Política

Malvinas “Las cuentas pendientes también son Argentinas”

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Por Ricardo Alfonsín (Diputado Nacional UCR).
Se cumplen hoy 30 años desde el inicio de la guerra de Malvinas. Un feriado quizá no sea lo mas conveniente a la hora de recordar una herida abierta y un hecho trágico que aun hoy duele a la Nación toda.

Es tiempo de revisiones, de anâlisis y de pensar en el futuro de nuestro justo reclamo de reivindicacion de la soberania argentina sobre las Islas.

Transcurrieron 3 decadas desde el conflicto armado dispuesto por el régimen militar que tirò por la borda los avances que gobiernos democráticos, como el de Arturo Illia, habían logrado en las instancias internacionales para el reconocimiento de nuestros derechos soberanos.

Hoy asistimos con dolor a una realidad que exhibe -además de las penas por las perdidas irreparables de cientos de jóvenes durante el conflicto y después del mismo- muchas cuentas pendientes.

La principal deuda la tenemos con los soldados: es necesario el reconocimiento en todos los sentidos a nuestros veteranos de guerra. Todos volvieron con mutilaciones (de las que se ven y de las que se llevan en el alma) y necesitan de un Estado que los acompañe en su inserción social.?

No podemos soslayar ni seguir postergando el reconocimiento como veteranos de guerra de Malvinas a los ex soldados que participaron del conflicto de 1982 afectados a bases aéreas patagónicas, desde donde se atacó a la flota británica; circunstancias en las que todas las convenciones internacionales les reconocen el status de soldados combatientes. En cumplimiento de esas órdenes de defensa mueren 17 de sus compañeros, hoy incluidos en el total de 649 muertos por Malvinas.

Otra cuenta pendiente es la dificultad de hacer que una “causa nacional” como Malvinas se exprese en una estrategia de Estado, seria, permanente y consensuada por todos los sectores y fuerzas de la vida nacional comprometido con la recuperación pacífica de nuestra soberanía.

Resulta indispensable abordar estas cuentas pendientes; y hacerlo respetando la diversidad de opiniones de todos los que, desde la buena fe y sin renunciar a las aspiraciones nacionales, proponen distintos caminos de solución al conflicto, renunciando a la exacerbacion de los nacionalismos y sin utilizar el genuino sentimiento nacional como bandera detrás de la cual esconder las otras batallas en las que los argentinos estamos siendo derrotados: el combate contra el atraso, el estancamiento, la pobreza, la desigualdad y los impulsos autoritarios.

Las Malvinas son argentinas, justo es decirlo. Pero no podemos olvidar que muchas de las cuentas pendientes tras la guerra también lo son y de ellas debemos hacernos cargo, como mejor homenaje a los que dejaron su vida por la Patria.

Hay algo que no quiero dejar de poner de manifiesto: un partido político expresa una continuidad histórica de hombres y mujeres, ideas, acciones. Así como muchas veces los radicales nos hacemos responsables de los errores cometidos en el pasado, hoy queremos reivindicar a Arturo Illia y Raúl Alfonsín, los dos dirigentes políticos que rechazaron desde el primer momento la convocatoria de la dictadura a apoyar la aventura militar.

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