Carta de Lectores, Opinión

No siento ningún cargo de conciencia…

No siento ningún cargo de conciencia, ni siquiera me preocupa lo que puedan llegar a sentir hacia mi persona, esa pléyade de argentinos que sólo se encolumnan detrás de una bandera y la lucen en sus balcones, cuando juega el seleccionado argentino de fútbol.
El fútbol profesional tiene un condimento extra que, al ser rentado, independientemente de las virtudes técnicas de un jugador, debe estar acompañado por esa voluntad y deseo profundo de defender la divisa que representan. Allí no deben caber especulaciones de tipo económico.
Sin embargo, desde hace muchos años, Julio H. Grondona incluído, hemos caído en un asqueante mercantilismo que concluyó por desnaturalizar todo lo bello que tiene este magnífico deporte.
Huelga decir que, a la muerte de este capo mafioso que, dicho sea de paso, tenía negocios “non sanctos” con los popes del fútbol mundial, le han sucedido la flor y nata de la máxima delincuencia enquistada en este viril deporte como lo son Hugo Moyano, su yerno “Chiqui Tapia (hoy títere Presidente de AFA), el aglutinador de toda esa lacra Daniel Angelici y un sinnúmero de secuaces que han llevado a nuestra máxima expresión deportiva hacia un abismo nunca antes visto.
Si tenemos en cuenta que desde la cúpula de la conducción afista se cuecen los negociados más viles, bien podremos entender las razones de esta enorme decadencia (la que va en consonancia con todo lo que sucede en el país).
El nombramiento de un técnico de las características de Jorge Sampaoli, no asombra ni mucho menos. Es un impresentable, como todo kirchnerista, carente de principios, de ética y de equilibrio emocional. Mal puede llevar adelante una selección hecha de “amigos” cuando él no brinda ningún ejemplo de moral y buenas costumbres.
Hace ya muchos años que estas selecciones no alteran mis emociones, lo cual me permite ver los mundiales con absoluta objetividad ya que el fútbol es mi pasión.
Haciendo la salvedad que en varias selecciones que no me han motivado han habido, excepcionalmente, varios buenos y correctos jugadores, dejo la constancia acerca de los tres seleccionados que sacaron lo mejor del hincha que llevo adentro.
ARGENTINA 1978. ARGENTINA 1986. ARGENTINA 2006.

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