Los tiempos han cambiado. En consecuencia, el aparato de represión del Estado ya no puede eliminar directamente a sus adversarios políticos y a los disidentes. En otras épocas la SIDE eliminaba físicamente a los opositores. Actualmente el gobierno utiliza al espionaje para destruir informática y telefónicamente a los opositores. En mi caso particular he podido constatar la realidad de estos delitos. Pero ahora sigue la pregunta fundamental : ¿ Cuántos políticos, disidentes, escritores, periodistas, sindicalistas, profesionales, dirigentes, personas influyentes en todos los ámbitos de la sociedad, saben que son espiados, perturbados e incluso arrasados en sus cuentas de internet, en sus mensajes de texto y en sus comunicaciones telefónicas por el aparato de espionaje del Estado ? La mayoría ni siquiera sospecha que el espionaje estatal elimina correos electrónicos, mensajes de texto y todo tipo de comunicaciones de personas que dirigen críticas contra el gobierno. Ni siquiera sospecha que el espionaje podría hacer fracasar todo proyecto político, sindical, institucional, profesional e incluso cultural cuando no conviene a los intereses de la casta actualmente gobernante. La Comisión Nacional de Comunicaciones debería garantizar el carácter inviolable de las comunicaciones en todo el país, según lo establece la Ley de Inteligencia Nacional. En la práctica el organismo de espionaje no cumple con ninguna de las normas de la ley de inteligencia nacional. Por lo tanto, representa una gravísima amenaza para el desarrollo político, social y cultural de la Nación Argentina. Espías delincuentes, en lugar de ocuparse en resguardar la seguridad nacional, según establece la Ley de Inteligencia Nacional, se dedican a hackear, alterar e incluso destruir cuentas de internet y todas las comunicaciones de personas a las que consideran una amenaza para los intereses del gobierno.
Por favor, Presidente Macri, no permita que se sigan cometiendo estos delitos en el país.
La Patria, la libertad y la democracia se lo agradecerán.
Licenciado Julio César Forcat