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Pulti necesita emisión a la Ciccone

blankmdphoy.com adelantó que Acción Marplatense estaba jugando a la ruleta rusa. Faltó algo, debido al poder se síntesis: “juega a la ruleta rusa con el tambor cargado”. No hay reacción, sólo una obsecuencia extrema con la firma de Leandro Laserna, para aprobar la reforma de la carta orgánica del Banco Central, es decir prenderle velas a que la inflación vuelva a tener efecto derrame sobre las arcas municipales, que permita la llegada de fondos que también vaya licuando las deudas.

Proveedores que no cobran desde octubre, un estado de cuentas municipales dibujadas y escondidas a la oposición, un arreglo salarial con el Sindicato de Trabajadores Municipales que supera el techo propuesto por CFK, la quita de $ 22.000.000.- de copartipación, un insuficiente aumento de tasas (demagogia para no reconocer la inflación real), un contrato (con camioneros) por la recolección de residuos impagable, una caída en la recaudación por varias razones, la más sólida es la caída de la actividad económica, la ineficiencia de la ARM, y fundamentalmente la falta de rentabilidad de los comercios que deben recurrir a préstamos usurarios, para cumplir con un municipio que no presta servicios y con gremios que son el equivalente a una caja boba. Este es el escenario real.

El caso del acuerdo salarial fue logrado entre gallos y medianoche. No hubo estado de asamblea, todo fue a libro cerrado, la cuestión era patear hacia delante el problema político, no la cuestión del atrasado salarial. A la primera cuota ya se la comió la inflación y todavía no se ha cobrado. Además ya venían con el hambre atrasada. El arreglo es por el primer semestre. Lo cual indica que el aumento salarial que compense la pérdida de poder adquisitivo, deberá estar cercano al 50 %, salvo el margen de pactos políticos entre Pulti y Gilardi, que les permita manejar otro margen, que no será el de los trabajadores por supuesto.

Pero otro riesgo asoma, y si bien aparece como formal, es atinente a una cuestión de fondo. Las bases de los trabajadores municipales sienten el calor de la inflación, pero sí el frío que llega a sus bolsillos, cada vez que llega la última quincena del mes.

Pero en este rebrote de adversidades, está inserta la metodología de la productividad, que consiste en el aumento de infracciones constatadas que hoy la burocracia laboral no permite acceder a la administración central en concepto de recaudación. La aplicación de la productividad, ha permitido elevar los índices de cobrabilidad, y empleados de Inspección de Tránsito han llegado a percibir hasta $ 10.000.- mensuales renunciando a la industria de la hora extra sin trabajar.

Pero la instrumentación se halla frenada, por falta de intérpretes (léase funcionarios políticos), en una situación que amenaza convertirse en desbordante en los próximos días. A Gilardi y Cía. la presión se les volverá insostenible, y obviamente le trasladarán el problema a Pulti. Lo cierto es que el secretario de Gobierno (cada vez más enclenque políticamente) no acierta en superar las dificultades que se están inflando en el área que conduce el arquitecto Marcelo Artime.

Scioli es cada más vez más cuestionado, ya que la resignación y arrodillamiento político ante la Casa Rosada que traslada sin anestesia a las 135 municipalidades bonaerenses. Tampoco hay un puente que permita llegar a CFK, para buscar gestos que anteriormente Néstor arreglaba en un abrir y cerrar de ojos. Pulti es el que más sufre este nuevo cuadro de poder, no es tropa propia, está considerado entre los intendentes mangueros y su administración acumula desaciertos que se multiplican en relación a las adversidades. Todos se preguntan ¿qué peso tendrá el angustiante pedido de auxilio de Acción Marplatense, a través de Laserna, emisión a la Ciccone? Un libreto de comedia de invierno para después de Semana Santa.

 

Con 900 millones de pesos menos de coparticipación, la quita de partidas provinciales extras que se cobraban en tiempos de abundancia, y sin nuevas obras nacionales para anunciar, los intendentes del conurbano recibieron la peor noticia del gobernador bonaerense, Daniel Scioli: no hay plata en la arcas provinciales y en la Casa Rosada, en cambio, sobran los bolsillos sordos.

“Sean eficientes y creativos para generar ingresos“, fue el consejo que repitió el gobernador en sus últimos encuentros con los jefes comunales de la primera y la tercera secciones electorales. No fueron reuniones tranquilas. Dejaron en evidencia el mal humor de los intendentes hacia lo que definieron como un hábito del sciolismo en épocas de vacas flacas: “Traslada a los municipios cada quita de fondos nacionales que sufre la provincia”, explicó a LA NACION un jefe del norte del conurbano.

