Opinión

La prohibición de los avisos de oferta sexual

Aunque por supuesto, lo ideal hubiera sido que  dicha disposición y todos sus considerandos, surgieran del tratamiento de los varios proyectos de ley que distintas legisladoras presentaron al respecto y donde han opinado instituciones comprometidas con el tema, en lugar de hacerlo desde un solitario decreto.

La norma es clara: “quedan prohibidos los avisos que promuevan la oferta sexual, o hagan referencia a la solicitud de personas destinadas al comercio sexual, con el objeto de  prevenir el delito de trata de personas con fines de explotación sexual y la paulatina eliminación de formas de discriminación hacia las mujeres”.

El mensaje político también es fuerte. Ahora resta ver si el Gobierno, y todos aquellos con una cuota de responsabilidad y poder, están dispuestos a ir a fondo contra la facilitación y la promoción de la prostitución, con voluntad, coordinación de políticas públicas y legislación complementaria.

De ser así, pronto avanzaremos en legislación que prohíba la pornografía que se mete en nuestras casas desde la televisión, en cualquier horario; así como  a los mensajes de texto o vía internet con los que  se ofertan similares actividades; o la exhibición que hacen los quioscos en la vía pública  de imágenes pornográficas, sin que el transeúnte pueda hacer valer su derecho a no ver lo que preferiría evitar. Quizá hasta se avance en sanciones al cliente, siempre fuera del debate, como si no fuera un eslabón fundamental de las cadenas de prostitución y de trata.  

De no ser así,  sólo será una tibia respuesta al duro informe que  elaboró Naciones Unidas acerca de la situación de la trata de personas en nuestro país que dice, básicamente, que Argentina no cumple con los estándares mínimos para la eliminación de la misma, mencionando la detección de indicios de “complicidad oficial” en su expansión.

 

                                                                                           C.P.N. CRISTINA CORIA

Un comentario

  1. No coincido con sancionar al pobre tipo incapaz de conseguir una mujer para tener sexo, que le paga $ 100 a una prostituta libre para pasar un buen rato. Lo que sí, tratar con todo el rigor de la ley a los proxenetas y a los malos POLÍTICOS y malos policías que los encubren y protegen, cuando no son ellos mismos los tratantes.

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