un intendente, en este caso Gustavo Pulti. Caprichoso y obstinado en continuar cometiendo errores, está ahora en un callejón sin salida, debiendo pagar cada día que pasa un costo político más alto.
Cómo ya se la vio venir, advirtió que la falta de reajuste tarifario, alterará la normal prestación del servicio. Como la “lógica política” y sus prácticas indican, la oposición, especialmente el Frente Para la Victoria, se opone con argumentos esgrimidos, que se dan de bruces con el estrago económico que están produciendo en el país.
Demagogo y populista, para hacer bien los deberes, Pulti está en una encrucijada del conflicto que estallará en sus propias narices, sin que transcurra demasiado tiempo. Pero no es un dato menor, que el mismo ha creado un pésimo humor social con respecto a la cuestión de fondo. Tarde o temprano las irresponsabilidades se terminan pagando, y más cuando se desafía el sentido común, como en el tema del transporte público de pasajeros.
Al respecto la UTE Libertador, ha emitido un comunicado dirigido a la opinión pública, puntualizando cuáles son las razones, por las cuales se solicita una actualización de tarifa dentro de un contexto inflacionario. En el mismo expresa textualmente lo siguiente:
“El Libertador Unión Transitoria de Empresas en su carácter de entidad responsable de la operación del Servicio Público de Transporte de la Ciudad de Mar del Plata conforme lo estipula Ordenanza Nº 16789 en su Art. 31 se dirige a la opinión pública manifestando su preocupación por los desacuerdos planteados en el Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad, por Concejales de distintos bloques políticos, conforme la nota publicada en página 6 del Diario “La Capital” con fecha 16 de Septiembre ppdo. La preocupación que se pone de manifiesto está originada en el hecho que los desacuerdos planteados y el contenido de la información trascendida no hace otra cosa que descalificar al sector empresario y dilatar un reajuste de tarifas fundamental para asegurar la continuidad de un servicio público esencial como es el Transporte Urbano de Pasajeros.
La detenida lectura de la información periodística permite concluir que existe un importante desconocimiento sobre la problemática de la economía del transporte en especial, en lo relacionado con las funciones de las tarifas y los procedimientos o protocolos de aplicación para determinar su valor y/o los reajustes que proceden.
Nadie puede pretender ignorar la realidad económica que vive el país a partir del impacto producido por la devaluación del Peso ocurrida en el mes de Enero del corriente año; cuyos efectos pueden sintetizarse de la siguiente manera: a) una desocupación creciente que afecta a los servicios de transporte público atento a que se estima que el 80 % de los viajes se realizan por motivos de trabajo; b) un fuerte incremento en el precio de los insumos que demanda la operación del transporte (gas-oil, reajustes de convenios laborales, neumáticos, lubricantes, costo de las unidades, costo del mantenimiento, seguros, etc.), incrementos estos que medidos en términos de inflación representan para los primeros ocho meses un valor del orden del 24-30%.
Es necesario recordar que en el orden nacional y provincial a fines de Diciembre de 2013 se realizó un reajuste de tarifas para las líneas urbanas de corta distancia del 35 % y en el mes de Junio del corriente año, un nuevo reajuste del 20 %. En dicho período la autoridad de aplicación local realizó un solo reajuste que en números redondos alcanzó un 23 %. Una muy simple comparación permite demostrar las diferencias que existen máxime teniendo en cuanta que la realidad de Mar del Plata está inserta en el marco nacional.
El Transporte Público de Pasajeros es un servicio oneroso, en el cual la tarifa constituye el eje fundamental con el cual se asegura la sustentabilidad del sistema, siendo por lo tanto su determinación y reajuste actos administrativos obligatorios para garantizar que los ingresos económicos que se obtienen con el pago de la tarifa por parte de los usuarios, cubra los costos de explotación garantizando la rentabilidad estipulada en los protocolos utilizados para la determinación de costos. Atento a ello esta UTE considera improcedente pretender que se hace necesario una evaluación de la situación económica y financiera de las empresas para determinar la viabilidad de un reajuste tarifario.
Así mismo preocupa que algunos concejales hayan manifestado que se podrá considerar un reajuste de tarifas cuando se presenten estudios serios poniendo en tela de juicio la veracidad respecto de la autenticidad de los parámetros operativos que utiliza esta UTE para la determinación de los costos como así mismo los montos declarados como subsidios recibidos por parte del Gobierno Nacional. Sobre este particular esta UTE quiere señalar que en el procedimiento que se aplica para la determinación de costos y las tarifas correspondientes, respeta el protocolo establecido en la Resolución ST 290/09 de aplicación obligatoria por las jurisdicciones que reciben subsidios conforme Resolución ST 422/13. Por otra parte la información sobre los subsidios percibidos por cada empresa mensualmente, está disponible en la página web de la Secretaría de Transporte y la información sobre parámetros (pasajeros, km, recaudación) que se incorporan en los estudios de costos surgen de la información diaria que procesa el sistema informático que opera la UTE; información que al estar encriptada hace imposible su adulteración.
Debe señalarse, así mismo que las manifestaciones de un concejal ante un medio formador de opinión descalificando al sector empresario, al señalar que se a incumplido con el pliego y se han dibujado los números del estudio de costos como así mismo constituye una “payasada” en haber fundado la solicitud de reajuste de tarifas en aspectos inflacionarios constituye una actitud que esta UTE rechaza, por cuanto se entiende que “payasada” es manifestarse públicamente desconociendo la realidad actual que podemos sintetizar en recesión e inflación (La Nación- 22/09/14).
Otro hecho trascendente inserto en la realidad actual, que esta UTE considera necesario destacar, y que no ha sido considerada por los distintos bloques del HCD, es la caída de la demanda, producto de la crisis que vive la ciudad. La estimación de esta UTE realizada con información al mes de Agosto del corriente año alcanza a un valor del 4 % anual cuyo efecto se combina con los mayores costos incidiendo en un mayor reajuste de tarifas para equilibrar la ecuación ingreso-costo empresario.
Por último se hace necesario destacar que el desequilibrio en la ecuación ingreso-costo como consecuencia de mayores costos de explotación y menores ingresos económicos por una disminución de la demanda (IPK) produce un estado de endeudamiento creciente que además de producir un lento proceso de descapitalización empresaria, afecta la calidad de los servicios poniendo en riesgo su continuidad por falta de sustentabilidad económica”.
