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En la misa en desagravio el obispo expresó que “la profanación de un templo, ofende gravemente a Dios”

Esta mañana, el obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, presidió la misa en desagravio por la profanación de la cripta de la Catedral, que se dio a conocer el pasado martes. Una gran multitud de fieles, acompañaron y se unieron en oración, y por este motivo la misa fue oficiada en el altar mayor del templo.  Hubo representantes de las fuerzas políticas y vivas de la ciudad.

Misa en desagravio_2013

Apenas iniciada la eucaristía, el acto penitencial consistió en rociar con agua bendita e inciensar la cripta, lo hizo el obispo acompañado de los sacerdotes que concelebraron la misa. Mientras el coro y los fieles, entonaban, “Piedad Señor, pecamos contra ti”. Al finalizar el evangelio, el prelado mencionó los nombres y personas que enviaron su adhesión y muestras de solidaridad.

Durante la homilía, monseñor Marino, hizo referencia a la solemnidad de todos los santos, que se celebra hoy en toda la Iglesia Católica, y dijo que este día, “nos invita a elevar nuestra mirada hacia la meta final del hombre, nuestra patria del cielo”. “Esta visión de nuestra fe sobre lo definitivo, lejos de quitarnos vigor para tomar en serio la vida presente, nos aumenta las fuerzas y el entusiasmo para seguir luchando y llenar nuestra existencia de pleno sentido”, manifestó Marino.

“Los templos materiales responden a una profunda necesidad antropológica. Están dedicados a la gloria de Dios y también al servicio de los hombres en su camino hacia Él. Si por la encarnación del Hijo de Dios, Jesús es el Templo donde Dios habita, nuestros templos materiales son un signo eficaz de la presencia divina por Cristo que nos reúne como familia de los hijos de Dios”. “De allí que la profanación de un templo, además de ofender gravemente a Dios, ofende también gravemente la dignidad de los hombres y la conciencia de la sociedad. Durante estos días no me he cansado de reflexionar sobre estos hechos preguntándome: ¿quién es o quiénes son los principales damnificados por la profanación? Y la respuesta ha sido siempre la misma. Es verdad que Dios es ofendido. También lo es que queda agraviada la comunidad católica. Pero, si bien lo pensamos, el peor damnificado es el pobre ser humano que se hunde en semejante bajeza. Siempre que el hombre peca contra Dios y contra el prójimo queda dañado en su dignidad, su vida se degrada y pierde valor”.

Misa en desagravio_2013_3

Más adelante, el prelado marplatense, citó las palabras que el papa Francisco hizo llegar a través de una grabación registrada por el párroco de la Catedral, que en estos días se encuentra en Roma, y que luego de la homilía se oyó en los altavoces del templo.  “Querido Papa Francisco, te sentimos cercano a nosotros en estos momentos” enfatizó el obispo y haciendo referencia a las anónimas personas que han perpetrado el hecho, manifestó “en un sentido son inexcusables y conscientes del grave delito. Pero en otro sentido, su ceguera moral les impide ver en su verdadera magnitud el abismo de miseria en el cual se sumergen”.

 

“Que la solemnidad de todos los santos nos motive a todos para construir desde la fe y la esperanza una patria más fraterna, haciendo efectiva la cultura del encuentro en la civilización del amor” concluyó Marino.

Continúan llegando muestras de solidaridad

Ayer por la tarde, el Ministro de Culto de la Nación, Guillermo Oliveri hizo llegar al obispo una carta con su repudio a la profanación de la Catedral,  y en ella  consignó, “su rechazo absoluto ante este tipo de acciones que agravian a toda la comunidad argentina que trabaja por la construcción de una sociedad sustentada en los valores del respeto y la convivencia”.

Así también lo han hecho, el arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, y el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca. Desde la Liga Mundial Islámica, en la persona del representante para América Latina, Arq. Muhammad  Yusuf Hallar,  también repudiaron la profanación de la Cripta, como también el ex embajador ante la Santa Sede, Vicente Espeche Gil.

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