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Homenaje a Raúl Alfonsín, el político que rescató la democracia

Hoy se cumplen 4 años del fallecimiento de Raúl Alfonsín y la escena política argentina sigue sin cubrir el vacío que dejó el viejo caudillo radical

Como radicales no podemos menos que recordarlo en su figura y su mensaje, en su lucha incansable, en su tozudez y compromiso irrestricto por una Argentina democrática, republicana, igualitaria y respetuosa de los derechos humanos.

Alfonsín es un personaje múltiple. Está el militante de a pie que no se cansó de recorrer con su mensaje cada pueblo de la Argentina, es el estadista que privilegió el orden democrático a cualquier aventura personal, es el hombre que ante el disenso y la prepotencia opuso el diálogo y el consenso, es quien se opuso a la Guerra de Malvinas cuando muchos la apoyaban, es el caudillo que condujo no solo a los radicales sino a todo un pueblo a la salida democrática, es quien no permitió la autoadmistía de los genocidas e impulsó su juzgamiento, es quien nos enseñó que la democracia estaba renga si la libertad no era acompañada con la igualdad, Alfonsín es todo ello y mucho más.

En épocas donde la dirigencia política se mueve entre rispidez y crispación, donde el mensaje está vacío de convicciones y el compromiso militante escasea, su figura se enaltece.

Recuerdo la última vez que visitó nuestra ciudad, fué para noviembre de 2004 en el marco de los 21 años de Democracia, una jornada que conjuntamente organizábamos la FUA, la Juventud Radical y la Secretaría de Extensión de la Facultad de Derecho de la UNMDP, habló en el Aula Magna de la Facultad, vinieron todos, los que invitamos y los alumnos que ante la sorpresa de saber que estaba allí, bajaban al recinto. Nos dió una lección de educación cívica y ciudadana, nos habló de la importancia de la democracia y las instituciones de la República, de la agenda pendiente, que la pobreza era una herida de muerte del sistema, de la trascendencia del Juicio a las Juntas Militares, de la importancia de los partidos políticos y más; fiel a su costumbre no se guardó nada. Finalmente se dirigió a nosotros, los más jóvenes, para comprometernos, para decirnos que esta democracia había costado la sangre de muchos otros jóvenes y que no podíamos dejar de defenderla y construirla cada día.

Será por todo esto que Alfonsín dejó de ser sólo un nombre o una persona para transformarse en un mensaje, en una bandera. Con las vueltas de la vida, ya con su partida, aquel hombre al que todos supieron respetar logró lo que pregonaba en su última aparición pública, sigan ideas no sigan hombres. Raúl querido, seguimos tu mensaje y tu doctrina que es, después de todo, las que nos legaron Alem e Yrigoyen.

 

El acto central

El 31 de Marzo, se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento del Ex Presidente de la Nación Raúl Alfonsín. Con ese motivo, se ha organizado un Acto de Homenaje a llevarse a cabo el día de mañana, domingo, a las 12 horas en el Paseo “Presidente Raúl Alfonsín”, ubicado en San Martín e Hipólito Yrigoyen, de la ciudad de Mar del Plata. Harán uso de la palabra Luis Brandoni (actor, ex dirigente gremial y ex Diputado Nacional),Daniel Molina (Presidente de la Convención Provincial de la UCR y ex Intendente de Necochea) y Mario Rodríguez (Concejal de Gral. Pueyrredon).
Raúl Ricardo Alfonsín nació en Chascomús el 12 de Marzo de 1927 y falleció en Buenos Aires el 31 de Marzo de 2009, a los 82 años. Fué abogado, político, estadista y promotor de los derechos humanos. Ocupó los cargos de concejal, diputado provincial, diputado nacional, senador nacional y Presidente de la Nación Argentina. También se desempeñó como vicepresidente de la Internacional Socialista.

Este año se cumplen 30 años del histórico momento en el cual el pueblo argentino comenzó a vivir en Democracia, luego de la feroz dictadura que gobernó nuestro país. En 1983, tras las elecciones presidenciales del 30 de Octubre, Raúl Alfonsín asumió el 10 de Diciembre el cargo de Presidente de la Nación, con lo cual finalizó el período de gobierno del Proceso de Reorganización Nacional. Fue también el fin de los golpes de estado en la Argentina, ya que no hubo nuevas interrupciones al orden constitucional desde entonces hasta la actualidad.

El hombre más importante de la democracia moderna

Hace ya 4 años, despedíamos a uno de los hombres más importantes de nuestra democracia. Nos abandonaba físicamente quien un 30 de octubre de 1983, representando el sentimiento de un pueblo que veía renacer la esperanza, era electo para ocupar la primera magistratura de la república. Atrás quedaba todo el horror de la dictadura militar, y había que afianzar la recién conquistada democracia, pero el camino no sería fácil, los usurpadores harían todo lo posible para no responder por el terrorismo de estado, los 30.000 desaparecidos, la represión, el cercenamiento de los derechos individuales y sociales, una guerra injusta y la entrega de la soberanía nacional a los designios de poderes externos. Hubo que enfrentar las asonadas militares y la desestabilización del poder económico, pero Raúl Alfonsín lideró la transición y encabezó el proceso democrático más importante de nuestra historia, se investigó y se juzgó a las juntas, se devolvió la autonomía a las Universidades Nacionales, cuando hubo que tomar decisiones importantes como en el caso del Beagle se consultó al pueblo, pero son sólo ejemplos, lo que nos legó Alfonsín fue la plena vigencia de la institucionalidad y el estado de derecho, y por eso podemos afirmar con orgullo que es el padre de la democracia.

A pesar del dolor que nos produce su ausencia, debemos recordarlo con alegría, debemos recordar sus valores, su compromiso, su militancia, su profunda convicción en que la democracia es el único camino posible. Fue un hombre ejemplar y un demócrata ejemplar, que supo iluminar el camino en momentos muy difíciles.

Por eso, militantes, dirigentes, y todos los radicales, ante una realidad nacional cada vez más complicada, por culpa de un gobierno autista, que hace de la necedad y la soberbia una práctica diaria, que sustenta con un relato épico totalmente falso, tenemos la obligación de levantar nuevamente las banderas que alguna vez levantó Raúl Alfonsín y construir una alternativa de gobierno distinta, democrática, justa y progresista, para devolver a los Argentinos la confianza en sus instituciones de gobierno.

 

 

 

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