Básquet, Deportes

Peñarol, el dueño absoluto de la historia

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Una de las figuras de la noche: Adrián Boccia. El ex Lanus, defendió como nunca y fue clave en ofensiva.

La misma novela de siempre. El mismo tramite de siempre. El mismísimo final de siempre. Una vez más el “Milrayas” celebró un superclásico con la figura estelar del goleador Adrián Boccia, más el aporte de Martín Leiva que se deglutió la defensa “Tricolor”, y le permitió a los marplatenses sumar un triunfo que lo acerca al Súper 8 y sobre todo los aproxima al cielo, aunque sea por una horas.

El inicio fue muy parejo pero con “La Peña” castigando desde el perímetro con una buena tarea de Facundo Campazzo. El “Tricolor” no se quedó atrás por esa vía y también lastimó la canasta pero con goleo más repartido.

En el transcurso del segundo segmento las defensas de ambos flaquearon dejando que el goleo sea por demás alto, pero sobre todo en el “Milrayitas” que no le encontró la vuelta a la ofensiva “cervecera”.

Se prestaban la ventaja en el tanteador. Apareció la figura rutilante de Adrián Boccia en ataque y sostuvo a los de Rivero en lo más alto de la noche.

Los orientados de Ramella en ofensiva confiaron en el lanzamiento exterior que les dio continuo resultado y sobre todo en su goleador Walter Baxley, que se cargó de faltas antes de ir a los vestuarios.

Siguieron parejos en la segunda mitad. Peñarol dependió en demasía  del goleo de Boccia que se cargó la mayoría de los ataques y le otorgó a su planilla una buena suma de rebotes.

Por su parte Quilmes aprovechó la mala efectividad de los “Milrayas” desde la línea de sentencia, algo que no puede mejorar en lo que va de la competición. Y contestó Facundo Piñero con un par de triples y varios dobles.

Sin embargo el pivote Martín Leiva se adueñó de los tableros y por eso el “Tricolor” tomó tiros desde larga distancia que igualaron el partido con un final para el infarto, como hace tiempo no brindaban las dos escuadras.

Se estudiaron como dos boxeadores. Pensando una y otra vez en la mejor ofensiva posible. En ese trámite Leiva siguió siendo el “Gladiador” de los tableros, ante la falta de Romero, nuevamente sentido en la rodilla. Y además convirtiendo seguido desde la línea de libres algo insólito para uno de los peores tiradores de la liga.

Sobre el final del juego el partido se cortó por continuas faltas mandando a la línea a ambos conjuntos. Donde el rédito lo sacó el elenco quilmeño muy certero en ese rubro. Un problema a resolver con suma urgencia en el “Milraya”, ya que con una mejor eficacia pudo a ver cerrado con antelación el encuentro.

La zona pintada fue una guerra sin cuartel. Se fajaron de lo lindo. Los dirigidos por Ramella comenzaron a correr en ofensiva mientras que el cierre para “La Peña” fue a pura defensa y magro en ofensiva.

La anaranjada pesaba más de lo normal y nadie se animó a destrabar el juego hasta que el cordobés, por el que tanto rezó la gente de Peña para su vuelta, atravesó la barrera en tierra de gigantes y desde el piso logró una canasta fantástica que le dio un triunfo memorable a los “Milrayitas”, que sin jugar un gran partido pero con un Leiva sensacional en la zona pintada, y un certero Boccia en defensa y sobre todo en ataque, se llevó el juego por 82 -79 y una vez más le grita en la cara a su archirival: “hijos nuestros”…

 

 

 

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