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Presencia de elefantes marinos en las costas de Mar del Plata y la región.

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Entre los días 19 y 20 de noviembre de 2023 se reportó la presencia de dos ejemplares de elefante marino del sur (Mirounga leonina) en la ciudad de Mar del Plata. Uno de ellos fue registrado el día domingo 19 en el icónico balneario Torreón del Monje mientras que el otro ejemplar fue avistado el lunes 20 en una playa lindera a la Escollera Sur de la ciudad, comúnmente conocida como la playa del puerto. Ambos ejemplares fueron registrados mediante fotografías y filmaciones. El elefante marino del sur pertenece a la familia de las focas (Familia Phocidae) y es el más grande de los pinnípedos -grupo que incluye a focas, morsas y lobos marinos-, siendo los machos adultos casi cinco veces más pesados que las hembras y con una marcada proboscis o trompa, que da origen a su nombre común.
El ejemplar hallado en el emblemático balneario de nuestra ciudad era una hembra juvenil de aproximadamente 1,5 metros de longitud, mientras que el ejemplar avistado en la playa era considerablemente más grande, pudiendo alcanzar los 2,5 metros totales. En este último no fue posible la identificación del sexo, debido a que la zona ventral en donde se reconocen los genitales no estaba expuesta, aunque probablemente se trate de una hembra adulta, porque no presentaba desarrollo de la característica proboscis que presenta esta especie en su edad adulta. Ambos ejemplares presentaban una buena condición corporal y presentaban signos de estar en proceso de muda de su pelaje, con numerosas marcas por todo el cuerpo, que dan cuenta de este proceso.
El ciclo de vida anual del elefante marino del sur adulto comprende dos etapas terrestres: una dedicada a la muda (diciembre a febrero) y otra a la reproducción (septiembre y octubre), alternadas con dos etapas de alimentación en mar abierto. A diferencia de los adultos, los ejemplares juveniles de entre 1 y 4 años de edad presentan ciertas modificaciones en el ciclo anual, el cual carece de etapas definidas. Los elefantes juveniles realizan la muda anual entre noviembre y diciembre, y luego tienen una etapa facultativa de descanso en tierra, que puede incluir una o más visitas a la costa sin una función específica. Estas etapas terrestres son alternadas con etapas de alimentación en el mar (post-muda y post-facultativa). Es por ello, que la presencia de ejemplares de esta especie en las costas bonaerenses se registra a lo largo de todo el año. Estos ejemplares forman parte de la población de elefantes marinos que se reproduce en la Península Valdés (Chubut), y los mismos pueden salir previamente en distintas zonas costeras del Mar Argentino antes de llegar a sus zonas de muda.
En esta especie la muda se caracteriza como “catastrófica”, ya que en pocos días pierden totalmente el pelo junto con la capa externa de la piel, que se desprende en grandes parches. Durante este período, los ejemplares se mantienen en la costa y ayunando hasta que el nuevo pelo se encuentre totalmente desarrollado. Finalizada la muda, los ejemplares nuevamente regresan a mar abierto por un período de alimentación de varios meses, para volver nuevamente a tierra para reproducirse desde agosto hasta noviembre. Los elefantes marinos forman grandes concentraciones en playas arenosas y de canto rodado, y su estadía es muy corta, no superando los dos meses de permanencia. Un grupo reducido de machos monopoliza la fecundación de un número elevado de hembras, conocido como harén. Producto de ello, los machos compiten agresivamente para transformarse en el macho dominante del mismo (o macho alfa) y es por esto que suelen presentar gran cantidad de cicatrices como consecuencia de heridas infligidas por otros machos durante las luchas territoriales donde concentran su harén.
La colonia de elefantes marinos de Península Valdés ha experimentado un notable aumento poblacional en las últimas décadas. Los últimos censos realizados en 2022 por la Wildlife Conservation Society junto a investigadores del Centro Nacional Patagónico, registraron aproximadamente 18.000 cachorros nacidos anualmente dentro de los aproximadamente 60.000 animales que se reproducen en Península Valdés. De esta manera, es un fenómeno esperable el registrar elefantes marinos en áreas muy alejadas de las zonas de concentración terrestre y por ello, resulta frecuente ver ejemplares vagabundos por toda la costa de la provincia de Buenos Aires. Muchos de estos ejemplares son avistados a lo largo de todo el año, con registros más frecuentes en verano. Sin embargo, a partir de agosto de 2023, con la diseminación del virus de influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) desde Tierra del Fuego hacia el norte, se han reducido los avistamientos de elefantes en nuestra región.
Los mamíferos marinos más afectados por el avance de este virus en la costa Atlántica de Sudamérica han sido el lobo marino de un pelo (Otaria flavescens), el lobo marino de dos pelos (Arctocephalus australis), y el elefante marino del sur (Mirounga leonina).  En el caso de los elefantes marinos, junto a la elevada mortalidad de cachorros de diferentes tamaños y grado de desarrollo (entre el 56 y el 74% de las crías nacidas este año), se observó una reducción de entre el 40% y el 70% de individuos adultos en las costas de Península Valdés (según el sector y sexo), y una inusual cantidad de machos y hembras adultos y machos subadultos muertos.
Debido a que es frecuente ver animales en nuestras costas, y en el contexto actual de influenza aviar, se recomienda dar aviso a SENASA y en todos los casos, no acercarse ni tratar de tocar a los ejemplares, debido a que esto puede ser peligroso tanto para las personas como para los animales. Su estadía en nuestras playas es corta, salen a descansar o mudar el pelo y luego de escasas horas o pocos días, vuelven al mar.
Dra. Carolina De León

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