Fue el resultado de sus expresiones de rechazo, al mal tratamiento que reciben los efectivos policiales, tanto salarial como en sus condiciones de trabajo, que se agudizan cuando se retiran de la actividad, y se produce un serio recorte de sus ingresos de bolsillo, debido a que dejan de percibir adicionales y horas cores.
La liquidación que se ordena administrativamente, tras el cese en el servicio activo, comprende a una suma equivalente de tres categorías inferiores al escalafón, en el que revistaban cuando estaban en actividad, llevándolos a un nivel de ingreso que está en el límite de la pobreza, tras 32 años de servicio.
Eso ocurre con todo el personal de la Policía Bonaerense e impacta directamente en la calidad del servicio de seguridad que prestan sus efectivos.
No son pocos los que con capacitación y experiencia han decidido formar parte de los cuadros de la Policía Metropolitana de la Capital Federal (creada por Mauricio Macri) o en agencias de seguridad privadas, donde reciben sueldos sensiblemente superiores, uniformes de trabajo y equipamiento acorde a la importancia de sus servicios.
