Ciudad, Política

Para Garivoto “Hay una Mar del Plata que duele”

La conversación giró en torno a planteos que hacen al común de los vecinos que viven en barriadas alejadas de “las luces del centro”, como dijera uno de los fomentistas con más experiencia. Calles intransitables, baldíos plagados de ratas y basura, falta de veredas y luminarias agravan la situación.

Cuestiones que se reiteran cual letanía. Pareciera que escuchando a un presidente de sociedad de fomento escuchamos a todos, dijo Garivoto”. Pocos son los logros. Y como si esto fuera poco, no es posible dialogar con el Intendente. Con nosotros tiene una actitud autista, lamentablemente, agregó otro finalmente.

A su momento y luego de escuchas con debida atención a cada uno de los presidentes de las sociedades de fomento, Garivoto se solidarizó con ellos a la vez que  reiteró su marcada vocación de lograr ser intendente para transformar  en más igualitaria una Mar del Plata que en verdad son dos. La bonita y que obnubila y encanta y la otra, la que nos entristece  y duele. La que  tiene chicos que van al colegio chapoteando barro. La que apenas baja el sol intranquiliza a niños, mujeres y varones por igual. Porque, la inseguridad está en todas partes, pero se enseñorea con los más humildes. No es lo mismo la inseguridad en La Perla, los Troncos o el centro que, Virgen de Luján, Santa Rosa de Lima o Juramento. Ustedes bien lo saben. Quienes lo desconocen a la luz (que no hay) de los hechos son las autoridades municipales. Esto puede cambiar, debe cambiar. Mar del Plata debe volver a ser una ciudad para todos. Para las familias el centro y las familias de estos populosos barrios.

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