Cuando ni en temporada alta aparece el cartel más preciado de la colonia artística, Ariel Tarico lo logró este último sábado en el Teatro Roxy del Complejo Melany. Y este no es un dato menor, precisamente luego del verano en el que Carmen Barbieri dice que le adjudicaron más novios que espectadores hubo en el teatro, donde se presentó con Nazarena Vélez.
A Joan Manuel Serrat el Polideportivo le quedó grande y debieron devolver la venta anticipada de entradas frustrándose su presentación en la ciudad. Sonó a excusa su mal estado de salud, lo único que canceló fue Mar del Plata, después cumplió con todos los shows en el país. En esta misma ciudad Rotemberg y Faroni venden sus teatros o cambian de actividad y los elencos emigran a Carlos Paz, a la Mesopotamia, entre otras deserciones.
Que un 27 de junio (fin de mes) con muy poca promoción, sin que haya un solo turista en la ciudad, Ariel Tarico haya colmado la sala teatral, habla de las expectativas que había generado el humorista e imitador. Brindó un show impecable, largamente aplaudido de pie por todos los espectadores, entre los cuales se encontraba Hermes Binner, quien no pudo evitar ser uno de los protagonistas de sus chistes de ácido humor político, del que no se escaparon el Papa Francisco, Mauricio Macri, Sergio Massa y Daniel Scioli, entre decenas de imitaciones.
Hay una competencia entre la cantidad de sus imitaciones y la calidad de las mismas, y el espectáculo responde a lo que el público desea en el escenario. Debe destacarse que comparte su espacio con el humorista y músico David Rotemberg, lo cual agrega variantes para que 100 minutos ininterrumpidos provoquen la sensación que fue una entrada que valió la pena pagarla.
Tarico devolvió expresamente la respuesta que tuvo en Mar del Plata en junio, a fin de mes, con frío y con habitantes que prefieren no arriesgar en sus salidas en horas nocturnas por razones de seguridad.
Tarico cierra su espectáculo con la imitación más esperada, la de Nelson Castro, reeditando sus espacios tan esperados en el espacio de 18.00 a 21.00 por el canal TN, que fue uno de las más disfrutadas y cerró la función.
Una acotación al margen: Joan Manuel Serrat también canceló, ya en España, actuaciones en Zaragoza y Gerona, que pudo reprogramar rápidamente, y dos presentaciones en Madrid, que pasaron recién para el mes de setiembre, todo por el mismo motivo de salud que en Mar del Plata: afonía. Anunció la suspensión de esa actuación prevista para un sábado, el día viernes anterior, y se presentó el día domingo en Tigre, con gran esfuerzo físico de su parte. Dudar de un profesional de la talla de Serrat, demostrada en 50 años de carrera, me parece un despropósito descomunal.