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“Es muy difícil despegarse de lo social cuando uno entiende por qué y para qué es esta profesión”

Fue uno de los conceptos de Víctor Laplace en el marco de la charla que dio en MDP 2020.

El actor Víctor Laplace, quien además es director y guionista, dio una charla en la sede de Mardelplata Veinte20, cuyo titular es Marcelo Artime ante una sala donde hubo estudiantes y vecinos vinculados con el teatro y público en general.

Al presentar al actor, Artime destacó “su presencia por la importancia para la cultura de Mar del Plata y, en especial, para los alumnos de la escuela de Arte Dramático”.

“Además de actor y director, valoramos mucho a Víctor Laplace por su militancia a favor de las causas populares y nacionales”, sostuvo.

Tras aclarar que “me gusta hablar no a partir de mí sino de lo que le pasa a la gente”, Laplace se refirió al teatro, el actor, a lo que lo llevó a la actuación y al compromiso de los artistas.

Al ser consultado sobre qué le diría a un estudiante de teatro, sostuvo que “en principio lo que hay que saber claramente es  qué es lo que uno anhela con esta profesión. A veces escuchas gente que dice la carrera de la actuación y yo creo que es una profesión que, como indica su nombre, es pro fe a favor de la fe”.

“Si uno tiene la certeza de para qué lo va a hacer, que vaya para adelante. Ahora, si la idea es tener la trascendencia de la televisión o alguna trascendencia, diría que no pierda el tiempo porque eso está muy complicado. Ha cambiado mucho. Lo primero es saber para qué uno quiere meterse en esta profesión”, dijo.

¿Se nace actor o se aprende? “Se aprende con los años, con mucho trabajo. Con la certeza de que es ensayo y error. Tiene que arrancar desde ahí. Me equivoco, vuelvo ensayar y quizá el día de mañana lo haga mejor”.

“Desde mí, en mi familia hubo mucho acercamiento al arte por mi padre y mi madre. Somos de Tandil y les gustaba mucho la opera, la poesía. Los primeros libros que leí tuvieron que ver con filosofía porque me los regalaba mi hermana -que también es un ser hermoso que le debo aprendizaje- y otra hermana que le gustaba la música clásica”, sostuvo.

“Todo eso más que cuando yo era un chico muy joven trabajaba como obrero metalúrgico y estaba rodeado de hombres y mujeres grandes que trabajaban en la fábrica y mi deseo de aprender e investigar sobre todo lo que aprendí de chico con mi familia”, indicó.

Luego recordó cómo era y cómo lo influyó ese trabajo. “Al principio, por el hecho de estar rodeado de gente más grande, yo aprendía mucho. Era muy sacrificado. Nos levantábamos a las cinco de la mañana para entrar a la fábrica a las seis y estudiaba a la noche. Y de la de la gente grande se aprende mucho. En los países muy civilizados, en la China, por ejemplo, el viejo es el sabio del pueblo. Justamente por lo que vivió, entonces se lo respeta mucho”.

“En aquel momento, con 14 años, sentía que estaba rodeado de gente mayor y alguien de 40, 45 era una inmensidad a la que no iba a acceder fácilmente y llegué y la superé. Ahora yo soy un viejo, no de actitud sino de experiencia recogida con las cosas buenas y las malas. Los éxitos y los fracasos que te da la vida”, señaló.

“Lo que mata es la rápida clasificación de las personas a partir de las posturas que tienen”

Laplace también se refirió al compromiso en la actuación. “Es un tema porque yo siempre he tenido un compromiso político y tiene sus idas y vueltas.  El arte en sí tiene una cosa extraordinaria que no se mezcla con nada pero, a su vez, llevado a lo social es muy importante. Yo a los 18, 20, 22 años hacía teatro en las villas. Hice películas como Operación Masacre –el libro de Rodolfo Walsh-, hice cosas de las cuales estoy absolutamente orgulloso. Pero también tiene que coincidir -y si no mala suerte- con una línea general de una población que se ponga de acuerdo en que marcha para un solo lado”.

“Nosotros estamos divididos y esa separación genera siempre malos entendidos. La gente se pone muy sectaria y excluyente. Si uno es un artista popular queda como de lado y, a su vez, hay mucha gente a la que se la respeta. Tiene idas y vueltas. Yo no tengo vuelta atrás. He hecho toda la vida lo que he hecho y lo voy a seguir haciendo y elijo mis trabajos con una idea que tiene que ver con lo que me impacta de lo que leo y aprendo. Por otra parte, siempre trato de llevar un aspecto mío a lo social”, indicó.

“Me parece que la profesión tiene que ver con lo social por los actores que yo admiro y conozco, inclusive Robert de Niro que lo conocí, iba a las conferencias de Derechos Humanos. Es un tipo que usa el poder que tiene para hacer un beneficio a otra gente. Desde ahí hasta compañeros que tengo y otros que ya no están como Carlos Carella o Bárbara Mujica. Gente comprometida pero que también tiene un aspecto profundamente artístico. Sin embargo, no dejaban de hacer cosas que tuvieran que ver con lo social. Es muy difícil despegarse de lo social cuando uno entiende por qué y para qué es esta profesión”, reflexionó.

En la misma línea, el actor expresó que “lo que mata es la rápida clasificación de las personas a partir de las posturas que tienen. Creo que es bueno ir más por arriba de ese pensamiento que es un poco elemental porque es no conocer al otro y la vida me parece que va de conocer a la otra persona siempre, como en una pareja que si no te conoce va a haber siempre líos y si te conoce va a haber acuerdos”.

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