De todos modos, los intendentes tomaron al pie de la letra el consejo del gobernador y, por estos días, preparan una batería de nuevas tasas municipales para salir a recaudar. A la cabeza figura un viejo proyecto de la Federación Argentina de Municipios, que dirige el mandamás de Florencio Varela, Julio Pereyra: cobrar un derecho del 2% sobre la facturación de las empresas de telefonía por el uso del espacio aéreo.

La iniciativa ya había sido vetada en tiempos de la Alianza. Fue desempolvada ante Néstor Kirchner, en 2004, otra vez sin éxito. Se trata de una tasa que los municipios cobraban a las telefónicas cuando sus comunicaciones se realizaban mayoritariamente por tendidos de cable.

Pero, aún en caso de prosperar, la medida está lejos de revertir los 900 millones de pesos que los intendentes dejaron de recibir este año. Se trata de un fondo del 6% del PBI que preveía la ley de educación federal y que se siguió constituyendo en cada presupuesto aún después de la derogación de esa norma. El Estado nacional constituía el fondo restando recursos a la coparticipación que recibían las provincias. En 2011, como no hubo presupuesto, tampoco hubo fondo educativo, y esos millones volvieron a ser distribuidos entre las provincias. Para Buenos Aires significaron 900 millones de pesos.

Este año, los intendentes armaron sus presupuestos locales previendo que iban a volver a cobrar el fondo, de acuerdo con la información que les envió Hacienda. Pero, a fines de enero, el Ministerio de Educación nacional recordó armar el fondo: la Casa Rosada no sólo retiró las partidas de febrero, sino que le restó a la provincia -y ésta a los municipios- lo que había recibido “de más” en enero.

Fue un golpe inesperado para las arcas municipales, que este año, además, dejaron de cobrar una partida especial que la provincia les había abonado en enero de 2010 y 2011: el Fondo de Fortalecimiento de Servicios Municipales, que distribuyó 175 millones de pesos el año pasado y 340 millones el anterior.

De hecho, la suma de todos los fondos coparticipables del primer mes de este año, que llega a 1107 millones de pesos, apenas supera en $ 65 millones lo que recibieron los municipios en el mismo mes del año pasado. Menos que la inflación que declara el Indec y, por cierto, mucho menos que la suba de salarios y el encarecimiento de servicios que deberán pagar los intendentes. Con un aditivo: como existe una boca más (el municipio de Lezama), el balance real es negativo.

Peor

La situación empeoró en febrero, cuando la Casa Rosada le restó a la coparticipación federal el fondo educativo y, a su vez, le “cobró” a la provincia lo que le había pagado el mes anterior: los intendentes recibieron 934 millones de pesos, casi 200 millones menos que en enero.

A esa situación se suma la falta de nuevas obras nacionales en los municipios. Después de las elecciones, los intendentes lograron normalizar la ejecución de las obras en curso, pero desde la muerte de Néstor Kirchner no encuentran un interlocutor en la Casa Rosada que les asegure nuevas obras.

La situación quedó plasmada en la última reunión de Scioli con los jefes de la tercera sección, quienes le pidieron encabezar una comitiva para llevar los reclamos ante Cristina Kirchner. Desde marzo de 2011 que no se da esa situación. Desde entonces, los intendentes sólo son invitados en grupo a la Casa Rosada para escuchar los anuncios oficiales.

Ante ese combo de reclamos por falta de recursos y obras, Scioli respondió apelando a la “eficiencia y la creatividad” de los intendentes para hacer caja. Pero los jefes comunales no sólo piensan en crear nuevas tasas (ya generaron importantes aumentos en los impuestos existentes). También le propondrán a la provincia hacerse cargo del cobro de patentes y de las cuotas de los planes de viviendas, entre otros tareas, a cambio de un porcentaje para los municipios en caso de lograr una mayor eficiencia.

El jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, se encargó de dejarles en claro a los intendentes que apoyará todas las propuestas eficientes, pero que no aspiren a sacarle recursos a la provincia. Scioli se sinceró. “Nos dijo que le está costando mucho esfuerzo conseguir fondos en la Casa Rosada”, indicó a LA NACION un jefe comunal del norte del conurbano.

“Estamos usando la imaginación”, resumió un jefe de la tercera, que vio que, de un día para el otro, perdía un mes entero de coparticipación.

El malestar no se resume en el gobernador. “Menos abrazos y más plata”, rezongaba un intendente del Sur, que, desde diciembre, es visitado asiduamente -“cortejado”, ironizó- tanto por Scioli como por el vicegobernador Gabriel Mariotto y más de un ministro nacional del ala dura del kirchnerismo.

Para los intendentes, los problemas no terminan ahí: los gremios no los esperarán por siempre para discutir paritarias.

 

4 Comentarios

  1. Muy bueno y certero.Felicitaciones

  2. muy bien

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