Básquet, Deportes

Peñarol ganó en casa y sueña con el primer lugar en la fase regular

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Una vez más, Peñarol sacó a relucir su jerarquía individual, para imponerse 87-79, en un juego que empezó dominando y que con el correr de los minutos se le fue complicando, gracias a la gran tarea de Olímpico de La Banda que jamás se rindió, de esta manera pasadas veinticinco fechas de la segunda fase de la Liga Nacional de Básquet, mantiene las ilusiones de quedarse con el “1” en la fase regular.

Un primer cuarto jugado al ritmo que quiso el milrayita, que se hacía fuerte en ambas pinturas gracias al gran trabajo de Martín Leiva (6 puntos, 9 rebotes), sumado a la correcta conducción de Campazzo, que también aportaba 7 puntos, y a Adrián Boccia con 6, le permitían al local sacar una cómoda renta de 11 puntos, 26-15, al cabo de los primeros diez puntos, ante un rival que no podía contra la marca hombre a hombre propuesta por Peñarol, mientras que en defensa sufría el poder de gol de los marplatenses.

Como le suele ocurrir, los de Rivero bajaron su caudal ofensivo y defensivo, cuando el entrenador roto el banco, y el elenco santiagueño, ni lerdo, ni perezoso, le sacó el máximo rédito posible, ya que encontró en sus cinco hombres de campo, certeras vías de gol, con Malara, García y Pau, como estandartes, mientras que en defensa ajustó las marcas, complicando los avances del local, que como pocas veces tampoco encontraban respuestas desde el perímetro (5/23 en los primeros 20 minutos), sufriendo la pésima primera mitad de su emblema y capitán, Leo Gutiérrez, quien falló los nueve intentos desde tercera dimensión. Así las cosas, Olímpico, despacito, casi de manera silenciosa se fue al descanso largo perdiendo tan solo por dos puntos, 43-41.

Peñarol seguía desconcentrado y errático, manteniéndose en juego solo por la efectividad de Adrián Boccia, que se cargó el equipo al hombro en ofensiva sumando los 10 puntos, del local cuando promediaba el tercer cuarto. Por su parte, el conjunto de La Banda, continuaba con su estrategia de distribuir el goleo en todos sus hombres, de esta manera, con poco más de tres minutos en el reloj, primero igualaba las acciones en 53, para luego ponerse al frente por cuatro puntos, 53-57, con cinco puntos consecutivos de Pellot Rosa y dos libres de Pau. Un triple de Leo, además de cortar su sequía, hizo explotar al Polideportivo, sin embargo, la visita seguía facturando en cada avance, desnudando las debilidades defensivas de su rival, para entrar al cuarto de la verdad arriba por cinco puntos, 62-67.

El conjunto marplatense salió del letargo y en tres minutos, empató el juego en 70 puntos, con un gran pasaje de Campazzo, a partir de allí el juego se transformo de ida y vuelta, con errores y aciertos en ambos lados, porque los de Muller, tenían en Pellot Rosa, su carta de gol, como lo había sido Boccia en el local en el anterior parcial, invirtiendo los roles, ya que los marplatenses comenzaron a encontrar distintos goleadores. Pero, cuando todo parecía inclinarse a favor del milrayitas, Leiva se torció el tobillo en su intento de postearse sobre Amiccuci, preocupando a Rivero y compañía, a pesar de esa circunstancia, apareció el mejor Campazzo, y con su velocidad, le sacó una falta antideportiva a Vittar, para que Peñarol, recupere una renta de cinco puntos, 80-75, con poco más de un minuto por jugar. Dicha diferencia termino siendo vital, ya que Olímpico, no estuvo certero, encima Malara le cometió otra falta antideportiva sobre Weigand, expirando las chances de su equipo, que casi dio el golpe, pero que como suele suceder, en esta liga, no pudo con la jerarquía individual de la planilla marplatense, que termino imponiéndose, 87-79.

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