La aprobación del Proyecto de ley de fertilización asistida, es un nuevo avance en materia de reconocimiento de derechos humanos, sello distintivo de este proceso político.
Sin lugar a dudas entendemos esta sanción como la ampliación de derechos, profundizando aquellos que tienen que ver con los derechos sexuales y reproductivos, altamente postergados por décadas, y que habitualmente fueran vinculados al control de la natalidad.
Hoy garantizamos el acceso integral de los tratamientos médico-asistenciales de Reproducción Médicamente Asistida de para todos y todas, que permiten no solo la procreación sino a otra multiplicidad de derechos, como el de la familia, de la salud, y del desarrollo humano.
También se reconocen políticas de género, de respeto a la libertad, y de igualdad para el acceso igualitario de hombres y mujeres sin discriminación, a las posibilidades que la técnica ofrece para reproducirse y desarrollarse plenamente.
Un paso mas en la construcción y consolidación de un modelo que aspira a construir una patria no solo grande sino desarrollada en materia de respeto y generación de derechos humanos.